CAPITULO 6

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Estela recordaba el día cuando tuvo aquella conversación con su mamá y se llenaba de tristeza pues en ese mismo año la señora había fallecido.

Habían pasado 4 años y Estela seguía soltera.
No he conocido a nadie que valga la pena,
Decía.
Además así puedo ver por mis hermanitos que aun son pequeños.

Por 9 años  años las puertas del No. 95 habían estado cerradas,
Hasta que un dia
un movimiento inusual
llamó la atención de Estela.

Había un camión y una Fiat afuera de la casa, varios hombres entraban y salían.
No pudo resistir la tentación de acercarse.
Lo hizo lentamente, al llegar al laurel se detuvo.
Y entonces lo vio.

Toda la fachada hay que derribarla.
Decía en voz alta José Luis,
incluyendo el balcón,
pondré ahí unos ventanales y quiero
abajo enmedio un pórtico.

Todo este piso en esta parte del patio
lo levantan..

Al dar la vuelta para señalar a los albañiles la barda baja que daba a la calle vio a
Estela.
Siguió diciendo:
Esa barda también hay que tirarla..quiero ahí todo el frente enrejado.

Mientras hablaba camino hasta afuera.

Estela lo vio ir  hacia ella.
Sintió como empezó a temblar.

Hola,
se te ofrece algo?
dijo José Luis.

El se veía tan diferente y a la vez tan igual.
Estela recurrió a todas sus fuerzas para controlarse y dijo con timidez.
Solo saludarte.

¿ Nos conocemos?
inquirió el.

Si.
dijo ella.
Pero tú no te acuerdas de mí.

Me gustaría que me ayudarás a recordar.
dijo el amable, secándose las manos.
Somos vecinos verdad?

Estela respiro hondo y dijo de corrido:
Un día, un novio celoso se puso violento y tú me lo quitaste de encima.
Tú venías en auto y nosotros discutíamos exacto.... hasta  allá, allá enfrente.

Por un momento José Luis se quedó pensando,
no recordaba para nada el incidente,
Entrecerrando los ojos trato de hacer memoria.
Después de unos minutos dijo:
Si, si..  creo que... ya me acuerdo,
te lo quite de encima,
el se fue corriendo, después te acompañe a tu casa...
¡ La casa del maestro Ramiro!
Si claro, si...
Sonrió y dijo:
Pero eso pasó hace muchísimo tiempo!

Ella asintió.
Luego dijo:
¿ Que vas a hacer aquí?
No la vas a vender verdad, o si?

Por supuesto que no.
respondió el.
La voy a remodelar y vendré a vivir aquí.

El rostro de Estela resplandecio.
Su corazón se le quiso salir del pecho.
¡ De veras!
dijo sin poder disimular su emoción.
Te vas a venir a vivir otra vez aquí?

En ese instante los Alcántara que iban llegando lo descubrieron, se atravesaron la calle de prisa.
¡ José Luis!
gritaron los dos.
Llegaron a su lado y lo abrazaron.
¡ Pero qué gusto volver a verte!

Apenas la saludaron a ella.
Estelita cómo estás?
Y siguieron con el.
¿ Te quedarás algo de tiempo por acá?
dijo la mujer.

Pienso regresar a vivir aquí.
contestó el.

No sabes la alegría que nos da que vuelvas a tu casa.
Dijo el Señor Alcántara.

Claro que sí.
dijo la esposa.
Sabes que fuimos muy amigos de tus padres y nos dió mucha tristeza perderlos y ver todos estos años la casa cerrada.
Esperamos que cuando ya estés aquí
nos visites, tal vez nos acompañes a cenar o a comer en estos días.

 El No. 95 de la calle de las floresWhere stories live. Discover now