єѕтα єиαмσяα∂σ

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Narrador Prov.

-- ¡¡Al fin un poco de aire!! -- rió abrazando a su pareja, agradecido de que lo sacaran del hospital.

Estaba dolo en el patio, pero eso era suficiente como para alimentar su imaginación, y dejarlo pensar que estaba en un parque o campo muy lejano a su habitación de hospital.

-- Extrañaba estar en el exterior -- confeso, aun que Lee lo sabía.

Jeongwoong odiaba estar encerrado, no le gustaba aun que estuviera acostumbrado, para él estar vivo en una habitación sin poder hacer nada o si quiera moverse era igual a no estarlo, para él era como estar muerto en vida.

-- Cuando nos casemos me aseguraré de que nuestro hogar tenga un gran jardín, para que nunca estes encerrado solo en la casa -- aseguro abrazando por la cintura al más bajo, sonriendo ante la idea de ver a Jeongwoong rodeado de plantas que se aseguraría de cuidar el mismo si Kim no quería hacerlo.

Jeongwoong sonrió inconscientemente en aquel momento, su mirada ilusionada y brillante lo decía todo, estaba emocionado y alegre por la idea de casarse con su prometido, deseaba que aquél día llegara y a la vez le dieran el alta, para lograr vivir su vida tan deseada junto a Midam, hasta que recayera y volviera, pero mientras quería vivir la vida al máximo resplandor de sol junto al hombre que provocaba a su corazón.
Midam por su lado, no estaba acostumbrado a hablar de amor, por lo general prefería evitarlo, pero el estado de Jeongwoong lo hacían valorar cada segundo a su lado, por fin estaba mejorando luego de tantos años y podía disfrutar de estar a su lado fuera de los hospitales, podían hacer lo que tanto habían anhelado como salir a pasear en bicicleta, ir a las atracciones más peligrosas de los parques, comer basura sin sentido y hasta hacer el amor.

Era raro, dos jóvenes que declaraban estar precisamente enamorados, más uno que el otro, que esperaban por la fecha de su unión como matrimonio, que no se habían tocado en lo absoluto.
Midam siempre respeto a Jeongwoong y su enfermedad, ya que el estado delicado del menor, la delgadez extrema de este le daba miedo, sentía que si lo tocaba de forma bruta o descuidada podía romperlo.

-- Quiero un erizo o un conejo de mascota -- murmuró acariciando una flor, sonriendo levemente al ver que Midam lo miraba con ojos de cariño y calidez, era como si al verlo pensara en él como un cachorro.

El castaño lo adoraba, no importaba cuantas dificultades tuvieran o si existiera alguna otra persona en su pasado, él de verdad amaba a aquel delgado y pálido chico frente a él, aquella persona que había cuidado de él y lo había animado, ahora era su turno de hacer lo mismo, de animarlo y ser su pilar.
Amaba a aquel chico de cabello morado que sonreía de forma adorable y le dedicaba actos tan inocentes y amorosos como sus abrazos y sus pequeños besos. Jeongwoong era alguien que simplemente hacia a su corazón la ir desenfrenado, lograba sustituir su sangre por energía que le producía escalofríos y más reacciones que su cuerpo las tomaba como "placenteras" para él.

𝐔𝐍 𝐃𝐔𝐋𝐂𝐄 𝐓𝐑𝐀𝐓𝐎 ✦ ࣪ ִֶָ p𝟐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora