Barnes había desaparecido. Se las había arreglado para pasar desapercibido, evadir a la policía, la CIA y los detectores de metal que parecían estar hasta en los lugares más impensados.
Vivió los primeros días con la adrenalina a tope, caminando a un paso normal pero jamás levantando la mirada y robando lo que necesitaba para sobrevivir. Hasta que finalmente logró cruzar la frontera de Estados Unidos y ya luego de eso fue mucho más fácil subirse a un avión y dejar América.
Una y otra vez recordaba haberse visto en el Smithsoniano. Leyó su propia vida y no podía creerlo. Todo lo que el Capitán América le había dicho era verdad, pero cómo rayos iba a saberlo? No lo recordaba. Aún habiendo visto las fotos, los videos, la información. En su mente no había nada. Hydra, los malditos de Hydra. Y Alexander Pierce, maldito hijo de perra.
Cerró los ojos en el pequeño espacio que tenía dentro del compartimento del equipaje. Intentó relajarse para no descargar su ira dentro de ese avión. Aún le quedaban muchas horas de viaje.
Cuando el avión aterrizó en Italia se sintió más aliviado, pero sabía que no podía estar del todo tranquilo.
Sólo una semana le tomó llegar a Rumania, donde consideró que podría quedarse sin llamar la atención de nadie.
Los meses pasaron y luego de conseguir trabajo como traductor de documentaciones varias, todo mejoró. Ya no tuvo que dormir más en un auto abandonado. Pudo rentar un pequeño departamento donde estar tranquilo. Y con eso le bastaba. El dinero era escaso pero había estado en peores condiciones.
Y absolutamente nadie lo notó. La gente parecía estar muy ocupada en sus propios asuntos como para prestarle atención. Y para Barnes eso era el paraíso.
Dormía poco, casi nada. Constantemente tenía pesadillas. Y poco a poco fue recordando. A fragmentos inconexos. No sabía si lo que recordaba correspondía a su vida como Bucky o como el Soldado del Invierno. Tenía la cabeza hecha un enredo, así que decidió anotar cada pequeño recuerdo. Pronto tuvo un cuaderno completo que luego se convirtió en 5 y en 10. Poco a poco todo iba tomando forma.
Se mantenía al tanto con lo que pasaba gracias a una laptop con acceso a internet que le habían entregado por su trabajo y eso fue la gloria. Tenía acceso ilimitado a cuanto quisiera investigar sobre su pasado, nombres, lugares. Toda la información sobre Hydra y Shield estaba en línea gracias a "Natasha Romanoff"
Había estado toda la noche investigando sobre Hydra y cuando llegó a ese nombre se detuvo.
Eran las 5:37 de la mañana. Le pesaban los ojos y se le había terminado el café. Cerró la laptop y se acostó cansadamente en el colchón que había encontrado tirado en el pasillo del edificio donde vivía. Esperaba no tener pesadillas esa noche.- Romanoff, Romanoff, Romanoff - susurró antes de dormirse - tu nombre me suena Natasha Romanoff - y no sólo se le hacía conocida por haber sido su objetivo en Washington. Había algo más.
~°~
Al día siguiente, fue titular en todos los periódicos que Natasha Romanoff visitó el Capitolio y se enfrentó a las máximas autoridades por haber dejado a Estados Unidos sin un sistema de inteligencia. La imagen la mostraba saliendo del Capitolio, rodeada de gente, la mayoría periodistas. Clavó la mirada en sus ojos verdes, en su cabello rojizo y de pronto sintió un dolor de cabeza que pasó de ser leve a intenso en cosa de segundos. No podía dejar de mirar esa fotografía pese a que el dolor apenas le permitía mantener los ojos abiertos. Se llevó la mano izquierda a la frente para que el frío del metal la enfriara y al fin cerró los ojos.
Muchas imágenes empezaron a llegar a su mente, al principio borrosas.
Todo lo ocurrido en Washington con ella y Steve llegó a su mente y lo revisualizó una y otra vez a toda velocidad. Luego de eso vinieron imágenes nuevas. Escuchaba disparos, olía la pólvora, la humedad de la base de Hydra. Luego la voz de una mujer, susurros incomprensibles. Y unas hebras pelirrojas ondeando al viento. El dolor se intensificó y se levantó a beber agua.
Bebió un vaso completo sin siquiera respirar y casi intuyendo lo que vendría, desvió la mirada nuevamente hacia la fotografía de Natasha Romanoff en el Capitolio.
El cabello rojizo nuevamente apareció en su mente, pero esta vez sobre una cama. Y de pronto como si una represa se estuviera rompiendo, toda la información llegó de repente. Vio el rostro dueño de ese cabello y sintió el sabor de sus labios, el aroma de su piel, el sonido de su voz, sus caricias.
La nariz comenzó a sangrarle y llevó su mano a su boca. No podía moverse, ni siquiera podía respirar con normalidad. El corazón latía desenfrenado en su pecho.- Natalia… - susurró quedándose sin aire.
Incapaz de nada más se sentó en el suelo de su departamento. Sólo recordando.
Una gama de sensaciones lo recorrió.
Recordó cada misión juntos, cada mirada, cada roce, cada palabra dicha y no dicha.
El pasado lo bombardeaba con información y James Barnes lo resistió lo mejor que pudo.
Cuando todas las piezas comenzaron a encajar, vino la angustia, el remordimiento.
Había intentado asesinarla, sabía que eso pasaría, pero sentirse responsable lo estaba matando. Se levantó del suelo y fue al baño. No supo cuántas veces se echó agua en la cara, pero cuando sintió que había sido suficiente volvió a pararse frente a su laptop.
Ya más tranquilo y respirando con regularidad volvió a mirarla.
Ahora Natalia tenía el cabello más corto y sin ondas. Ya no era una niña, era una mujer completamente segura de sí misma, más que antes si es que eso era posible.
Debería contactarla? Ella tampoco lo recordaba, le habían borrado la memoria igual que a él. Necesitaba hablar con ella, todo entre ambos había quedado pausado gracias a Hydra. Pero y si ella no lo recordaba, o no quería tenerlo cerca? Si ella ahora tenía a alguien más en su vida? Tal vez ella y Steve?
Sacudió la cabeza para quitarse esos pensamientos de encima y cerró la laptop.
Tomó su chaqueta y salió. Necesitaba caminar.
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Instinto 2
FanfictionSegunda parte de Instinto. Hay referencias a esa historia, recomiendo leerla antes. Situada entre CATWS y Avengers Endgame Los personajes no me pertenecen, sólo la historia.