Las puertas volvieron a estar abiertas como años
atrás,
la música volvió a inundar la casa de los Jiménez.
Los jardines estaban repletos de plantas y de flores.
En el estanque los lirios relucían.José Luis mando a cambiar la protección de ladrillos qué su padre había construido alrededor del laurel por una más alta y de hierro.
Volvían personas a entrar y salir,
volvia la vida al No. 95 de la calle de las flores.El sonido de los teclados de las máquinas de escribir se escuchaban en la oficina pegada a la calle.
José Luis y Estela trabajaban
con ahínco, por momentos se miraban y sonreían.Todo lo que ella hubiera soñado alguna vez no era nada comparado con la realidad.
Solo con Ivonne compartía la felicidad que estaba viviendo.
¡ Gracias amiga mía!
Le decía.
Tu me impulsaste a atreverme a alcanzar a mi estrella inalcanzable!¡ Estoy feliz por ti!
Le decía Ivonne.Tuviste razón, yo tenia que tomar lo que quería sin importarme nada y que pasara lo que pasara!
Dijo Estela.Así tenía que ser.
Dijo Ivonne.Álvaro le reportaba cuanto hacia a José Luis, David y Lalo trabajaban ayudándole en todo.
Ya esta todo con don Panchito.
Todo lo que me pediste y más porque no solo la cama se estaba cayendo de vieja, todo se estaba cayendo, todo estaba inservible, además lleve unos albañiles para que le echaran piso nuevo a su patio, les dije que le quedara bien parejito para que pueda salir a la calle con su silla.Y como esta?
Como se siente?
Que dijo el doctor?
pregunto José Luis.¡ Esta super contento el viejito!
emocionado, conmovido...
casi qué me quería besar las manos!
Le dije que todo había sido por orden tuya que te agradeciera a ti
A ver si lo vas a ver al rato.
Y el doctor le mando a hacer estudios y le va a recetar otros medicamentos, mejores que los que esta tomando.Bien.
Dijo José Luis.
Mas tarde lo voy a ver.
hoy tenemos muchísimo trabajo.
Hay que ir a darnos de alta al seguro, a hacienda, tesorería, a la cámara de comercio...Pues ya vámonos.
Dijo Álvaro.
Hoy salimos de todo eso.Hermano tu no eres solo mi mano derecha eres mis dos manos.
dijo José Luis.jajajajaja.
Se rio Álvaro.Y nosotros que somos?
Dijeron David y Lalo.
los dedos de tus dos manos?algo así!
Dijo José Luis.Trabajaban todo el día organizándo todos los pasos a seguir, solo descansaban cuando paraban para comer.
y continuaban a veces hasta las 10 de la noche.
Los muchachos solo querían llegar a sus casas y a sus camas.Cuando por fin terminaban, José Luis tomaba de la mano a Estela y se escabullian al segundo piso.
A veces ella llegaba más temprano que de costumbre.
Subía directo a la recamara de el, se le echaba encima y lo despertaba a besos.Desnudos
el acariciaba su vientre,
mirándola sonriente le dijo:
Nunca había sido más feliz que ahora,
pero mi felicidad sería completa si tuviéramos un hijo.Estela se subió sobre el y besando repetidamente su rostro dijo:
¡ Un hijo! ¡ Un hijo tuyo y mio!Si. - dijo el-
una niñita preciosa de ojos cafés clarisimos y cabellos rubios como tú.
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El No. 95 de la calle de las flores
RomanceUna calle es testigo de la historia de amor de una niña que crece enamorada de un muchacho mayor que ella. Al final llegan a estar juntos pero la muerte los separa cuando son más felices .