CAPITULO 5

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Decido no hacerlo, de momento no puedo. Me voy a dormir, mañana vuelvo a la rutina.

 PIP, PIP, PIP...

 Me despierto y apago el despertador.

 - Dios, que sueño – me tapo la cara con las sábanas.

- ¡Cariño, vas a llegar tarde a clase! - dice mi madre desde el piso de abajo.

- ¡Ya me levanto!

- ¡De acuerdo, me voy al trabajo nos vemos luego!

- ¡Adiós!

Se cierra la puerta de abajo. Me voy al baño a ducharme y arreglarme.

Media hora después ya estoy lista. Cojo la mochila y me voy.

De camino a clase me pongo a pensar en lo de ayer, vuelvo a leerme el mensaje y por segunda vez se me inundan los ojos de lágrimas, me salen sin querer. Tengo la cabeza hecha un lío. Llego al instituto y me dirijo a el aula de biología, hoy tengo examen.

- Buenos días, por favor id separando las mesas para empieza el control del tema 2.

Nos separamos y empieza a repartir las hojas.

- Bien, esto me lo sé – pienso.

Acaba la hora y entregamos la prueba.

- ¿Emily, cómo te ha ido? - me pregunta una compañera apurada.

- Bien, bastante bien y ¿a ti?

- Creo que voy a suspender – hace mala cara – ayer no me dio tiempo a estudiarlo todo.

- No seas tan negativa, a lo mejor apruebas – le sonrío.

- Pff... eso espero.

- Ánimos.

- Igualmente – se gire hacia delante.

 Cinco horas más tarde suena el timbre que indica que ya ha acabado el instituto por hoy.

 De camino a casa...

 - Anda, pero si es Emily – se acerca a mi para darme dos besos.

- Otra vez tú, me acosas o ¿qué? - me aparto antes de que aproxime sus labios a mis mejillas.

- No seas así señorita, te estás muriendo de ganas por mis besos pero te haces la difícil. Me gusta – me guiña un ojo y saca la lengua.

-Idiota, no te queda nada para que tenga ganas de tus besos – me hago la desinteresada.

- Te invito a comer.

- No.

- Te recuerdo que me prometiste que nos veríamos otra vez.

- Te mentí – le dedico una sonrisa falsa.

- Lo siento por ti pero hoy te vienes a comer conmigo – se aproxima a mí.

- Te he dicho que no – empiezo a correr hacia el lado contrario de donde está él.

- Te equivocas – echa a correr hacia mí.

Mierda, me va a coger. Lo consigue.

- ¡Raúl!, ¡suéltame! - intento deshacerme de sus brazos. Es imposible.

- Lo llevas claro pequeña – se ríe.

Sigo gritando y la gente nos mira extrañados.

- Tranquilos, es mi novia que es un poco cabezota – dice mientras camina.

- ¡Yo no soy tu novia, loco de mierda!

- Esa boca Emily, a ver si te la voy a tener que limpiar con jabón – bromea.

Lo siento, pero te quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora