🔰Capítulo 8: Hernández 🔰

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🔰Nathalie🔰

Me despierto al escuchar un ruido proveniente de la planta baja, al parecer están usando la licuadora, tal vez mamá o Samantha, está preparando el desayuno. Hoy tengo un fuerte apetito, a diferencia de otros días que recaigo y se me van las ganas de comer. A mi mejor amiga no le pasa igual, solo le dan deseos de comer y comer hasta más no poder que es muy loco a decir verdad. Pero cada quien se mata la ansiedad con algún vicio. 

El mío al parecer era morir de hambre, pero eso ni siquiera es un vicio, es un problema. 

Por cierto, ¿dónde está mi mejor amiga?

Vuelvo a escuchar el ruido y esta vez me levanto de la cama para bajar y ver quién es el causante de aquél ruido. Cuando estoy en el comedor, visualizo unos platos ordenados con cubiertos y cucharas a un lado, jugo de naranja y una canasta con frutas. Camino hacia el comedor, tomo una manzana verde y le doy un mordisco.

Amo las manzanas verdes. 

Me dirijo a la cocina de donde viene el ruido y al entrar veo a la mujer que me dio la vida, está vestida de blanco, una falda, una camisa con escote y unos tacones negros. Tiene el pelo suelto con un poco de ondas en las puntas y usa un cintillo de trenzas.

Se ve joven, es joven.

—¿Te quedaras ahí o me ayudaras con el desayuno? —dice de espaldas, al parecer conoce bien mi perfume o tal vez mi presencia o quizás le quiere pegar.

Cualquiera de todas.

—Hola mamá— me acerco a ella y la ayudo a llevar los vasos sin antes dejarle un beso en la mejilla.

—Hola hermosa— me devuelve el beso y se adelanta con el desayuno.

—¿Cómo estás? —pongo los vasos en la mesa, saco unas servilletas y las acomodo.— Me dejaste sola todo este tiempo.

Ella me mira después de servir el desayuno; puré de plátano con carne de res y una ensalada de tomates verdes y rojos.

—Estoy algo estresada, pero bien.— suspira— Tu padre y yo hemos tenido mucho trabajo esta semana.— se acerca a mí y me agarra los hombros— ¿Y tú? ¿Cómo éstas?

Le sonrío.

—Estoy bien, muy bien, ¿y cuando te vas? No me gusta mucho vivir sola con ese chico, prefiero tener la casa solo para mi, lo sabes mamá.

—Ahora mismo querida, tengo una reunión y tú padre estará en línea así que son cosas importantes.— limpia unas cucharas y luego se seca las manos para darme la cara— Y tienes que darle una oportunidad a ese pobre muchacho, tú padre confía en él. Además es fuerte y te puede ayudar en algo si lo llegas a necesitar. 

—Pero...— me interrumpe.

—Pero nada... tengo que irme ahora— me besa la frente—. Cuídate, cariño— me pasa por el lado y logro voltear antes.

—Pensé que desayunaríamos juntas— señalo la comida.

—¡No cariño! ¡Es el desayuno de ustedes dos! ¡Yo ya desayuné!— busca su abrigo y se lo pone— ¡Trata bien a Matias, no lo molestes! —dice antes de dar un portazo e irse.

Él es quien debe dejar de joder, ni siquiera sé lo que estaba pensando ayer al abrazarlo.

—Oookey... me comeré esto antes de que el buen idiota baje— digo en voz baja—. Tal vez me coma todo o tal vez se lo eche todo al perro que por cierto, ni me molesto en ir a ver. Parece más de Samy que de nosotros. 

Aferrarme a ti [Trilogía murderous family I] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora