El primer beso.
Cuando aquella persona que aprecias tanto, se acerca y une sus labios con los tuyos en un dulce beso, él o ella se separa con un sonrojo en sus mejillas y tu has de enamorarte más de aquella persona.
No me ha pasado…
Pero debe ser lindo.
Estoy en último año de secundaria y todos han dado su primer beso menos yo.
Bueno… mi madre siempre me dice "Todo a su tiempo, sólo hay que ser paciente y optimista", y a estas alturas, eso ya no es fácil.
Cerré mi locker y suspiré, mirando curiosa un brazalete que había encontrado en la puerta de mi casa, ayer por la tarde, pasé mis finos dedos por la superficie de este y sonreí.
Me pregunto, ¿Quién habrá sido?
Estaba tan concentrada en admirar el lindo brazalete que no me percaté de algo…
Los populares habían entrado.
Me enteré por los agudos gritos de las chicas que se encontraban afuera en estos momentos.
Volteé y ahí los vi; los hermanos Jojo, hijos de un señor adinerado y poderoso. Ellos mandan aquí.
Eran tres chicos, guapos, atléticos, 'bad boys' pero con notas arriba del promedio, tal y como el régimen de popularidad lo exige.
Los quedé viendo, a uno en específico siendo honesta; al mayor; Brick, dueño de unos intensos ojos rojos y cabellos anaranjados. Por alguna razón, no podía dejar de observarlo.
Un pensamiento raro pasó por mi mente por unos instantes…
¿Y si él fue el que me había enviado el brazalete?
Pff, claro que no. ¿En qué demonios piensas Bombón? El es popular, tú apenas una estudiante más. ¿Por qué se fijaría en mí?
Descarté aquel absurdo pensamiento y seguí mirando a Brick.
Él me quedó viendo directamente desde lejos.
Mi corazón se detuvo por una milésima de segundo.
Su mirada penetrante provocó que una pequeña corriente eléctrica recorriera mi cuerpo.
Maldita sea. Mis mejillas estaban acaloradas.
Bajé la mirada y abandoné los pasillos, dirigiéndome al baño.
………
Lavé mi cara, me aprecié en el espejo; mis mejillas aún seguían un poco rojas, las pupilas de mis ojos estaban dilatadas, oí que eso pasa cuando te gusta una persona, no, no, aquel niño mimado no me podía gustar.
Volví a remojar mi cara con agua y solté un suspiro mientras acomodaba un poco mi cabello y mi uniforme. Me miré por última vez y salí del baño.
Mejor voy al patio, necesito aire fresco.
………
Comencé a admirar el paisaje, esta escuela era realmente bella, lástima que los dibujos "obscenos" de los alumnos dañan su belleza, el aire movía mi cabello de forma juguetona, yo sólo disfrutaba de la atmósfera tan tranquila del lugar.
Cerré mis ojos lentamente, con una pequeña sonrisa en mis labios, inhalé profundamente y dejé salir el aire contenido, todo era tan calmado.
Pero nada dura…
Abrí mis ojos bruscamente y de repente, cuando sentí que alguien me abrazaba de la cintura por detrás.
Y mi corazón se aceleró sin control cuando sentí unos labios cerca de mi oído.
— Eres muy cálida. — Murmuró una voz masculina rozando su boca con mi oreja, haciéndome suspirar.
Había es cuando esa voz…
— ¿Brick?… — Hablé muy bajo, pero él logró escucharme ya que contestó con un "si", al mismo tiempo que apretaba su agarre — ¿Q-Qué haces aq-aquí? — Quise saber.
Me di vuelta, quedando cara a cara con él… tan cerca.
— Yo... sólo quiero probar, ¿Me dejas? — Dijo él, casi en un susurro… un sensual susurro.
Yo no había entendido su pregunta, hasta que vi como miraba mis labios. Me sonrojé al instante.
¿Un beso?…
Alto… ¿¡Mi primer beso?!
Mi respiración comenzó a agitarce cuando sus labios rozaron los míos…
Mierda. No sé que hacer.
Miro sus ojos, sus bellos ojos rojos, inconsistente mi mirada se dirige a sus labios igualmente; lucían tan… tan… tan tentadores.
Sin darme cuenta, sus labios ya estaban chocando con los míos. Abrí un poco mis ojos por la impresión, pero igual… le seguí el beso.
Era imposible no hacerlo, movía sus labios de manera suave y delicada, haciéndome querer más.
El echo de nuestras bocas fusionándoce… me encantaba. Y no quería que dicho momento terminara.
El beso se intensificó con el paso de nuestras caricias.
Brick desvió sus manos a mi espalda baja, casi en mi trasero. Nop… en trasero. Yo pasé las mías al rededor de su cuello. Ahg, joder, ambos carecíamos de aire, casi asfixiándonos pero eso no importó, ambos disfrutábamos demasiado del momento como para querer separarnos.
No, ya no aguanto. Mis malditos y traicioneros pulmones piden oxígeno.
Me separé de él, con la respiración agitada al extremo, aún si quitar mis manos de su cuello. El también estaba agitado.
Nos miramos a los ojos, y él sonrió, yo le devolví el gesto, juntamos nuestras frentes.
— ¿Te gustó el brazalete? — Habló él, rompiendo el silencio y sorprendiéndome así mismo.
— ¿Fuiste tú? — No podía creerlo.
Él sólo rió de manera leve — Me gustas, Bombón.
Yo sonreí a más no poder y ataqué sus labios.
Valió la pena la espera después de todo.
