capitulo XVII

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Parecía ser un día tranquilo, no había monstruos, los caninos hacían de felicidad a los reciedentes y todos hacían su trabajo sin reproches y con tranquilidad, después de terminar mis deberes, como ahora no pensaba salir me fui a ver a Arely a la enfermería, para ver que tal se encontraba, en cuanto llegue pedí que me dejaran pasar a verla, entre y vi a lobo entrar a una de las habitaciones, yo suponía que era de Brishia así que continúe a ver Arely, cuando llegue un doctor se encontraba con ella, cuando entre el doctor me saludo cordialmente y aprovechando que yo estaba allí, nos dijo que Arely ya podía salir de el hospital sus heridas ya habían sanado por completo y al parecer ya estaba muy bien, así que cuando dijo eso simplemente abrace a Arely en el momento en el que se paro de la camilla, ella sonrió y le pedí que jamas volviera a hacer tal tontería, que se quedara conmigo siempre, ella asintió y simplemente me dijo "no mi niño perdón por haberme ido, ahora me quedare aquí contigo" sonreí y nos fuimos directamente a nuestra Casita, ella se sentó en la silla movible que se encontraba fuera de casa, un rato después de solo admirar los alrededores vimos que ahí venían Brishia y lobo, sonreí y pensé, "tengo mucha familia que debo cuidar y proteger" presente ante Arely y ellos se sentaron a mirar los paramos con nosotros.

Comencé a sospechar del por que estaba todo tan tranquilo, no había ataques de ningún monstruo, medusa no aparecía, toda esa tranquilidad era muy sospechosa, pero decidí no hacerle mucho caso, solo estar atento a lo que sucediera y disfrutar de ese momento tan emotivo en el que me encontraba con ellos, lobo me comento que se le hacia sospechoso que todo estuviera tan tranquilo, le dije que pensaba lo mismo, pero que menos solo estuviéramos atentos y disfrutáramos de esa pequeña reunión de amigos, el acepto lo que le que dije y solo disfruto de ello, el al sentirse en confianza con ellas se quito la mascara por primera vez frente a otras personas que no fuera yo, solo que eso si, nunca les dijo su nombre real, a pesar de que ellas se lo preguntaron muchas veces el siempre encontró la manera de evitar decirles su nombre real, el les contaba sobre las veces en las que teníamos que salir y de como nos enfrentábamos a aquellos gigantescos monstruos, ellas sonreían y estaban felices, yo mire a todos y me sentí tranquilo de que hasta ahora había sido capaz de protegerlos...

Un cambio en el espacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora