Capítulo 13: "Alexander está aquí"

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ALEXANDER PETROVIK:

— Señor Petrovik. Estamos apunto de aterrizar. —. La voz del piloto, Sergiu, clara en los altavoces.

Odio los vuelos largos, la paciencia es una de mis cualidades cuando no consta en estar encerrado o en el aire.

— ¿Otra copa, señor? —Pregunta Veronica, la azafata.

Niego con la cabeza y en cuanto alzo la vista puedo ver el color teñir sus mejillas pálidas.

— ¿Quieres algo? —pregunto con impaciencia.

Ella se da cuenta de su error y niega automáticamente. Se aleja dejándome solo. Mi mirada se fija en la carpeta sobre la mesa delante de mí, incrustada en el suelo del jet.

Estiro el brazo y la cojo echándole un vistazo nuevamente.

— ¿Otra vez estás mirando su foto? — Pregunta Max saliendo del baño. La mano sobre la entrepierna levantando la cremallera de su bragueta. —. Cualquiera diría que estás enamorado, primo.

— ¿Ha cicatrizado bien tu cabeza? —Le pregunto alzando las comisuras de mis labios en una falsa sonrisa. —. Porque estoy seguro de que los puntos frescos se pueden abrir con facilidad, y por lo que sé, sangran mucho.

Max levanta las manos a modo de derrota y se sienta frente a mí, al otro lado de la mesa. Creo escuchar una carcajada que proviene de mi derecha a un par de metros. André se tapa la boca con el puño disimuladamente.

— ¿Sabes? —Empieza y yo me limito a asentir para que prosiga. —. No entiendo como esa puta no se ha acordado de que todos tienen un chip de rastreo. Es sumamente estúpida, de eso no cabe duda.

En cuanto se dirige a ella de aquella manera alzo la vista de la carpeta y él traga en seco.

— Sí que se ha acordado. —Aclaro. —Hay dos posibilidades. O ha perdido el control, o quiere que la encuentre. Y en cualquier caso, me beneficia.

Ella sabe que cada uno de mis hombres tiene un chip incrustado en la nuca. Cuando los latidos del individuo cesan, el chip manda una red de coordenadas indicando la localización del cuerpo. Lástima que no pudiera ponerle uno a ella. No pensé que fuese necesario.

— ¿Qué vas a hacer? Sé que quieres matarla tú ,pero... déjame al menos sacarle un ojo. —Ruega Max con una sonrisa sádica. —. O...

—Max. — Interviene André.

Respiro hondo.

— Son muchas horas de vuelo. No me hagas matarte y perder más energía.

Maximilian pone los ojos en blanco. El muy imbécil no deja de insistir en mutilarla, torturarla o directamente matarla él. Siento unas enormes ganas de destriparlo y enviárselo a mi tía en cajas.

El resto del vuelo, tras haber cerrado la bocaza transcurre en silencio.

Han despejado la zona, señor. — la voz del piloto me saca del trance.

Me pongo en pie y me acerco a la puerta. Esta se abre dejándome las escaleras por delante.

El aire en California es algo más puro que en Madrid, o al menos no está tan cargado en la zona libre de aterrizaje. Un campo de girasoles y maíz se abre camino frente a mí. Suspiro mientras una gran sonrisa se dibuja en mi cara.

Pronto nos veremos iubire...

🕷🕷🕷

JUDE:

Después de cinco días en casa de Casian he descubierto algunas cosas; Le irritan las preguntas, le encanta sacarme de quicio y lo más importante, no me deja subir a la azotea de donde provienen ruidos cada madrugada cuando sube con Shanne. Al principio pensé que estarían drogándose como cualquier chaval joven y guapo, ahora pienso que hacen el trenecito entre ellos.

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⏰ Última actualización: Aug 29 ⏰

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SI NADA SIENTES [Alerta Casian I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora