Aferrarme a ti [Trilogía murderous family I] ✔

🔰Capítulo 17: ¿Enzo?🔰

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🔰Matias🔰

Ganó.

¡Por Dios, ganó!

No es cierto, pudo hacerlo, apenas logró dejarme en mitad de vida, así que como yo gané, ella tendrá que poner en marcha lo que le dije.

Fue simple.

Ya hace como cinco minutos que estoy despierto y me encuentro sentado en la cama. Deben ser como las ocho y Nathalie no está en la cama. Parece que salió temprano.

Tendré un día aburrido, supongo.

Me levanto y empiezo caminar hasta la cómoda para buscar mi teléfono, pero cuando llego, veo que, de bajo de él, hay un pequeño papel doblado en dos. Lo tomo y lo que dice me deja impaciente:

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Buenos días, espero y no te duela la cabeza al igual que a mí. Eres libre desde hoy, haz lo que quieras menos drogarte. También quería decirte algo muy importante y resulta que ya te lo puedo decir; el Sr. Matias y la hermosa Madison Hernández, son aquellos familiares de los que mi padre te habló; Tu padre y tu hermana.

Lo siento por no Habértelo dicho antes.

Con cariño, Nathalie.

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No sé qué hacer.

Era cierto.

Ellos no murieron.

Mi madre no pudo decirme esa gran mentira. Y si es así, ¿por qué lo hizo? ¿Tal vez por venganza a que él la engañara?

¿Tal vez?

No, no, mi madre era una mujer muy honesta, ella no haría eso y además quería tanto como a mí a Madison, pero bueno, supongo que nunca lo sabré.

Salgo de la habitación para luego dirigirme a la mía. Después de hacer todas mis necesidades y de disfrutar nuevamente el olor de mi habitación, ¡a hombre carajo! Bajo a la cocina para desayunar. Samy me está preparando el desayuno gracias a Dios y raramente no está aquí la damisela de Alex. ¿Habrán salido juntas? ¿Será?.

Un sonido desesperante me hace enfadar. Odio cuando tocan ese horrible timbre. Me devuelvo hacia la puerta y la abro con pesadez.

Conor.

¿Qué hace él aquí?

—Hermano, no sé qué hice— me pasa por el lado adentrándose a la casa—, no fue mi culpa, no quise hacerlo.

Dice desesperado y pasándose las manos por la cabeza mientras camina de un lugar a otro.

¿Ahora qué?

—¿Qué pasó? — le pregunto mientras cierro la puerta.

Empieza a caminar hacía el cuarto de estar con desesperación, se sienta en unos de los muebles y se rasca la barbilla mientras dice "no" con la cabeza.

—Creo que maté a alguien.

¿Cómo?

—¿Qué tú qué?— digo sentándome frente de él para ver si es una puta broma de las suyas, pero no creo que lo sea, está llorando y se puso muy rojo.

—Yo, no lo quise hacer. Él se metió en mis asuntos y no me gusta que lo hagan. En serio, no lo quise hacer— exclama en desesperación.

Esto debe ser una puta broma.