A demás de borracho, pendejo

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-¿DÓNDE CHINGADOS ESTAS? TE DIJE A LAS 8 Y YA SON 8 Y MEDIA. AHORITA QUE LLEGUES A LA CASA ME LA VAS A PAGAR.

El pinche gritote de su jefa se alcanzó a escuchar tan bien, que hasta sus amigos marihuanos escucharon, y como eran buen pedo, le apagaron a la música para no delatarlo. El Peter, aunque no lo pareciera, era muy listo al menos en sus cinco, así que se inventó una excusa en chinga.

-Es...toy con la Michelle, ama, ya le había dicho. Se me fue el tii... el tiempo, pero ya voy.

-¿POR QUÉ CHINGADOS HABLAS ASÍ? A VER, PASAME A LA MICHELLE.

El Mysterio se empezó a reír y el Quill le dio un codazo en las costillas para que se callara.

-Es que...- Verga ¿Qué le digo? -Es que estaba dormido, y no le puedo pasar a la Michelle porque ya salí de su casa, pero ahorita llego. Le voy a colgar porque voy a pasar por un lugar medio feo.

Peter colgó la llamada todo paniqueado.

-Ya valí verga.

Dijo resignado, levantándose de la silla y dispuesto a irse.

-Espérate fresa, tu playera.

El Wade se levantó, sacó la playera del Peter del cajón donde la había guardado y se la aventó. El Peter la tomó en el aire y se la cambió en chinga.

-Ya me voy, luego nos vemos.
Se despidió el vato, pero antes de salir, el Wade le aventó un mazapán que no pudo atrapar y se tuvo que agachar a buscarlo.

-Cómete esa madre, si tu jefe te dice que le soples, no vas a oler a alcohol. Cuando llegues, si te regaña no le digas nada, si te pones a pelear y dar explicaciones se va a dar cuenta de que estás pedo ¿En qué prepa vas y a que hora sales?

El Peter estaba tan concentrado en hacerle caso que le dijo el nombre de la escuela y que salía a la 1:30 casi sin darse cuenta. Después de agradecerles por invitarlo, salió corriendo hacia su casa muy concentrado en no caerse y en no atragantarse con el mazapán que se estaba comiendo.

-¿DÓNDE ESTABAS, HIJO DE LA CHINGADA?

Apenas iba llegando y ya estaban lloviendo vergazos. El Peter sintió las estúpidas ganas de responderle que era su hijo y regresarle el insulto, pero como valoraba su vida, mejor se calló.

-Ya le dije que con la MJ, amá- Su voz aún sonaba rara, arrastraba las palabras más de lo usual- Vimos una película y me quedé dormido. Me desperté cuando me habló.

Una vocecita en su cabeza lo estaba felicitando, porque a pesar de haberse tomado 5 cervezas y no saber tomar, estaba diciendo cosas coherentes. Pero su jefa, que tenía super poder de madre, sólo necesitaba verlo para saber que no era cierto, además, se estaba contradiciendo, porque primero le había dicho que no le pasaba a su amiga porque ya había salido de su casa y ahora salía con que se despertó cuando le habló.

-A ver, sóplame- El Tony se plantó enfrente de él, esperando a que su hijo soplara para ver si olía a alcohol. Cuando sopló, no olía a alcohol, pero sí a cacahuate -Mira Peter, más sabe el diablo por viejo que por diablo y yo también tragaba mazapanes para no oler a alcohol.

-Que no estoy borracho amá- insistió el Peter- ¿Si hago el cuatro me la cree?

Sí está borracho, y a demás de borracho pendejo. A ver que tantas ridiculeces hace este wey. Pensó el Tony, mitad bien encabronado, mitad aguantándose las ganas de reírse de su chamaco.

-A ver, haz el cuatro entonces.

El Peter intentó pararse sobre su pie izquierdo y apoyar el pie derecho sobre la rodilla, pero como sí estaba borracho, su equilibrio no dio para mucho y se fue de hocico. El Tony ahora sí no se aguantó la carcajada. En cosa de segundos decidió que le iba a poner el mismo castigo que le pusieron a él cuando se emborrachó por primera vez: Dejarlo pasar la cruda el solito y recordarle todas las pendejadas que había hecho el día anterior... aunque también pensaba quitarle el teléfono una semana, no dejarlo salir si sus amigos no iban por él hasta la puerta de la casa y dejarle a él solito todo el que hacer de ahí al domingo (era martes). Eso y lo que Steve le quisiera sumar al castigo. Si se ponía de mala copa, le iba a meter una chinga.

-Má ¿está temblando?

-Qué va a estar temblando. Déjate de pendejadas y mejor metete a bañar. Te aviso que mañana te voy a lavar la cabeza en el lavadero para ver si se te caen los piojos, y que quiero que en cuanto llegues de la escuela me laves tu almohada, las sabanas y la colcha. Lo iba a hacer yo, pero como ya estas grandecito para tomar, también puedes hacer tú, tus cosas. Y te vas despidiendo de que te lave yo tu ropa y...

El Peter se levantó del piso todo humillado. Se fue a meter al baño aún con su jefesita aun recitándole las especificaciones de su castigo. Cuando se metió a bañar, se dio cuenta de dos cosas: la primera era que no había prendido el boiler y el agua caía helada, y la segunda y chance la peor, es que no había metido ropa limpia ni su toalla.

-Amá- gritó desde el baño, cerrando la llave del agua- ¿Me puede prender el boiler?

-Nel, báñate con agua fría para que se te quiten las ganas de andar de borracho.

El Peter se resignó y se bañó así, aprovechando que tanto alcohol en la sangre hacía que no sintiera el agua tan pinche fría.

-Amá- volvió a gritar cuando se terminó de bañar- ¿Me pasa mi toalla?

-No te voy a pasar ni madres. Y cuidadito y mojes todo el piso porque te pones a trapear toda la casa.

Peter, un poco menos borracho, se puso a sopesar sus posibilidades.

Mientras tanto, su papá el Steve iba llegando de su trabajo de medio turno en la taquería, y tal como lo había prometido, llevaba tacos de pastor para cenar.

-¿Qué crees que hizo tu hijo?

Dijo el Tony antes aún de saludarlo. El Steve supuso que era algo realmente grabe, aunque después, cuando su esposo se largó a reír se quedó todo sacado de onda.

-¿Qué hizo?

Preguntó dejando los tacos en la mesa, para después ir a besar en los labios al Tony.

-Se emborrachó, y como según él no estaba borracho, intentó hacer el cuatro y se calló de cara.

Un debate interno surgió dentro del Steve, porque lo que su hijo había hecho estaba realmente mal, y también estaba mal que Tony se estuviera burlando de él, pero por otro lado la historia era demasiado graciosa. Al final, le ganó su lado mal padre y también se empezó a reír. Se rio aún más cuando vio a su hijo salir del baño en calzones y corriendo hacia su recámara y darse de cara con la puerta de esta.

-¿Qué le dijiste?

Preguntó después de un rato de estarse riendo.

-Le quité el teléfono y lo voy a poner a hacer el que hacer toda la semana ¿Le agregas algo más a su castigo?

-No, así déjaselo. Aunque- Se acercó de nueva cuenta a su esposo, rodeando con sus brazos la cintura ajena- Podemos aprovechar que seguramente se va a quedar bien dormido y usar el tiempo para nosotros.

-¿Y qué se te ocurre?

El Tony terminó de acortar la distancia, casi besándolo.

-¿Sí ubicas el fondue?

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Ahre, ya voy  a bajarle el ritmo a esto y voy a dejar de publicar diario :v pero es que neta escribir esto se está transformando en mi lugar feliz.

Dos cosas

¿Quieren lemon dentro de esta historia? 

Estaba pensando en contrarrestar mis carcajadas de aquí con escribir algo bien sad ¿Jalan a leerlo?

El vato de la esquinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora