Capítulo 18

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Sus ojos dolían de tanto mirar papeles y su computadora, sin mencionar el dolor de cabeza que la hacía querer arrancarla de un solo tirón. Además, también la ataca el hambre, el ruido que hacia su estómago podría llegar hasta marte, si no es que ya llegó.

Tenía tanto trabajo acumulado. Últimamente no estaba yendo, llegaba tarde, se iba temprano, o no se concentraba al cien y no lograba hacer más de la mitad del trabajo del dia.

Pero hoy había llegado temprano, no se había ido, tampoco había comido y aún así no había hecho ni la mitad.

-Señorita-Habló su secretaria por el teléfono.

-¿Dime?

-La buscan.

-¿Quien?

-Su ex esposo.

El mundo dejó de girar, el tiempo se detuvo, el sonido de la realidad se esfumó, dejándola sola en su burbuja.

-Señorita, señorita, ¿Está ahí?

-Si, si, si…… Dejalo pasar.

-Sí, señorita.

Lo vería, lo vería otra vez después de casi cinco meses, cinco meses que se divorcio del que fue su hombre perfecto desde los nueve años.

¿Sería capaz? ¿Sería capaz de hablarle y verlo? ¿De enfrentarlo como si nada hubiera pasado?

-Niña de mis ojos.

Escuchar esa frase otra vez salir de su boca dolía tanto. Esa era una frase que le decía desde que se hicieron amigos, creció siendo llamada así por él, se convirtieron en novios y él la siguió llamando así, se casaron y él continuaba llamándola así. Le encantaba que la llamara así, la hacía sentir diferente, y ahora, esa frase duele como el infierno mismo; quema.

-¿Qué es lo que quieres? Habla rápido que estoy ocupada.

-Niña de mis ojos…… Vengo a que me perdones, por favor.

-¿Que te perdone?

-Si.

-¿Por qué?

-Por todo.

-¿Por todo?

-Si. Estos meses sin ti son una tortura. Te extraño. Te amo. No puedo estar sin ti.

¿Cómo se atrevía a decirle eso? ¿Acaso no tenía corazón?

Un nudo se formo en su garganta, hacia un múltiple esfuerzo por desaparecer, pero no podía, era demasiado fuerte; demasiado dolor.

-¿Como te atreves a decirme eso? Después que te mire en la cama con ella.

-Digo la verdad…….. Y si, soy un idiota por haberme metido con ella.

El nudo de su garganta empezó a trasladar energía negativa a todo su cuerpo, y sus ojos se empezaban a cristalizar, listos para ser rotos en cualquier momento, solo bastaba una palabra.

-¿Por qué? ¿Por que ella? ¿Por que en nuestra casa? ¿Por que en la que era nuestra cama?

-No lo se….. Ella solo empezó a…. Insinuarse, y yo…. Fui débil…….. No se porque fue en nuestra casa, no se porque en esa cama. No lo se.

-¿Cuantas veces paso?

No sabía de dónde había sacado la fuerza para para preguntar eso. Nunca antes le había preguntado el por que de todo lo pasado. Nunca antes lo había hecho porque le dolía, le quemaba, la hacía querer morir, la hacía sentir la persona más desgraciada del mundo.

Eres para mi, noona Donde viven las historias. Descúbrelo ahora