Capítulo 25 * SILENCIO SEPULCRAL*

9.6K 743 26
                                    

Capítulo 25 *SILENCIO SEPULCRAL*


–Cuidense y no se preocupen, yo me quedó a cargo de la casa– Habló Mary mientras bostezaba, mientras que yo me encontraba cargando a un dormido Daniel y Hans a una dormida Dafne.

Eran las 4:55am y nos encontrábamos saliendo de la casa para ir al aeropuerto, púes nuestro vuelo salia a las 8:25am y tenemos que estar una hora antes, por los niños y los lugares, además de aquí al aeropuerto eran casi dos horas en auto, trate de insisterle a Hans que utilizaramos el jet privado de mi padre, pero el no quiso.

–Nos vemos en dos meses Mary– hablo Hans mientras me quitaba a Daniel de los brazos y lo colocaba en la camioneta en su silla, Dafne ya estaba dentro.

–Nos vemos Mary– le di un fuerte abrazo y subí a la camioneta, Hans lo hizo por igual y Alfred comenzó a conducir rumbo al aeropuerto.

Japón ¡Allá vamos!

En estas últimas semanas había pasado de todo, desdé; que el internado entero se haya enterado que Jess y Chris salen, ¿Pueden creerlo? Incluso Christian, después de que papá se haya ido, decidió mudarse nuevamente a los dormitorios.

También se que Aaron anda deambulando por el profesor Michael, digo, Dixon me dijo que algo andaba raro en él y todo el tiempo estaba pegado a se celular, así que, discretamente con el permiso de Dixon, me adentre a su celular, mejor no lo hubiera hecho.

Sus mensajes con el profesor Michael no son para menores de edad, además, se envían nudes... Agh ver una imagen de Aaron tocándose ahí, y la respuesta del profesor Michael con otra imagen de su erección... Mejor la deje ahí. Ya no veo al profesor Michael con la misma seriedad de siempre.

Otra cosa es que Margaret esta enojada conmigo, según Dixon, no digirió bien la noticia de que estaba con nuevo novio luego sumenle que descubrió a su padre engañándo a su madre con la mía.

Como esos imbéciles no saben guardar nada, le dijeron que ya lo sabían y ahora tampoco les habla a ellos.

Dixon intento hacer que recapacitara, pero ante su negativa Aaron le mentó la madre y también dejo de hablarle.

"Creo que sigue teniendo sentimientos por ti Damen, por eso no tomo la buena noticia de que tienes nuevo sexy novio" me había dicho Aaron cuando nos encontrábamos en una videollamada.

En cuanto llegamos al aeropuerto ayude a Hans a acomodarse a los mellizos, uno en cada brazo y con la cabeza en cada hombro, mientras que Alfred me ayudaba a sacar las maletas y colocarlas en un carrito que me habían acercados uno de los guardias al ver lo tan apurado que estaba, en total eran seis maletas con llantas; tres eran mías: una grande y dos medianas, una muy grande de Hans y dos medianas de los mellizos, además de una de mano y las dos pequeñas mochilas de los mellizos.

Nos despedimos de Alfred y nos dirigimos a la sala de espera.

Media hora después estaba muy aburrido, quería morir, Hans estaba durmiendo, tenia su cabeza en mi hombro, pero aun así no soltaba a Dafne, que la tenía recostada en las sillas pero con la cabeza apoyada en sus piernas.

Mientras que Daniel estaba de la misma forma, pero con su cabeza en mis piernas.

Varios minutos después las sillas de la sala de espera comenzaban a llenarse, mire mi reloj 7:45am, las pantallas comenzaban a llenarse de más vuelos.

Había más bullicio, por lo que Daniel fue el primero en despertar, segundos después le siguió Dafne.

–¿Cómo llegamos al aeropuerto? – preguntó Daniel con la voz adormilada.

–Nos teletransportamos– comenzó a reír al igual que su melliza, lo que provocó que despertara Hans.

–Vaya, ya hay más multitud– minutos después de que ambos tomáramos café con donuts y los niños leche con galletas. Llamaron para nuestro vuelo, por lo que nos dirigimos a las grandes puertas y revisaron nuestras maletas.

Nos dejaron pasar después de una mujer que llevaba un bebé, los que tenían niños tenían el privilegio de pasar primero, aunque fue una lata reservar los boletos, lo bueno que Hans fue quien se encargo de eso.

–¿Recuerdame porque acepte esto?– hable después de diez minutos, cuando ya nos encontrábamos sentados y las personas aún seguían acomodándose y el bebé de la señora del otro lado del pasillo no se callaba.

–Porque te lo pedí desde el fondo de mi corazón– río ante su ocurrencia –además quería que experimentaras esto– se encongio de hombros.

–Bueno púes esto te va a costar... Mucho– reí ante la cara que puso y me acerque a su rostro para plantarle un beso casto.

–¿Pueden dejar de hacer eso?– pregunto la señora del bebé.

–Hacer qué – respondió Hans.

–El perturbar a mi bebé y a los niños con sus actos repugnantes– comencé a reír Hans soltó un suspiro y negó con su cabeza, sabia lo que venía.

–Señora, su hijo aún no tiene uso de razón y si la tuviera no tendría el porque perturbarse por un simple beso casto, hay cosas peores como las idioteces en algunas caricaturas y aún así no impiden que las vean– la señora fruncio el ceño y se dirigió a los mellizos que estaban en asientos frente a nosotros.

–¿A caso ustedes no ven caricaturas? ¿Qué hacen en su tiempo libre? ¿No me digan que ellos abusan de ustedes? ¡Oh por dios!– Dafne comenzó a reír.

–No vemos, Yo estoy aprendiendo a leer y me gusta buscar escarabajos cerca del bosque– respondió Daniel inocentemente.

–Yo también estoy aprendiendo a leer y me gusta hablar por... Ssss... ¿Cómo se dice Damen?–

–Skype– contesté.

–eso, me gusta hablar por Skype con mi amiga Cecilia que tiene cáncer– la cara de la mujer era... No tenía descripción para esta.

–¿Cómo es que puedes poner a leer a unos niños?, aún no tienen ni seis años– rodee los ojos.

–Los van a tener en unos meses, no entiendo que tiene de malo, yo sabía leer desde los tres y medio– ¡Malditos libros de educación para padres, son unos mentirosos! Sí, estuve leyendo esos libros, ya pueden burlarse.

Cuando una de las azafatas llego a nuestro lugar y nos indico que nos abrocharamos nuestros cinturones, la señora nuevamente se quejo, pero sorpresa sorpresa, la azafata le dijo que no estábamos haciendo nada malo y se fue.

El resto del vuelo paso tranquilo, comimos, los mellizos se durmieron solo unas cuantas horas, por lo que casi no pude dormir. Aunque iba muy entretenido creando un nuevo programa en mi portátil, era para mi llegada a Japón.

Hans solo iba con varios papeles de no se que, creó que van a remodelar un edificio de uno de los institutos que están a su cargo.

Después de horas de vuelo ya nos encontrábamos recibiendo nuestras maletas.

Todo era tan distinto hasta hace unas horas, ahora había anuncios que no entendía, pero mi programa lo resolvía.

Tomaba una foto de los anuncios y enseguida me aparecía la traducción.

–¿Es lo que venias haciendo en el avión?– me pregunto Hans, mientras acomodaba nuestros abrigos encima de una maleta, aquí hacia un poco de calor a comparación de Londres.

–Sí, sabes que se hablarlo un poco, gracias a que me enseñaste en estas semanas, pero me falla al leer el Kanji – asintió mientras tomaba el carrito de las maletas y comenzaba a caminar, yo iba detrás de él con los mellizos.

Pedimos un taxi que nos llevo a su casa, era de madrugada, por lo que los gemelos se durmieron en el camino, el taxi se detuvo frente a una casa, la cual no se podía observar más que su segundo piso, ya que se encontraba con un gran portón de madera.

–¿No crees que aún estén durmiendo?– pregunte mientras el taxista me ayudaba a bajar las maletas, ya que nuevamente Hans tenía a los dos mellizos.

–Mamá tiene el sueño ligero, toca el timbre– hice lo que me indicó, esperamos unos minutos y la puerta fue abierta por una señora muy parecida a Hans.

–Hola mamá– la señora literalmente se lanzo a los brazos de Hans, si no fuera por que tuviera a los niños apuesto a que lo hubiera tirado.

–Mamá, cuando sueltes a estos niños te daré tu mamá, ¿Por qué no me dijiste que venías? Hubieramos ido por ti al aeropuerto y ¿Por qué traes a los mellizos? Pudieron robarte tus maletas o lo que es peor a los mellizos, esa Aimee tan irresponsable como siempre, como se atrevió a irse con Anton y dejarte a sus hijos, tu también tienes obligaciones...– sí, la mamá de Hans, hablaba mucho, casi no le sigo la conversación, digo solo tuve mes y medio de clases de japonés.

¡Quiero volverme loco!

–Mamá, para– cuando la mujer se dio cuenta que estaba hablando mucho, fue entonces cuando paro –Te presento a Damen– la mujer miro en donde estaba y lanzo un chillido.

–¡Oh por dios! ¿Ese Damen? ¿Me entiendes? ¿Quieres que hable inglés?...– solté una risita y Hans de nuevo la detuvo.

–Mamá–

–Lo siento – se disculpo.

–No se preocupe le entiendo, no se a que Damen se refiera, pero soy Damen, mucho gusto– le ofrecí mi mano en forma de saludo, pero ella me abrazo.

–Damen Hawkins, el chico que conquisto a mi hijo y con un coeficiente muy alto, ¿Eres tu verdad?– reí y asentí –Pasen, pasen, Déjame y te ayudo con las maletas, Hans, deja a los niños en su habitación –

Minutos después ya nos encontrábamos acostados en la cama.

–Quisiera hacerte el amor en este instante, pero estoy muy cansado del viaje– mi risa no salio como siempre, pues yo también estaba muy cansado.

–Yo también estoy muy cansado, al menos ustedes durmieron durante el vuelo, yo no pude, creía que si me descuidaba, esa maldita vieja loca homofóbica nos haría algo– su risa ronca inundó mis oídos.

–No será a la única que nos encontremos, habrá personas que vean esto mal o repulsivo, incluso en Japón, no son muy común las parejas del mismo sexo– hundí aún más mi cara en su pecho.

–uhm, lo sé, pero al final de cuentas no necesitamos su aprobación, además una relación es de dos– sentí que su mano que estaba en mi cintura bajo hasta mis nalgas y las apretó. –Hans– mi tono sonó de advertencia.

–¿Qué quieres para tu cumpleaños? Ya que estamos en Japón, podemos ir a algún lugar, no sé, algún templo, la noria, algo que quieras probar, 04 me dijo que estuviste investigando acerca de los platillos típicos –

–Maldita 04, la desinstalare de tu celular– susurré más dormido que despierto. – Déjame pensarlo, aún faltan dos días –

Me deje llevar por el cansancio y el agradable sueño me cobijo. Teníamos al menos cinco horas para dormir, antes de que amaneciera.



Varios toques en la puerta hicieron que me levantara a abrirla, Hans aún estaba durmiendo, su mamá tiene el sueño ligero, pero él, parece oso en plena hibernación.

–Buen día Damen, espero y hayan descansado un poco, pero ahora toda la familia esta reunida, ¿Por qué no bajan a desayunar?– solté un bostezo, pero lo cubrí con mi mano.

–Disculpe, ahora bajamos, despertare a Hans, aún sigue dormido– la mamá de Hans, se retiro.

Tarde varios minutos en despertar a Hans y otros varios lavando mi cara y dientes.

Cuando íbamos bajando, el bullicio se comenzaba a escuchar.

–Buen día familia– Hans fue el primero en hacer su aparición.

Tres hombres se acercaron y abrazaron a Hans.

Habían varias personas en la mesa, casi de inmediato los nervios me ganaron.

–Familia, les presento a Damen– todos los que se encontraban en la mesa fijaron su vista en mi.

"¡Oh! ¿Un amigo?" era lo que más se escuchaba.

–Es mi pareja, mi novio– creo que nadie más aparte de su madre sabia acerca de nuestra relación, ya que el silencio que atacó fue sepulcral.

¡Dios, quiero morir!



¡Dios, quiero morir!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hacker I & II +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora