Al chile ha sido difícil

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Antes de comenzar he de decirles que me ha costado en verdad mucho trabajo decidirme a escribir esta mamada, tanto que estoy escribiendo esta nota antes de empezar, porque quiero neta mentalizarme a la pendejada que estoy a punto de hacer, pero ya, ahí voy.

Pero antes ESTA MADRE ES CON EL AFÁN DE DIVERTIR, NO DE OFENDER A NADIE. Estoy usando estereotipos porque me parecen chistosos y porque ¿Qué creen? Algo de esto he vivido. No soy man de varo, he vivido en unidades habitacionales toda mi laif, cada vez que se me cae el cel ruego porque no se le chingara la pantalla porque no tengo pa arreglarlo, vendí Avon cuando entré a la universidad bc no me alcanzaba el varo y mi gfesita hace papelitos para dividirnos el que hacer. Eso. Estoy usando Marvel bc al chile me dan un buen de risa este tipo de fics.

Ahora sí los dejo con esta madre. Espero sus comentarios.

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Mejor yo me echo una chela
Y chance enchufo una chava
Chambeando de chafirete
Me sobra chupe y pachanga

En algún lugar de la CDMX de cuyo nombre no quiero acordarme, un morrito fresa caminaba de regreso a su cantón. El morrito en cuestión se llamaba Peter, se llamaba así porque su mamá (que era vato, jaja, bien kreisi) era una de esos señores mamonas de Santa Fe que pensaba que estaba chido ponerle nombre gringo a la bendi nomas porque estaba güerito. Así que sí, el vato en vez de llamarse Pedro, se llamaba Peter.

A favor de su mamá/papá , el magnate hombre de negocios dueño de la mitad de la CDMX, Anthony Stark, había sido, un hombre rico. Pero el mal manejo de la empresa los había hecho quedar en la ruina. Desde hace unos seis meses habían tenido que dejar su casa mamalona en una colonia chida para irse a vivir a una unidad habitacional en una "colonia marginal" al norte de la Ciudad de México.

Para el Peter había sido difícil dejar a sus amiguitos fresa de la escuela privada para irse a la prepa en una escuela pública, pero al menos no le habían quitado el iPhone. Lo que si había valido verga era que le dieran varo para todo ("no' más te vamos a dar $50 a la semana, y di que te fue bien"), tener quien le limpiara la casa (ahora su "mamá" hacía papelitos para ver a quien le tocaba limpiar que) y que compraran lo que el niño quería. El Steve, su otro papá, nunca había estado de acuerdo en que Tony lo consintiera tanto, pero ahora ni aunque quisieran consentirlo, podían.

Por ir pendejeando pensando en sus desgracias, al morro se le cayó el teléfono.

-Estoy hasta la madre de esta puta vida.

Dijo todo emo mientras se agachaba a recoger el celular, rogándole a todos sus dioses que no se hubiera chingado la pantalla. Para su suerte, la pantalla no se había estrellado, pero sus audífonos que se había comprado en el metro ya no servían, así que hasta ahí le llegaba su escape de la realidad. Sin querer darle más vueltas, siguió caminando hacia su casa, pasando por estrechas callejuelas a las que ni se hubiera acercado antes de todo ese desmadre.

Para su desgracia, tantito antes de llegar a su casa había un grupo de marihuanos. Escondió el iPhone en la cintura de su pantalón y siguió caminando.

-Quien fuera vinagre para escurrirse de ese chilito.

Escuchó que le gritaban.

-Eso mismo me dijo tu pinche madre, pendejo.

Sí, puede que ya se le hubiera pegado lo barrio, pero no tanto, así que cuando vio que el tipo que le había gritado se levantaba e iba hacia él, estuvo a punto de salir corriendo.

-Dame tu teléfono, pinche morrito mamón.

-A no mames ¿Es neta?

-¡El teléfono, chingada madre!

Petrer, ya todo resignado, le dio el teléfono. Con suerte lograba que su mamá le sacara otro a crédito en Elektra. Pero para su sorpresa, el vato sólo escribió algo y le regresó el teléfono.

-Ahí después me mandas whats.

Dijo el vato y regresó con sus amigos.

El Peter se quedó todo sacado de onda, y cuando revisó el teléfono, se dio cuenta que tenía un nuevo contacto: "Un wey llamado Wade" 

El vato de la esquinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora