CAPITULO 7

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- Emily, despierta – dice tocándome el pelo – son las siete y media.

- Cinco minutos más – digo mientras me tapo la cara con la sábana.

- Vas a llegar tarde, yo tengo que irme – me destapa.

- Vale,vale.

- Adiós cariño, nos vemos al medio día – me da un beso en la frente – te quiero.

- Adiós mamá, yo también.

Se marcha. Me levanto de la cama, voy al armario y cojo lo primero que veo, unos pantalones pitillo color blanco, una camiseta de tirantes gris degradada y unas Vans color blanco. Me voy a duchar, me visto, cojo el desayuno y me marcho.

En el instituto.

- Buenos días a todos, como ya sabéis hoy acabamos a las once y empieza el puente, hasta el lunes no hay clases así que tendréis que ir profesor por profesor a preguntarle los deberes que os mandaran. Dicho esto, empezamos con la asignatura de inglés, por favor, id sacando los deberes y pasare a revisarlo.

- Mierda, no lo he hecho – dice flojo mi compañera de mesa – Emily, ¿tú lo has hecho?

- Sí, claro – se lo enseño.

- ¿Me dejas copiarlo, por favor?

Dudo un instante en contestar. La gente se aprovecha de los alumnos que sí nos aplicamos y eso me da muchísima rabia.

- Lo siento pero no, yo he gastado tiempo en hacerlo, tú deberías haber hecho lo mismo.

- Se me olvido apuntarlo en la agenda... - agacha la cabeza.

- Bueno, vale, pero sólo ésta vez – le paso mi libreta.

- Sí, muchas gracias – me sonríe.

- De nada.

Tres minutos después aún sigue revisando los deberes ya que un alumno le ha pedido una duda.

- Ya está – me devuelve el cuaderno – muchas gracias otra vez.

Le sonrío.

- A ver Emily, tus deberes – dice mientras mira que estén todos hechos – muy bien, así me gusta.

Acaba de repasar los ejercicios a los demás y empezamos a corregir hasta que acaba la clase.

RING, RING...

- Bien, la clase por hoy ha terminado, disfrutad de las vacaciones, adiós – dice mientras de marcha.

- Adiós – decimos todos.

Las dos horas restantes pasan bastante rápidas y al fin suena el último timbre indicando que la escuela ha terminado. Todos empezamos a gritar, lo recogemos todo y nos marchamos.

En casa.

- ¿Mamá? - no recibo respuesta alguna – debe estar trabajando.

Voy a mi habitación y me siento delante del escritorio para empezar con los deberes para así quitármelos de en medio.

RING, RING...

- ¿Una llamada a estas horas?- digo mientras localizo mi móvil.

Lo cojo. Es Raúl. Contesto.

- ¿Diga?

- Buenos días señorita.

- Buenos días chiflado.

- He visto que has acabado pronto hoy.

- ¿Cómo lo sabes?

- Soy adivino, te lo dije.

Lo siento, pero te quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora