|II| Mi momento

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AUSTIN

—Me lleva la mierda— susurré mientras salía de la junta.

Todo se estaba yendo a la mierda por culpa de esa jodida perra, ni siquiera sé quien mierdas me propuso para candidato a la presidencia.

—Señor, ya le envié a su correo algunas de las posibles preguntas que llevaran a cabo en la entrevista de mañana— dijo mi secretario mientras yo iba rumbo a mi auto.

—Gracias, ve a descansar nos vemos mañana— dije mientras me adentraba a este y me encaminaba a mi casa por la parte trasera, porque ahora resulta que ya ni siquiera puedo entrar por la entrada principal, los malditos reporteros están que atacan.

Dejé el auto en el estacionamiento y me adentré en la casa.

Miré hacia la sala y en ella se encontraba Damen y Damon, mis niños estaban durmiendo en el sofá.

Iba a encaminarme a la habitación, pero escuché la voz del amor de mi vida y la de Hans en dirección de la cocina, así que me dirigí ahí.

—...Entonces le colocas instalar y la contraseña que te dijo Damen y listo, ya estas sincronizado, en seguida te aparecerán los controles, aquí te salen tres, porque hay tres focos en la cocina y...— al parecer Hans le estaba enseñando algunas cosas en el teléfono, ya que estaban en el mesón y le señalaba cosas en el teléfono, hasta que ambos fueron conscientes de mi presencia.

—¿Mal día? — preguntó Hans.

—Ni me lo digas— conteste. —Hola— me acerque a Dominik y lo abrace mientras dejaba un beso en su boca y el me abrazaba y me correspondía mientras se ponía de puntitas, era algo gracioso de ver.

—Hola— contestó cuando se alejo y solo coloco su oído en mi pecho sin soltarme de su abrazo.

—¿Alegaron en tu contra? — pregunto Hans mientras mordía una manzana.

—Pues solo Collins, que se niega a que el próximo presidente de estados unidos sea gay y la "dama" sea un hombre que puede engendrar, pero eso no es todo, como él fue el único que no estuvo de acuerdo y se canso de repetir que no me querían más y menos de candidato a la presidencia, los demás para darle gusto dijeron que se lo iban a dejar a decisión de los ciudadanos, así que abrirán una página en donde todos puedan votar si soy "digno" a ser candidato o no, mañana presentan los resultados, ósea, que solo tienen hasta hoy para votar, pero mi familia, ósea Dominik y mis padres no pueden hacerlo—

—Eso es demasiado injusto— dijo Dominik.

En ese momento se escuchó el típico sonido del horno, anunciando que lo que hayan cocinado ya estaba listo, luego entraron dos de las chicas de la cocina y comenzaron a realizar algunas cosas, mientras Dominik se liberaba de mi abrazo y sacaba lo que fuera del horno.

—Yo lo hice, es lasaña, ya las chicas pusieron la mesa en el jardín, tú— le dijo a Hans —lleva el jugo y tú— me señaló —Llama a los chicos— asentí mientras me volvía a dirigirme a la sala, desperté a Damon y Damen y ambos se levantaron, comenzamos a caminar, yo en medio de ellos mientras ellos me abrazaban, íbamos a paso lento, pues Damen apenas había salido del hospital y aunque el se haga el fuerte, se que los movimientos bruscos lo lastiman.

Me sentía feliz, pleno, ahora todo era como debería de ser, como siempre debió de haber sido.

Pasamos más de una hora comiendo y no es porque comiéramos lento, joder que termine en un santiamén, Dominik cocinaba delicioso, no, era porque entre temas de conversación, dieron las tres de la tarde.

Hacker I & II +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora