Capítulo 8: "Colapso"

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ERZA:

04:32

Un alarido me saca del trance nocturno devolviendome a la realidad de golpe. Tengo la cara y la nuca empapadas en pesado sudor pegajoso. No sé qué hora es ni dónde estoy hasta que me intento incorporar con un golpe sordo en alguna parte del comedor. Me siento entre las sábanas de mi cama aguardando en silencio unos segundos preguntándome si es mi imaginación. Entonces lo vuelvo a escuchar esta vez más desgarrador y solo me queda cerrar los ojos y apretarlos con fuerza mientras rezo. No soy una persona apegada a la fé, sin embargo deseo con todas mis fuerzas ser escuchada cada vez. Una sola frase se repite en mi mente una y otra vez:

Otra vez no, por favor, otra vez no... por favor.

La puerta de mi habitación se abre y como a cámara lenta Chloe aparece por esta con su pelo oscuro y largo cubriendo  la mitad de su rostro mientras gordas lágrimas se deslizan por sus mejillas.

Escucho sus palabras de alarma, sin comprender ninguna, y aparto las sábanas saliendo lo más rápido posible de la cama y corriendo hacia el fondo del pasillo. Cuando mis manos aprietan y tiran del pomo del cuarto de Jude, éste no se abre y me temo lo peor cuando golpes al otro lado azotan las paredes.

— ¡Eh! ¡Abre la puerta! —La llamo con desesperación y siento las lágrimas saladas en mis labios. — ¡Jude, por lo que más quieras no me hagas esto!

Tengo miedo, tengo miedo y no por mí precisamente. 

— ¿Qué hacemos? —Pregunta Chloe entre sollozos. —. Hay que sacarla de ahí. Puede...

Sus gritos al otro lado me desesperan. Suplico una y otra vez que me abra la puerta, que salga. Pero sé que no me va a escuchar, en este estado no ve ni escucha. Está sola con su mente, y eso es lo que me asusta.

— Llama a Jhett  —Digo con un sollozo pasándome la mano por el rostro agobiada. — ¡Llámalo joder! ¡Corre!

Chloe me observa por unos instantes antes de reaccionar. Sabe que llamar a Jhett es la última de las opciones, pero si no lo hace la perderemos una vez más. Y no estoy dispuesta a pasar por otra crisis con Jude. La última vez casi acabamos las dos volando por la ventana en un brote psicótico. Cuando ocurre, ella ya no me reconoce. A mí ni a nadie.

Me apoyo contra la puerta y suspiro pesadamente mientras sigo escuchando los golpes al otro lado de esta maldita puerta. En algún momento he tenido que rebuscar en el cajón del pasillo junto a su puerta, a medio camino de la mía y hacerme con un destornillador. Intento con dedos temblorosos desatornillar el pomo o las visagras. Lo que primero caiga.

Se ha vuelto costumbre, y sé que debería estar acostumbrada. Vivo con el miedo de que ocurra cada día, simplemente esperando a que aparezca de golpe como una tormenta y arrase con todo. Y ha pasado.

Jude acaba de matar...otra vez.

Escucho a Chloe y sus respuestas, pero la voz al otro lado del teléfono es inteligible.

— ¡No lo sé, Jhett! ¿Os habéis deshecho de él?— Mi amiga habla con desesperación.—. Bueno luego nos encargamos de eso, ¡Solo ven!

Me deslizo contra la puerta y apoyo la cabeza contra esta. El piso está en silencio a excepción de los golpes y gritos.

— Jude — murmuro. —Sé que esto es una mierda... Pero para, por favor...

Le dedico una mirada a Chloe, y esta se muerde las uñas con los ojos hinchados por el llanto. Creo que ha llegado a la cutícula.

— Cariño — Insisto. —Sal ¿vale?. Te daré un Zolpidem y me quedaré a dormir contigo, te lo prometo. Venga —se me corta la voz, el Zolpidem es el único medicamento que la tumba, al que ha desarrollado una adicción y con el que tengo que tener cuidado. Evito dárselo todo lo que puedo, por mucho que a veces me suplique por una mísera pastilla. —. Vamos... Por favor, ven conmigo.

SI NADA SIENTES [Alerta Casian I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora