Un Beso Real (Suerte # 5.5)

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—Sigo sin poder creer que hayas rechazado la oportunidad de ligarte a un policia— dijo Mae mientras lo apuntaba con un tenedor. Sus ojos celestes luciendo incrédulos.

Se encontraban en el Brotherhood, era la hora del almuerzo y Tommy había decidido llevar a su abuelo a comer y de paso presentarle a Mae. No fue sorpresa para él que la chica fuera amable con su abuelo, siendo dulce y educada...en su mayoría, al manos antes de tomar confianza.

—Ni en un millón de años, Mae. El tipo es un verdadero engreído. Y me llamó cosita — se permitió parecer horrorizado ante tal sobrenombre. —Osea, pudo haberme llamado chico sexi...incluso le hubiera permitido llamarme princesa. ¿Pero cosita? jamás.

Mae rodó los ojos y luego puso su atención en Horace que comía tranquilamente, sonriendo de vez en cuando por lo entretenida que le resultaba aquella platica.

—Tú que dices abuelo— dijo la chica llamando la atención del hombre mayor. —Debió darle una oportunidad ¿verdad?

—Bueno, la verdad no sé— el mayor se encogió de hombros — Conociéndolo, Tommy es capaz de  terminar esposado y en una celda si se involucra con un oficial de policía.

—O puede que terminé esposado un una cama— sugirió la chica con una sonrisa sucia surcando sus labios.

Era una suerte que su abuelo tuviera un caracter tan flexible y una mente abierta y tolerante. Porque de otra manera hubiera terminado teniendo un ataque cardiaco gracias a los comentarios desvergonzados de Mae. La chica era hermosa, pero no podías confiarte, su boca era una caja de sorpresa bastante peligrosa que podía hacer sonrojar hasta al más experimentando.

—Si quietes te doy su descripción y lo buscas. Tal parece que te hace falta un buen polvo.

—Tommy, Tommy ¿en serio estas diciéndome eso?— ella arqueó una de sus perfectas cejas con diversión — si el tipo se atrevió llamarte "cosita", dudo mucho que le gusten las tetas.

—Igual puede ser bisexual— Horace se encogió de hombros.

—Exacto, mi Abu tiene razón— Tommy le restó importancia con un gesto de la mano— Así que eres libre de ir a buscarlo y sacarle el provecho, que según tú, me atreví a desperdiciar.

—Paso, los oficiales de policia no son lo mio y menos los castaños. Prefiero a los pelinegros o los rubios, a los que tienen pinta de malos —No pudo hacer más que reirse porque Mae decía eso y luego se buscaba a los tipos más blandos y cariñosos. No estaba seguro pero apostaba a que Mae tenía cierto fetiche con romper corazones. —Pero hablo en serio Tommy, no te vendría mal ceder un porquito y...

—¡Suficiente!— Se topó los oidos en un gesto bastante infantil—No pienso ceder. No me gusta ese oficial engreído y no importa lo que digas no voy a cambiar de opinión. Además ha pasado una semana desde que nos cruzamos por las crueldades del destino, y si todo esta bien y tengo un poquito de suerte, no volveré a topármelo ni una sola vez más en mi maravillosa vida.

—¿Sabes quién más se puso en plan diva cuando un chico le coqueteó y ahora esta felizmente casado con ese chico al que juró no le daría ni la más minima oportunidad?

—No te atrevas...

—Sip, hablo de Ángel...todo el tiempo diciendo "Smith es un idiota" "Jamá podría gustarme" "no me agrada ni un poco" y ahora no puede pasar ni una hora sin estar enviándose mensajitos con su amor.

—¡No es la misma situación!

—Lo es, créeme Tommy, lo tuyo con ese policia fue amor a primera vista.