𝐔𝐍 𝐃𝐔𝐋𝐂𝐄 𝐓𝐑𝐀𝐓𝐎 ✦ ࣪ ִֶָ p𝟐

єѕ¢єиα

Narrador Prov.

Noa miraba por la ventana con  aburrimiento, sintiendo los minutos pasar y el cansancio apoderarse de él aun más, iniciando a tener sueño y a recostarse en aquel vidrio.
Sus amigos habían ido a jugar y habar un rato, pero aun así el no quería estar entre el alboroto de ellos, quería estar solo en un lugar tranquilo, por más que se aburriera. Lo único que deseaba en ese momento era dormir junto a Raesung, entre sus brazos, escuchando las caricaturas, que siempre veía el mayor mientras que él tomaba sus cortas pero amadas siestas, entre sus suaves y cortas risas divertidas por las escenas que se mostraban en la televisión.

Por que a pesar de estar dormido era consiente de todo lo que lo rodeaba, en especial si se trataba de Raesung.

Escuchando la suave y ligera risa de Raesung a solo unos metros de él, luego sus pasos al caminar en su dirección, provocando que el japonés le dirigiera su somnolienta mirada, más una pequeña sonrisa soñadora.

– Tendrías que dormir en tu cama, no en la ventana de mi cuarto – se burlo el mayor sentándose al lado de Kazama, pasando sus manos por la cintura de este para atraerlo hacia él, y que se recostara en él.

El más alto no respondió, solo acomodo mejor su cabeza en el cuello de su amigo con derechos, recibiendo gustoso las caricias del mayor, dejando salir pequeños gruñidos, suaves y pacíficos, como un gatito. Sacando una sonrisa de entre los labios del mayor, quien enternecido por la bella imagen de Kazama semi dormido bajo los rayos del sol y entre sus brazos, era la imagen más perfecta que hubiera podido apreciar.

Seunghun lo noto, ya que al pasar por la puerta de la habitación luego del salir del baño los encontró en aquella pose, captando su atención de forma inmediata. Sacando su teléfono para fotografiar esa escena, en silencio para que ninguno se diera cuenta que habían sido descubiertos en su momento intimo, sonriendo bobamente al ver aquella dulce imagen retratada en su pantalla, caminado despacio en reversa para no levantar sospechas y volver a ir con su grupo que estaba haciendo desastre en la sala de los anfitriones, que no estaban presentes en aquel lugar.

– Pareces tan feliz ahora a que no estas a mi lado – murmuró Choi, desviando la mirada y caminando lejos de aquella escena.

Dejando sus celos de lado, mostrando su tristeza, tratando de evitar que el sentimiento de posesión sobre aquel japones lo volviera a invadir, aumentando la velocidad de su caminar, solo para no volver a mirar atrás y terminar golpeando a quien abrazaba a Noa, su Noa.

Su ex Noa.