Eres Tn, una estudiante de último año de secundaria, el curso antes a la universidad.
Conoces a Yixing por una serie de acontecimientos.
Historia en proceso.
Escuché como la puerta se abría y vi entrando a Jie Qiong. Yixing me soltó al momento.
Ella corrió hacia mí y me abrazó. - ¡(TN)! ¿Estás bien mi amor?
Correspondí a su abrazo y contesté simplemente. - Sí.
- Tú. - Señaló a Lay. - A ver si tienes más cuidado.
- No volverá a pasar, tranquila.- Dijo antes de levantarse.
- Más te vale. - Lo fulminó con la mirada. - Querida, vayámonos ya, no quiero llegar tarde a clase.
Agarré mi mochila y junto a mi amiga salimos de la enfermería dejando a Zhang allí. Antes de salir por la puerta miré hacia atrás tapándome con su sonrisa. Salí de allí lo más rápido que pude con Jie siguiéndome, hasta llegar al patio.
- ¿Qué habéis hecho ahí, los dos, solos? - Preguntó en cuanto salimos.
- ¿Cómo que qué hemos hecho? - Dije extrañada.
- Sí, estabais solos, con camas disponibles. - Levantó las cejas repetidas veces.
- ¿Qué? Zhou Jie Qiong, eres una pervertida. No ha pasado nada de nada.
- Oye, no me llames así. - Se quejó.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- ¿No crees que es bonito? - Habló
- ¿Qué cosa? - Dije más confundida aún.
- Esto que ha pasado.- Sonrió.- Él ha llegado y te ha salvado, curándote las heridas.- Dijo juntando las manos y suspirando.
Pero, ¿qué le pasa? Esta está colgada.
- Tía, el balón lo ha lanzado él. Y lo único que ha hecho ha sido limpiarme la sangre seca, algo que podía haber hecho yo sola. Si me hubiese "salvado", - hice comillas con los dedos- como tú dices, hubiese atrapado el balón antes de que me diese. Lo que es imposible porque ha sido él el que lo ha lanzado.
Mi amiga me miró seria.
- Buuuuh aguafiestas.- Me sacó la lengua.
- Infantil. - Repetí el gesto y reí.
Entonces sonó el timbre indicando la hora de volver a clase.
- Bueno, debo irme. Nos vemos luego.
- ¿Qué clase tienes ahora (TN)?
- Artes plásticas.
- Oh sí, qué divertido. Hasta luego.
Ambas comenzamos a caminar en nuestras respectivas direcciones.
Llegué a clase y me senté en mi lugar, en primera fila. Esperé a que llegara mi compañero, un chico encantador y muy simpático que me trataba genial e incluso me cuidaba como a una hermana. Se llama Jimin.
Él y yo nos conocimos en esta clase, y desde el primer día nos sentamos juntos. Es la única clase que tenemos en común.
Vi alumnos entrando en clase y mi sonrisa se desvaneció al ver que no llegaba.- ¿Estará bien? - Pensé. Entró el profesor y Jimin no apareció.
Me tocaría trabajar sola, pero bueno, lo intentaría. Íbamos a empezar un nuevo proyecto, algo más complicado en el que utilizaríamos la sierra mecánica. ¿Y si me corto? No no no, no lo haré.
- Bien, comencemos la clase.- Dijo el profesor con su entusiasmo habitual.