ησɕհε

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Narrador Prov.

Kotaro llevaba en su espalda a Mahiro, ya que este se lo había pedido, mientras que Mashiho y Keita se abrazaban a la vez que caminaban casi dormidos, siendo guiados y cuidados por Yoshinori, quien no dejaba de volverse a mirarlos y confirma que estuvieran sus cuatro amigos. Caminar al costado de la calle de noche no era la mejor idea que podían haber tenido, el camino no estaba desolado, en realidad estaba repleto de autos que pasaban a sus costados a gran velocidad, y ellos parecían una pequeña jauría de perros, listos para quedar bajo las ruedas de alguno de esos autos.

-- ¿Donde estamos? -- pregunto Asahi con sueño al haberse despertado de su pequeña siesta, mirando a los lado para encontrar a sus compañeros de grupo aun caminado, solo que ya no estaban en una zona de la ciudad, si no que en el autopista, que cruzaba la ciudad para llegar al lugar donde estaban sus casas.

-- Cerca del puente Mokpo -- le respondió el responsable del grupo, subiendo mas arriba a Asahi de su espalda para que así no se cayera al suelo.

-- Falta mucho -- hizo un mohín, dirigiendo su mirada hacia atrás, donde estaban Mashiho y Keita, caminando de forma rezagada detrás del grupo.

-- Ya no es tanto como antes aun que sea -- rió el mayor, soltando a Asahi cuando este se removió para que lo bajara -- Mashiho no te atraces -- murmuró Yoshinori cuando su primo inicio a caminar aun más lento que Keita.

Cansados, con frío y sueño.

Ninguno quería seguir caminando, y la culpa iniciaba a carcomer a Yoshinori, quien se detuvo para dejar que sus amigos descansarán un momento. Suspirando pesado y abrazando a su primo y a su mejor amigo para que no sintieran tanto frio, Mashiho iniciaba a dormirse cuando Mahiro se levantó de su lugar enojado y se siento junto a él, acto seguido abrazando a Mashiho de forma bruta y fuerte.

-- Kotaro ¿que hiciste ahora? -- pregunto el líder rodando los ojos, ya que Mahiro había hecho un puchero mientras cerraba los ojos para intentar dormir sentado, aferrado a su primo quien no se resistía al fuerte abrazo en el que fue tomado.

-- Nada, llamaré a un taxi, estoy cansado de caminar, y prefiero deberle dinero a mi madre -- suspiro marcando en su teléfono el número de una agencia de taxis.

-- Esta bien, luego te devolveré el dinero -- suspiro Kanemoto acercando a Asahi más hacia él.

Keita estaba tapado al lado de Kotaro por la campera de este, Mashiho y Mahiro a los minutos se durmieron, mientras Yoshinori intentaba que Asahi también durmiera. Aun que porr su lado este no quería hacerlo, sin embargo, aun así se dejaba consentir y mimar por el mayor, escuchando de paso el ritmo de su corazón al estar abrazados, pegado a su pecho mientras Yoshinori le repartía caricias por el cabello. Adoraba a su mejor amigo, solo que podía notar que Kanemoto no estaba tan cómodo, el latir rápido de su corazón y el como lo trataba con distancia y cariño a la vez lo demostraba.

-- Deja de intentar, no tengo sueño -- murmuró el menor separándose del abrazó, lentamente y con cuidado, desviando la vista al río, que rodeaba el puente.

-- Deberías hacerlo, el taxi tardara en llegar hasta aquí -- te respondió el castaño, intentado calmar su corazón, respirando lentamente, por que en su interior él sabía que estaba siendo muy obvio con sus sentimientos.

-- Yosh, de todas formas tengo que estar despierto, alguien va a tener que defender a Kotaro cuando su madre salga de la casa, para pegarle por molestarlo en la madrugada -- se estiro cerrando los ojos, ablandando su cuerpo de aquella forma bajo la mirada del mayor.

-- Eres muy adorable -- pico la mejilla de su amigo, haciendo que este abriera los ojos de golpe.

No era raro que su mejor amigo le dijera aquello.
Lo raro fue el como su corazón acelero con miedo cuando vio que un auto paso a su lado en aquel momento, a tal velocidad que dejo la marca de sus llantas en el pavimentó, cayendo en aquel momento sobre este de forma instintiva para protegerse de aquello.

-- Tranquilo, no pasa nada -- lo intento tranquilizar, mostrando una sonrisa enternecida y cariñosa.

Hanada no dijo nada, sabia que por su rostro nadie podía ver el miedo que llego a sentir, pero al levantar la mirada conecto sus ojos con los del mayor, dejando que este leyera sus emociones, dejando que él intentara brindarle la calma y seguridad que necesitaba tras aquel incoherente miedo que había tenido.
Sin darse cuenta cuando sus ojos se cerraron, y sus labios fueron cubiertos por otros, disfrutando de un suave y cálido tacto, él cual se lo brindaba su mejor amigo. Tomando de aquella forma la calma y calidez de Kanemoto, una que en aquel momento llego a ser su refugio, solo por aquella noche.

𝐔𝐍 𝐃𝐔𝐋𝐂𝐄 𝐓𝐑𝐀𝐓𝐎 ✦ ࣪ ִֶָ p𝟐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora