Capítulo 3: Dicen

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Decir que llegué aún más nerviosa a casa de lo que estaba cuando abandonamos la dichosa fiesta es quedarme corta. En el coche fue Jhett quien condujo por mucho que yo insistiera en que estaba más que bien como para manejarlo. Igual que la situación.

— Me arden las plantas de los pies. —Protesta Erza dejándose caer sobre el sofá nada más atravesar la puerta. —. Diría que no voy a volver a salir nunca, pero ya sabemos como acaba eso.

— Quién lo diría. — Chloe deja las llaves en el cuenco en forma de concha marina de la entrada. — Con la cantidad de alcohol que llevas en el cuerpo pensaba que ya no sentías nada. —se ríe dejándose caer encima de la rubia.

— Quita... —la aparta esta con los ojos ya medio cerrados.

Chloe se vuelve a reír. Le aparta un mechón rubio de la cara a nuestra amiga y me mira.

— ¿Estás bien?

Asiento.

Jhett ha entrado directamente en la cocina y escucho la nevera cerrarse con un golpe suave. Como se acerque a mis latas de Burn pienso estrangular ese cuello flácido yo misma.

— Sí, tranquila. —chasqueo la lengua acariciando la mano de Erza. — Llevo a Erz a su cuarto y me voy a la cama. Me duele un poco la cabeza.

— ¿Te la has tomado antes de salir?

Asiento.

Chloe no parece muy convencida pero asiente sin insistir más. Me inclino sobre Erza ayudándola a incorporarse entre protestas y paso su brazo sobre mis hombros.

— ¿Sabes qué? —Pregunta arrastrando las palabras.

— ¿Que me quieres? —Pregunto concentrada en cargar todo su peso sobre mí.

— ¡Sí! —estalla en carcajadas dejando un beso torpe sobre mi mejilla. El pelo interponiéndose en su camino. —. Me encanta que me conozcas tan bien.

La dejo sobre la cama y ella se hace un ovillo. Tarda solo unos segundos en empezar a roncar suavemente. Me limpio las palmas de las manos sobre la tela de los vaqueros y salgo al pasillo. La puerta de la habitación de Chloe está cerrada por lo que deduzco que se ha ido a dormir también.

— Jude.

La figura de Jhett en el sofá me hace un gesto al dirigirme a la cocina.

—¿Qué?

Jhett se levanta siguiéndome, y se sienta en el mismo sitio en el cual estaba cuando volví del estudio.

— ¿Qué te ha dicho Shanne?

Suspiro sacando una lata de la nevera. Es la tercera hoy. Litro y medio de bebida energética entre pecho y espalda.

— No estoy segura. Creo que lo sabe pero no quiero...

— Lo sabe.

Abro los ojos en exceso quedándome con la lata en la mano. La frescura de esta me reconforta.

— ¿De qué le conoces, Jhett?

Jhett se lleva los dedos a la barbilla rascándose esta. No me mira y eso es una señal clara de que oculta algo, porque él siempre mira a los ojos cuando habla.

— Es... —suspira mordiendo el labio inferior. — ¿Te acuerdas de los tíos con los que me crié aquí en el orfanato? —ahora sí que me mira. Asiento para que prosiga, pero tarda unos segundos. —. Shanne es uno de ellos. Está metido en... Está metido en mierdas, Jude.

— ¿Qué tiene que ver con los Spider?

El pelinegro se recoge el pelo con ambas manos repeinándolo hacia atrás.

SI NADA SIENTES [Alerta Casian I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora