Capítulo 13

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Los ojos se abrieron como platos, sus corazón se aceleró, su piel se erizo y sus manos empezaron a temblar.

Miro como aquella mujer entraba por la puerta, acompañada. Empezó a mirar desde sus pies, llevaba unos zapatos negros con la punta de este descubierta, siguió subiendo y miro aquella piel de su pantorrilla totalmente descubierta, siguió subiendo la mirada por aquellas piernas hasta que pudo ver como una tela negra empezaba a cubrir desde su muslo y su mirada seguía subiendo admirado por lo poco que había visto y llegó a sus caderas, demonios, sus caderas, eran totalmente marcadas, el vestido que llevaba era pegado a su hermosa figura, complemento perfecto y sin detenerse siguió subiendo, llego a sus pechos, los admiro como si fueran el mayor tesoro de un pirata, parte de ellos estaban descubierto y después supo porque. Termino de mirar y llegó a su rostro. El maquillaje era perfecto, su cabello estaba suelto y extremadamente liso. Y  la miro de arriba para abajo y de abajo para arriba.

¡Demonios!-Pensó.

Se quedó sentado en aquel sofá café que se encontraba en la esquina de la sala, solo de dignaba a mirar como caminaba, como sonreía, como ciertos tipos que no conocía la miraban con deseo, con ganas de quitarle ese sexy vestido negro que tenía puesto. Idiotas. Esa mujer era suya, era su mujer, aunque la misma _______ no lo supiera.

Miro como sus amigas le traían algo de alcohol. Luego pudo observar como sus amigos se acercaban a saludarla, después pudo notar como Hoseok se besaba con Irene, no pudo evitar sentir envidia.

-Dichoso.

¿Por que él si podía estar con alguien mayor? ¿Por que ________ no era como Irene? A ella solo le importaba quererse con Hoseok, que la edad se fuera al infierno, es más, en una ocasión pudo encontrarles en una situación muy comprometedora. ¿Y él? Él solo consiguió darse cuenta que ella se casaría con ese hombre que por su ropa pudo notar que es de mucho dinero.

Siguió observándola desde aquella esquina mientras tomaba de su bebida, sonrió al ver que Joy e Irene la jalaban del brazo hacia la pista pero su amada se resistía a ir. Pudo ver como se alejó con rumbo a la cocina, noto que sus amigas no la siguieron y sonrió.

Camino hasta la cocina una vez ahí, la miro, se encontraba de espalda con sus manos en la barra mientras miraba su bebida. Rodó la cintura con sus brazos mientras se acercaba a su oído para susurrarle.

-Se mira jodidamente hermosa con ese vestido negro, noona-Sonrió.

-JungKook……

-Él mismo.

-¿Qué es lo que haces? Suéltame.

-Quiero hablar con usted.

-No hay nada de qué hablar.

-Pues yo tengo muchas cosas que decirle, vamos al jardín-Tomó su mano y empezó a caminar a su destino. Sonrió aliviado al ver que lo seguía.

Cuando llegaron al jardín se fueron al parte más alejada de este, esa era una casa enorme, con un enorme jardín y obviamente JungKook le conocía como la palma de su mano.

-Nos alejamos mucho, ¿No crees? Apenas se escucha la música.

-Eso está bien.

-¿De que quieres hablar? No hay de qué hablar, yo no se…..

-¿Está siendo obligada a casarse?-Fue totalmente directo.

-¿Que?

-¿Su madre la está obligado a salir con ese tipo del restaurante?

-¿Pero qué dices?

-Se que la estaban obligando a casarse cuando era más joven.

-¿Tu como sabes eso?

Eres para mi, noona Donde viven las historias. Descúbrelo ahora