Donde Jeon JungKook, un Omega y asesino profesional, tiene la tarea de asesinar a Kim TaeHyung, un Alfa con un gran territorio y líder de una de las facciones criminales más grandes del país.
Pero poco sabía Jeon que Kim era más inteligente de lo q...
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Al día siguiente, se había levantado alrededor de las diez de la mañana. Después de su higiene matutina y un buen baño, solo llevaba un pantalón negro ancho, zapatillas negras y una amplia camisa blanca. No le gustaban las curvas que tenía, así que trató de ocultarlo a toda costa.
Después de vestirse, tomó su teléfono y marcó un número para hacer una llamada.
Cuando terminó de comunicarse, tomó la información del archivo que NamJoon le dio y la llevó a una habitación para un análisis más detallado.
Dentro de esa sala había varias fotos de las innumerables víctimas que ya había exterminado, especialmente los archivos quemados de la facción de NamJoon.
El moreno estaba sentada en una silla que daba a la pared llena de fotos. Sacó el perfil de TaeHyung y volvió a analizar la información Alfa.
JungKook miró directamente a la cara de Kim en la imagen, nunca antes había visto una cara como la de ese hombre. A pesar de la edad de Kim, parecía más joven, casi como JungKook.
El moreno resopló y colgó su foto con una grapa, junto con las demás. Así que se fue de esa habitación, tuvo que hacer cosas más importantes.
Jeon bajó para encontrarse con NamJoon sentado en el sofá de cuero negro de la sala de estar, con las piernas cruzadas mientras leía un periódico, la taza de café a su lado indicaba que lo estaba tomando mientras leía.
Sintiendo la presencia del niño en la habitación, Kim lo miró.
— ¿Donde vas?— Preguntó descansando la taza sobre la mesa.
— Voy hacer mi trabajo.— Él sonrió firmemente al hombre mayor.
— ¿Antes del desayuno?— Preguntó el platinado, quitándose suavemente sus gafas de lectura de su cara.
— Sí, me voy de viaje esta noche, solo espero que Jin hyung no se queje.— Se encogió de hombros.
— Por supuesto que se quejará, no te detienes en casa, mucho menos en ese estado.— Responde seriamente dirigiendo su atención al periódico en sus manos.
— No es mi culpa ... es mi trabajo, y me gusta hacerlo.— Cruzó los brazos, sin agregar que fue exactamente Kim quien lo había puesto en esa vida. Aunque fue su elección.
— ¿Matar?— Su atención se centró en el chico que tenía delante mientras arqueaba una ceja con malicia.
— ¿Dijiste que el rojo es mi color favorito?— Él respondió con la misma mirada.— Ahora me tengo que ir ... ese bastardo me está esperando, y sabes lo impaciente que es el pelirrojo.
— Sal de aquí.— Lo expulsó con una sonrisa tirada.
JungKook solo sonrió levemente, saliendo de la casa.
