Storm {H.S} ×Terminada×

Capitulo 8.

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Mi cuerpo se tensó; cuando pensaba que no podía tener más miedo, la voz de aquel hombre me erizó la piel, cada terminación nerviosa fue invadida de adrenalina, mi corazón se aceleraba y se detenía al mismo tiempo; sólo quería salir corriendo del sillón, pero no podía.

Es que… observen la situación: me perdí en un bosque del fin del mundo con mi ex novio –el cual me dejó porque se le fue el amor, amor que yo aún siento-, bajo una de las tormentas más grandes de nuestras vidas, no encontramos con una casa en medio de la nada de quién sabe cuántos años, con comida como para un regimiento y hay una chimenea encendida pero no quién la encendió… y como guinda de la torta, la puerta se abre de la nada y una voz pregunta que quiénes estamos aquí. No sé ustedes, pero creo que en cualquier momento me haré en mis pantalones.

-¡¿Alguien?!

Harry me miró con una expresión seria mientras empuñaba su mano en el trozo de leña. ¿Qué, volvería a sacar sus supuestos dotes de héroe-espía? Bueno, tal vez ahora sí era el mejor momento para hacerlo.

Avanzó hasta salir de la puerta y siguió caminando sigilosamente evitando hace algún ruido. Me quedé sola en la habitación, por lo que al darme cuenta, me puse de pie rápidamente y corrí tras de él; en el camino hice más ruido del que hubiese querido hacer, así que me di cuenta que los dotes detectivescos no eran lo mío. Cuando llegue a su lado se volteó a verme y me fulminó con su mirada.

-¡¿Quién es?!

-arruinaste mi espionaje- Me dijo Styles en un susurro, que no supe si me estaba regañando o si me hacia una broma.

-¡Hable! ¡¿Quién está ahí?!

Ahora supe perfectamente lo que decían sus ojos: estaba aterrado igual que yo; por un estúpido instinto de supervivencia y nostalgia, extendí mi mano para ofrecérsela, no vaciló ni un segundo y la tomó con fuerza. Comenzamos a avanzar más rápido… ya no había sentido en mantenernos callados ni ocultos si ya me habían oído, y de alguna u otra forma, tener su mano aferrada a la mía había hecho desaparecer en gran parte el miedo que sentía.

Ahí estaban las personas que menos me pensé encontrar en este lugar. ¿Es que el destino se empeñaba en convertir el viaje de mis sueños en una pesadilla para enmarcar?

-¡HARRY!

Solté su mano rápidamente, pero ni se volteó a verme. El morocho con peinado de niño malo y ojos color chocolate-ángel se abalanzó sobre el ruloso tomándolo con fuerza entre sus brazos y recibiendo un fuerte apretón de parte de su amigo. Como me hubiera gustado haber reaccionado de la misma forma al ver a Zayn.

Cuando se separaron, el recién llegado se percató de mi presencia y cuadró sus hombros y aclaró su garganta

-_____- me dijo con una inclinación de cabeza que me causo gracia, pero ninguna sonrisa se asomó en mi rostro, sólo recibió otra inclinación de mi parte. Justo en ese momento entraron por la puerta principal dos chicas más. Las conocía a la perfección… o eso fue lo que creí alguna vez.

-¡HARRY!- gritaron al unísono y corrieron para abrazarlo entre las dos. Me hice a un lado y volví a la habitación. En cuanto me di media vuelta para largarme de ahí, todos se quedaron en silencio; no vi qué sucedió a mis espaldas,  pero de seguro notaron mi molesta acción. 

Cuando llegué a la habitación, saqué otra barrita de cereal y me senté. Mi corazón era un torbellino, sentía que todo daba vuelta, mis oídos estaban tapados y mis ojos tenían una borrosa visión. Las lágrimas habían brotado y no tardaron en surcar en mi rostro. Traté lo más posible de callar los sollozos, pero se empeñaban en escapar de mi garganta, involuntarios… dolorosos.