Joaquín movía la cintura de un lado a otro cantando a todo pulmón "Thank u, next" mientras ordenaba su habitación en un domingo por la mañana. Su único día de descanso lo tenía que pasar en casa porque se encontraba castigado. Su madre había salido de la ciudad junto con su abuela por lo que Cecilia se encargaría de que Joaquín cumpliera su castigo y que Renata se alimentará saludablemente. Una vez que terminó sus deberes, se dirigió a avisarle a su ama de llaves y volvió a su habitación.
Todo parecía calmado. Se recostó para ver su celular y abrió inmediatamente Instagram. Lo primero que le apareció fue su hermana haciendo un en vivo junto con su mejor amiga, se salió antes de que lo vieran y siguió viendo el contenido de siempre. Después de cinco minutos, corrió con Cecilia a la cocina para reclamar una injusticia. Su madre no lo había dejado invitar a Emilio mientras que Renata disfrutaba de tener invitados. Injusto.
"¿Qué hace Mariana aquí?" Joaquín llegó alzando la voz, abriendo la puerta para encontrarse con Cecilia sirviendo nieve a las dos chicas. Mariana bajó la mirada ante aquella declaración mientras que Renata reprendía a Joaco con la mirada.
"Yo la invité." Renata rápidamente defendió a su amiga. Todas malinterpretaron la intención de la pregunta de Joaquín.
"No, no es eso. Mariana, tu me agradas bastante, es solo que mamá me dijo que no podía venir nadie a casa." Joaquín corría a abrazar a Mariana que le sonreía de vuelta.
"Solo te dijo a ti." Renata reía mientras tomaba su nieve.
"No es justo, Cecilia, ¿acaso crees que esto es justo?" Joaquín hacía los ojos de perrito triste que sabía que convencerían a su nana.
"No es justo, pero no puedo hacer nada. ¿Quieres helado?"
"No. Estaré en mi habitación." El chico salió pensativo y se dirigió a su cuarto.
No podía creer que aún no tuvieran la confianza de dejarlo invitar a su novio a estar ahí con él. Joaquín cerró la puerta para después recostarse boca abajo, queriendo desaparecer entre sus almohadas. Se quedó dormido pero el ruido de la puerta abrirse lo despertó inmediatamente.
"No tengo ganas de helado." Joaquín apenas pudo decir somnoliento sin siquiera moverse. La puerta se cerró y Joaquín decidió volver a dormir.
"¿Pero si tienes ganas de verme?"
Joaquín se levantó de inmediato al escuchar su voz y entonces lo vio ahí. Emilio llevaba ropa simple pero para Joaco pareciera que tenía una obra de arte enfrente de el. Lo abrazó fuertemente sin decir nada pero significando todo.
"¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste?" Joaquín invitaba a Emilio a sentarse junto con el en la cama.
"Sabes que he estado ejercitándome lo suficiente como para escalar los cuatro pisos y me meterme fácilmente por la ventana de Renata." Emilio hinchaba su pecho para parecer más fuerte, haciendo reír a Joaquín.
"Ya, enserió." Joaquín le daba un golpecito en la rodilla.
"Si te digo la verdad no se va a escuchar igual de épico, aparte que puedo parecerte un pendejo." Emilio bajó la mirada y Joaquín no pensaba en nada más que abrazarlo.
"Nunca."
"Bueno, Renata la cuñada me mandó un mensaje para que viniera, obviamente acepté. Entonces cuando llegué le mandé un mensaje a tu hermana para que me abriera la puerta para sorprenderte, chiquito. Así, Mariana le dijo aaaa, ¿cuál era su nombre? ¿Chela o Celia? Bueno, le dijo a Chela que la acompañara al baño porque tenía un problema femenino. Después Renata me abrió sigilosamente y entonces aquí estoy."
"Eres increíble." Joaquín sonreía sinceramente al saber todo el esfuerzo que había hecho su novio para estar ahí.
"No, tu eres increíble. Y ayer fuiste asombroso." Emilio reía mientras Joaquín hacía un gesto de desagrado.
"Emi, lamento lo que pasó ayer." Joaquín se cubría el rostro que sabía que se había pintado de rojo. "Que vergüenza."
"No te preocupes, no sabías lo que iba a pasar, igual, ni siquiera me acuerdo, ¿qué paso ayer?"
"Ya deja de ser tan perfecto." Joaquín tomó una almohada para aventársela.
"¿Quieres pelear? Te dejo claro que tengo las de ganar." Emilio se levantó rápidamente para ir por la otra almohada mientras Joaquín corría hacía donde había caído la que acababa de aventar.
"No la tienes tan fácil."
Emilio se encontraba parado enfrente de la cama mientras que Joaquín se dirigía corriendo hacía el. Ambos tenían una sonrisa en sus rostros. Emi sabía perfectamente que le ganaba en fuerza al menor, así que decidió esperar el primer golpe. Joaquín lo embistió junto con la almohada haciendo que sus cuerpos chocaran. El rizado se dejó caer para atrás provocando que Joaco quedará encima suyo.
"Wow que golpesote, eh." Emilio dijo con sarcasmo. Joaquín le saco la lengua. "¿Por que no me dijiste que mi novio era un psicópata golpeador?"
"No soy eso." Joaquín se sentaba encima del regazo de Emilio para seguir golpeándolo suavemente con su almohada. Emilio se queda pensando en como ama la manera en la que Joaquín ríe naturalmente sin ningún filtro, ama como sus ojos se arrugan y como su gran corazón queda expuesto.
Accidentalmente, Joaco había rozado su cuerpo múltiples veces encontrar de la entrepierna del mayor cuando se acomodaba dejando la almohada a su lado, Emilio había soltado un leve sonido excitado que sonrojo de inmediato a Joaquín.
"Ya ven." Emilio acomodaba la almohada debajo de su cabeza para después jalar de la camiseta a Joaquín, acercando sus labios sobre los del menor. Era un beso con sentimientos mezclados. Muy diferente a los que ambos ya se habían dado antes. ya que este los hizo sentir una corriente eléctrica atravesando todo su cuerpo.
Las manos de Emilio no tardaron en bajar por la espalda del menor mientras que Joaquín seguía besándolo encima de el. Sus manos jugaban con los jeans de Joaco, encontrando el elástico de sus bóxers. Joaquín se separó del beso para observarlo.
"¿Qué pasa?" Emi no tenía la intención de hacerlo sentir incómodo ni mucho menos mal. Miraba fijamente a los ojos a su novio.
"Nada." Joaquín sonrió intentando calmar lo que sentía.
El menor sabía exactamente lo que estaba a punto de pasar. Emilio siempre le había gustado de todas las maneras posibles y pensar en que quizá ese día le entregaría quizá una parte de el en amor mutuo lo ponía de nervios. Obviamente quería que sucediera pero no así de precipitado y nada especial como estaba pasando.
"Entonces hoy somos solo tu, yo, tus manos, mis manos y nuestras ganas de tocar y amarnos." Emilio exclamaba mientras recorría su espalda con su mano hasta llegar a sus jeans.
"Renata nos va a escuchar." Joaquín trataba de evitar el contacto visual con el rizado porque sabia que podía caer ante aquellos ojos que tanto le gustaban. Emilio lo veía expectante.
"Me gustas tanto que quiero que cada momento contigo sea especial." Paró sus manos. "No haremos nunca nada que tú no quieras bebé. Puedo esperar todo el tiempo del mundo si mi recompensa será tenerte a mi lado." Se encontró con la mirada del menor que comenzó a mirarlo con adoración total como la obra de arte que era.
Emilio se quedó junto con Joaquín a ver películas. Vieron Peter Pan y Joaquín se quedó dormido en su pecho.

ESTÁS LEYENDO
Instagram Emiliaco ||
Fiksi Penggemar𝒞𝒽𝒶𝓉𝓈 𝒻𝒶𝓁𝓈𝑜𝓈 𝒹𝑒 𝐸𝓂𝒾𝓁𝒾𝑜 𝓎 𝒥𝑜𝒶𝓆𝓊í𝓃 𝑒𝓈𝒸𝓇𝒾𝓉𝑜𝓈 𝓅𝒶𝓇𝒶 𝓈𝒽𝒾𝓅𝓅𝑒𝒶𝓇.