Capítulo 14. Jane se sale con la suya

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JANE: 

Tomé el camino largo a casa, con Chace. Nos dirigimos a un centro comercial en su auto.

Mientras intentaba convencer a Chace que haberle dejado el muñeco a Riley no estaba mal y que Nick no estaba muy enojado (cosa que ni yo misma me creía), disfrutamos de unos deliciosos helados; no es que me agradara especialmente estar con Chace, lo cual sería mentira si dijera que no, porque es un chico muy agradable, pero mi principal motivo para no llegar a casa temprano y evitar que alguna catástrofe suceda con mi hermanito y mi padre, era que probablemente Nick me podría estar esperando en la puerta, con una cubeta de agua fría y el muñeco para delegarme a mi todas las responsabilidades que por ley eran de los dos. Así que mejor tomar el camino largo y darle espacio a Nick que se canse de esperar, aunque conociéndolo lo más leve que podría maquinar su mente sería esperarme en mi casa, de seguro intentará tramar algo, y eso me dejaba un poco inquieta.

—Por nuestro ingenio —le dije a Chace levantando mi copa de helado de Chocolate  —Porque somos invencibles —Chace me dedicó una sonrisa nerviosa.

—Salud —comió una cucharada de su helado de Vainilla, pero no se veía muy seguro.

—¡Animo compañero! —Lo animé dándole un amistoso golpe en el brazo —no es el fin del mundo.

—Pero podría serlo —dijo y me miro un poco apagado —No puedo creer que deje a mi esposa y mi hijo plantado por verme con una mujer.

—Primero que todo, Riley no es tu esposa —espeté seriamente.

—¿Celosa? —alzó una ceja, divertido.

—Para nada —conteste con autosuficiencia —..Y segundo, no es tu hijo, es un robot que nos entregaron quien sabe bajo que efecto de que sustancia alucinógena para que lo cuidáramos, como es un proyecto en pareja y nosotros ya teníamos planes desde hace mucho, les toca a ellos, nosotros podemos cuidarlos el otro fin de semana y ya está. ¿Algún problema con eso? No —pero Chace no estaba muy convencido —¿Riley tenía algún plan?

—Que lo haya mencionado, no, pero cuando le pregunté que si accedía, me dijo que pospondría lo que tenía que hacer.

—¿Ves? Ningún problema.

—Pero creo que Nick si tenía planes —comentó escéptico.

— ¿Si? Pues ni me interesa.

—Tenía una cita con Mel, no tengo idea de quién es, pero creo que por eso se negó a cuidar al bebe.

—¿Qué? —pregunté sorprendida, aunque no debería, desde que conocí a esos dos sabía que algo se traían, aunque sentí cierto júbilo al saberme causante del fracaso de su cita. —No importa, esto es el mundo real, gana el más astuto, y parece que esta vez gané yo.

Chace sonrió, al parecer convencido.

Cuando llegue a casa, me encontré a Joe en el porche, acababa de llegar. Lo llamé y me escandalizó el reto que vi en su mirada, pero lo ignoré y seguí mi camino.

—¿Qué ha pasado?

—¿a qué te refieres? —se hizo el desentendido.

—¡A Nicholas tonto!

—Nada, se enfadó mucho, pero luego lo superó y dijo que lo tendrías que cuidar toda la otra semana.

—¿Qué? —pregunté, no sé si sorprendida de que Nick no hubiera querido tomar represarías o por el hecho de que me tocaba fingir que era madre de un robot que me alteraba los nervios.

—Lo que oyes, lo tendrás que cuidar.

—No te creo —lo miré escéptica —La parte en la que Nick lo superó, él no lo superaría.

Prohibido EnamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora