Capítulo 14

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Abrí los ojos con pesadez ya que me costaba mucho, tenía sueño, cuando me di cuenta alguien rodeaba con sus brazos mi cintura, unos fuertes brazos

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Abrí los ojos con pesadez ya que me costaba mucho, tenía sueño, cuando me di cuenta alguien rodeaba con sus brazos mi cintura, unos fuertes brazos. Me acordé de todo lo que pasó anoche, ay señor ¡me quedé dormida con Derek!

Miré su rostro, dormía tranquilamente, como si no existiese ningún problema, suspiré, pero si lo había, y grande, me quedé observándole durante un buen rato hasta que escuché como alguien carraspeó cerca de mí, me di la vuelta rápidamente despertando a Derek, era Lydia, eché el aire que contenía de los nervios ¿cómo se le ocurría asustarme así?

-¿Estáis muy cómodos eh? Isaac está despierto y está saliendo de su cuarto para venir aquí, así que si no quieres una pelea te aconsejo que te vayas quitando de ahí querida- ambos nos sentamos velozmente y nos quedamos como dos piedras en el sofá. No le miraba no era capaz, me sentía incómoda ¿por qué tuve que pedirle que se acostase conmigo anoche? Lydia fue a hacer el desayuno con toda la normalidad del mundo, porque claro, ella había dormido tranquilamente mientras yo, me moría de sueño, típico. Escuché los pasos de mi novio bajar por la escalera, cuando me vio, sonrió. Tenía que hablar con él, sinceramente, necesitaba tiempo, mis sentimientos no estaban muy claros en este momento, estaba confusa sí. La escena que tuve ayer con el ojiverde me hizo ver las cosas desde una perspectiva distinta, pero sé que él no sentía nada por mí, se notaba que seguía embobado por Emma ¿qué cómo lo sé? la forma en que la mira, la echa de menos. Detrás de la persona que bajaba las escaleras se asomaba otra, Erica, y detrás de esta, Boyd. Con él apenas había hablado, no es de muchas palabras.

-Buenos días- saludaron Erica y Isaac al mismo tiempo. El chico se acercó a mí y me dio un beso, fue incómodo ya que Derek estaba al lado nuestra y sentía su mirada posada sobre mí. Me levante junto el de rizos o como yo le digo cariñosamente, rizitos de oro. Nos sentamos juntos en la mesa.

-Al final ¿dormiste anoche?- me preguntó. Si él supiese...

-Sí, bueno... dormí bien sola, osea, no necesito compañía, no creas que dormí con Derek ni mucho menos ¡no, ni loca!- grité tan fuerte que todos me miraron y sonreí nerviosa. Todos siguieron a lo suyo y entre Isaac y yo se hizo un silencio incómodo.

-Voy a salir a tomar el aire, me encuentro mareada- comenté.

Salí al jardín delantero y me senté en el escalón. Suspiré y apoyé mi cara en mi mano. Noté que alguien se sentó a mi lado pero lo ignoré. Sentí la brisa rozar mi cara y volar algunos mechones de mi pelo hacia atrás. Disfruté del momento, con un segundo de paz me bastaba. Acomodé mi pelo echándolo hacia atrás, miré al verde paisaje que tenía ante mis ojos y me concentré para relajarme y despejar esos pensamientos que me atormentaban.

-¿Problemas?- miré a quien tenía a mi lado, era Boyd.

-Pues lamentablemente sí.

-Sabes, aunque no hayamos intercambiado muchas palabras, puedes contármelo.

𝙇𝘼 𝘼𝙇𝙁𝘼 𝘿𝙀 𝙇𝙊𝙎 𝘼𝙇𝙁𝘼𝙎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora