CAPITULO 5

2 0 0
                                    

Al año siguiente,
un dia un Mustang color rojo entra a la calle de las flores, recorriendola muy lentamente.

Es medio día y todo está  solitario, con excepción de
una pareja de jóvenes que parecen  estár discutiendo.

¡ solo ya dejame en paz!
decía la chica enojada.

Al pasar el auto al lado de ellos, el chico empieza a dar jalones a la muchacha.
El que conduce frena y baja del auto, su acompañante le dice:
¡ Ahí vas!
¡porque te haz de meter en lo que no te importa!

El chico agarra con una mano los cabellos largos de la muchacha y cuando está a punto de abofetearle con la otra, lo sujetan  con fuerza por el brazo y lo avientan,
va a dar de nalgas al suelo.

Solo mira a su agresor un segundo se levanta y sale corriendo,
da vuelta en la esquina y desaparece.

El defensor le pregunta a la chica:
¿ Estás bien?
Ella no contesta mirándolo estupefacta y con los ojos muy abiertos.
¿ Te lastimo ese chamaco, lo conoces?

ella mueve la cabeza asintiendo y negando al mismo tiempo.

Parece que no estás bien
dijo el.
¿ a donde vives? podemos llevarte a tu casa?

Ella señalo hacia la acera de enfrente.
Ah, vives aqui, te acompaño.
dijo el tomándola del brazo y empezando a caminar.

¿Porque te agredia ese muchacho?
¿ Era riña de novios?
le pregunto.
Ella asintio.

¿ Eres muda?
le pregunto.
Ella empezó a reírse y dijo:
¡ No!

Cruzaron la calle y caminaron un poco más.

Llegaron a la cerca larga de tablas pintadas de blanco y en punta.
¿ Aquí vives? dijo el extrañado.
Esta es la casa del maestro Ramiro.

Si
Dijo ella,
es mi papa.

Pues mucho gusto dijo el estrechandole la mano.
Yo soy José Luis Jiménez Acosta.

Lo sé.
dijo ella, mirándolo conmocionada.

Cuando él sonrió Estela creyó que se iba a desmayar de emoción, su corazón latía a todo lo que daba.

El que estaba en el  auto ya había tomado el volante y se estacionó afuera del No. 95
empezó a tocar el claxon.

Tengo que irme
dijo el
dale mis saludos a tu papá, me dió gusto conocerte.

dió unos pasos alejándose y volteó,
sonriendo le dijo:
¡ Ya no te metas en líos!

Estela se quedó ahí afuera de su casa viendolo,
hasta que llegó junto a Carlos que ya lo esperaba afuera del auto,
los padres de José Luis ya habían salido, todos se abrazaron, la mamá se veía muy  feliz, después todos entraron a la casa.

Todavía se quedó ahí parada más de diez minutos.

¡ Volvieron!
¡¡volvieron!!
decía en voz baja.
exultante de alegría entro corriendo a su casa.

Entro a su cuarto, se encerró y se tumbo en la cama.
Pará saborear a solas lo que acababa de suceder,
para repasar en su mente cada instante, no cabía en si de emoción.
¡ Dios mio! Ya no son...como antes... ya están más...grandes!
Y están más guapos qué nunca! ¡ Y que bien se ven y que carrazo qué traen!

Durante los días siguientes vio varias veces el Mustang rojo  estacionado.
Después desapareció.

Paso de la alegría a la tristeza.

Ivonne, tú viste ese auto verdad?
no lo soñé.
le dijo a su amiga.

¡ Ay!
claro que no lo soñaste.
contestó Ivonne
¿ Que te pasa? no me digas que te estás volviendo más loca,
¡ Ubicate!
Solo han de haber venido a visitar a sus padres!

Si.
Tienes razón.
dijo Estela.
No sé porqué supuse que habían regresado.

¡ Y aunque regresarán!
dijo Ivonne.
¿ Que es lo que crees que va a pasar?

Es que..lo que pasó,
fue lo más inesperado e increíble del mundo,
ni en mil sueños me lo habría imaginado.
dijo Estela.
Paro su auto....¡para bajarse a defenderme!
de ese imbecil de Raúl.. que me estaba fastidiando porque ya no quiero andar con el!

No te hagas ilusiones, bajate de tu nube.
Dijo Ivonne, mirándola con dureza.
No lo hizo por ti precisamente,
lo habría hecho por cualquier otra!

¡ Que mala eres conmigo!
dijo Estela.

Solo quiero.
dijo Ivonne.
Que no te vayas de boca por esos dos,
¡ No de nuevo!
ya no eres una niña.
Lo más seguro es que si vuelven a venir sera como ahora, nada más de visita, por lo pronto van a pasar años para volverlos a ver.

En eso se equivocó Ivonne.

Al año siguiente ocurrió la desgracia en el No. 95 de la calle de las flores.
Primero murió el Sr. Jiménez a causa de un cáncer de próstata y a los pocos meses su esposa de un infarto.
Fue un suceso muy doloroso para los habitantes de la calle.
Ni una sola familia falto  en la velación y en el sepelio en los dos decesos.

José Luis traía lentes obscuros pero a veces se los quitaba para limpiarse los ojos enrojecidos por el llanto.

Estela sentía que se le encogía el corazón de verlo tan decaído y tan triste

Sus pocos  familiares y su amigo de siempre Carlos tuvieron que sostenerlo cuando el ataúd de su madre descendía.
Carlos también tenía los ojos hinchados de llorar.

Después se fueron de nuevo.
Cerraron la casa y se fueron.

El tiempo transcurrió.
El 95 de la calle de las flores, la casa de los Jiménez permanecio cerrada indefinidamente.

Cosas pasaron en ese tiempo.
El tío de Carlos falleció y sus hijos llegaron y se llevaron a su mamá, la casa se cerró también.
Nanci, la hermana mayor de Estela se casó con un muchacho de Tabasco y se la llevó a vivir a Villahermosa.
Los padres de Estela tuvieron otro varóncito.
Ivonne no termino la carrera de Derecho, se casó con Alonso, solo atravesó la calle para irse a su nuevo domicilio.

Una generación nueva de niños invadía la calle.

Estela estudio idiomas y daba clases de inglés y francés en un colegio particular.
Muchas de sus amigas ya estaban casadas, su amiga Ivónne ya tenía dos hijos, Estela a pesar de haber tenido muchos novios aún no pensaba en el matrimonio.
Le gustaba seguir soltera.

Su madre le decía desde hacia un tiempo.

Que pasa hija?
No te gustan los hombres o que?

Me gustan mucho los hombres.
contestaba.
Pero aún no quiero casarme,
ese es un paso muy serio.
Seguiré conociendo otros chicos y ya veré que pasa.
Pero eso sí,
me conservaré intacta para cuando llegue el momento de conocer al que me depare el destino.

Hija.
te gustan mucho los chicos según tu pero al poco tiempo te aburren,
con ningún novio has durado más de tres meses, así de exigente te vas a quedar solterona.
Estás tan bonita que crees que siempre vas a tener para escoger pero el tiempo pasa y la belleza se va..

Mamá, solo tengo 21 años... Y si tuviera mas
tampoco me molestaría quedarme solterona.
¿ A ti te molestaría que me quedara contigo siempre?
dijo Estela.

¡ Claro que no cariño!
contestó la señora.
Pero cuando tú papá y yo ya no estemos, no me gustaría que te quedarás sola, además...
¡ Yo quiero ver a mis nietos!
Los de Nanci están tan lejos!

¡ Los veras madre!
¡ Los veras!
Dijo Estela.
¡ Para eso no necesito casarme!

¡ Que, que,! dijo la mamá.
Las dos se rieron de buena gana.

 El No. 95 de la calle de las floresWhere stories live. Discover now