SIETE

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Advertencia: Posible lenguaje sugerente.

SIETE


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❝𝑾𝒉𝒆𝒓𝒆 𝒆𝒍𝒔𝒆 𝒄𝒂𝒏 𝑰 𝒈𝒐?❞

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Tengo un cosquilleo entumecido en los labios.

Mis dedos, presionándose contra ellos, parecen temblar también en el mismo hormigueo sutil.

Marcus me ha besado.

Antes de que me subiera al tren, Marcus me ha besado.

Ha sido el contacto físico más devastador que hemos compartido alguna vez. Lleno de lágrimas, extremidades entrelazadas y promesas que, si bien sinceras, parecen imposibles de conservar. Marcus juró, una y mil veces, sobre mi boca, que yo estaría bien; que volvería en el siguiente tren mañana, y que, una vez concluidas mis labores como mentora, nos casaríamos y tendríamos la vida que siempre quisimos, juntos. Yo le juré, entorpecida por el familiar aroma de su cuello, que haría todo lo posible para volver a su lado.

Mientras miro por las ventanas panorámicas del vagón final del tren, deseo con fervor que todo pudiera ser tan sencillo; que un par de promesas fueran suficiente para garantizar nuestro futuro. Sin embargo, la esperanza es un lujo que no puedo permitirme, no ahora, cuando voy en camino a una muerta segura.

La Cosecha es mañana.

La espera ha sido tortuosa y un terrible recordatorio de mi incapacidad para decidir el curso de mi vida. Aunque he entrenado con Theron, tanto y tan duro, que podría hacer pedazos a cualquiera de los demás Vencedores en un parpadeo, me siento emocionalmente imposibilitada para lidiar con la carga de hacerlo. Al fin y al cabo, ellos son tan víctimas de la situación como lo soy yo. A todos nos han mentido: ninguno, en realidad, ganó sus Juegos.

La certeza resulta apabullante, mientras me permito admirar el intenso azul del cielo nocturno. Pensar que estoy volviendo a casa, después de tantos años, tantos errores, por la razón más incorrecta, se siente terrible. Deja un sabor extraño en mis labios, que sólo desaparece cuando me permito murmurar su nombre.

Finnick.

Finnick va a ser cosechado.

Me he prohibido pensar en ello, a sabiendas de que el recordatorio me haría más daño, pero en este momento, es inevitable. Él es, sorprendentemente, el único Vencedor masculino de mi Distrito que sigue con vida. Librae Ogilvy, el solitario hombre que conocí en mi infancia, falleció hace algunos años, dejándole la, ahora, insoportable carga de ese puesto. Y, aunque nuestras circunstancias son diferentes en apariencia, podría jurar que los dos sabemos que mi nombre será el único en la urna de las Vencedoras.

Vamos a ser cosechados.

Juntos.

La perspectiva me hace temblar. La última vez que le vi, que hablé con él, fue, exclusivamente, para decirle que no podíamos vernos, nunca más. La mirada de decepción y de absoluta devastación que me otorgó, me persiguió durante varios años.

Finnick y yo estábamos enamorados.

El pensamiento me hace reír. Mis dedos en lo labios apaciguando el sonido.

Aetherius |Finnick Odair Fanfiction|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora