- Emily, despierta – dice tocándome el pelo – son las siete y media.
- Cinco minutos más – digo mientras me tapo la cara con la sábana.
- Vas a llegar tarde, yo tengo que irme – me destapa.
- Vale,vale.
- Adiós cariño, nos vemos al medio día – me da un beso en la frente – te quiero.
- Adiós mamá, yo también.
Se marcha. Me levanto de la cama, voy al armario y cojo lo primero que veo, unos pantalones pitillo color blanco, una camiseta de tirantes gris degradada y unas Vans color blanco. Me voy a duchar, me visto, cojo el desayuno y me marcho.
En el instituto.
- Buenos días a todos, como ya sabéis hoy acabamos a las once y empieza el puente, hasta el lunes no hay clases así que tendréis que ir profesor por profesor a preguntarle los deberes que os mandaran. Dicho esto, empezamos con la asignatura de inglés, por favor, id sacando los deberes y pasare a revisarlo.
- Mierda, no lo he hecho – dice flojo mi compañera de mesa – Emily, ¿tú lo has hecho?
- Sí, claro – se lo enseño.
- ¿Me dejas copiarlo, por favor?
Dudo un instante en contestar. La gente se aprovecha de los alumnos que sí nos aplicamos y eso me da muchísima rabia.
- Lo siento pero no, yo he gastado tiempo en hacerlo, tú deberías haber hecho lo mismo.
- Se me olvido apuntarlo en la agenda... - agacha la cabeza.
- Bueno, vale, pero sólo ésta vez – le paso mi libreta.
- Sí, muchas gracias – me sonríe.
- De nada.
Tres minutos después aún sigue revisando los deberes ya que un alumno le ha pedido una duda.
- Ya está – me devuelve el cuaderno – muchas gracias otra vez.
Le sonrío.
- A ver Emily, tus deberes – dice mientras mira que estén todos hechos – muy bien, así me gusta.
Acaba de repasar los ejercicios a los demás y empezamos a corregir hasta que acaba la clase.
RING, RING...
- Bien, la clase por hoy ha terminado, disfrutad de las vacaciones, adiós – dice mientras de marcha.
- Adiós – decimos todos.
Las dos horas restantes pasan bastante rápidas y al fin suena el último timbre indicando que la escuela ha terminado. Todos empezamos a gritar, lo recogemos todo y nos marchamos.
En casa.
- ¿Mamá? - no recibo respuesta alguna – debe estar trabajando.
Voy a mi habitación y me siento delante del escritorio para empezar con los deberes para así quitármelos de en medio.
RING, RING...
- ¿Una llamada a estas horas?- digo mientras localizo mi móvil.
Lo cojo. Es Raúl. Contesto.
- ¿Diga?
- Buenos días señorita.
- Buenos días chiflado.
- He visto que has acabado pronto hoy.
- ¿Cómo lo sabes?
- Soy adivino, te lo dije.
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Lo siento, pero te quiero
Novela JuvenilEmily, es una chica de diecisiete años. Hace unos meses gracias a su novio Mario consiguió superar un problema por el cual había sufrido durante años. Él es el típico chico inteligente y guapo al que todas quieren en su vida. Lucía, la madre, trabaj...