Un Beso Real (Suerte # 5.5)

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—¿Estas segura de que funcionará?— preguntó mientras veía a la linda jovencita en la pantalla.

Gracey al igual que él poseía unos ojos de color verde suave, la diferencia radicaba en que ella había heredado el cabello rubio oscuro de su padre, mientras que Dima obtuvo el castaño de su madre.

Su hermana le dedicó una sonrisa de medio lado y se cruzó de brazos. Su cabello atado en una trenza ladeada.

—Créeme hemano, esto es algo que funcionará muy bien— ella se acercó a la pantalla y puso cara sería. — Me tomé la libertad de buscarlo en las redes sociales. Por cierto, es muy activo en instagram...pero en fin, tiene muchas fotografías de flores...así que creo que le gustan mucho.

Asintió. Cuando descubrió que estaba enamorado de Thomas, no dudó en contarle a su madre y a su hermana. No tenía secretos con ellas y si bien el estaba emocionado, no fue nada comparado con la emoción que ellas mostraron. Lo llenaron de preguntas y exigieron conocer el chico en cuestión...no tenía fotos además de la que el chico poseía en su perfil de whatsapp. No le sorprendía en lo absoluto que Gracey haya tardado tan poco en averiguar cosas sobre Thomas... la chica era como una espía o algo así.

—¿Entonces... qué flores debería darle? ¿Rosas rojas?

—Nop, esas déjalas para después. Darle rosas rojas sería como gritarle que lo amas y si es tan cauteloso a tu alrededor como dices, entonces lo harás salir corriendo.

—Bueno— frunció el ceño. La verdad no entendía porque debía ser tan cuidadoso con eso. Aunque siendo sincero, Dima nunca había sido bueno cortejando, era un poco torpe en ese sentido. Probablemente porque nunca lo había tomado tan seriamente como con Thomas.

Y pensándolo bien, jamás había sido especialmente romántico y sus parejas tampoco. Pero intuía que para lograr una oportunidad con Thomas Carrington debía darle flores, corazones y romanticismo. Uh, la idea le gustaba mucho.

—Dale rosas amarillas o blancas. Aunque también podrías comprarle algo llamativo y bonito, como una orquídea —su hermana le guiñó con complicidad— a puesto a que eso le gustaría mucho.

—Esta bien, seguiré tu consejo.

—Ya verás que funciona...— la chica hizo una mueca— pero ahora debo dejarte. Necesito salir para terminar una tarea en grupo.

—Okey. gracias por ayudarme, muñeca. Y por favor ten cuidado.

—Lo tendré, te quiero Dima y suerte con tu amorcito.

—También te quiero— dijo riendo. Cuando su hermana desapareció de la pantalla, Dima se recostó contra el sofá a sus espaldas. Estaba sentado en el suelo de la sala. —Flores ¿eh?

Se puso de pie, fue a cambiarse para salir y luego alcanzó su teléfono para enviarle un mensaje a su rubio amigo. Necesitaba un poco de ayuda porque escogiendo flores era un asco y con suerte Goff tenía más experiencia que él.

***

Una hora más tarde Dima se dio cuenta de que Goff era, en realidad, igual de malo para los detalles. Sin embargo se las arreglaron para encontrar algo como lo que Gracey había sugerido y la mujer de la floristería dijo que aquella orquídea era fácil de cuidar y se adapataba con fácilidad a cualquier ambiente. La flor descansaba en una maceta pequeña y sos ojos eran de un color rosa suave.

Dima solo podía esperar a que Thomas aceptara
su obsequió.

—¿Y ahora qué?— preguntó el rubio —¿se lo entregarás de una vez?

—Supongo que si— revisó su reloj. Eran las once y medía. Si jugaba bien sus cartas no solo le daría el obsequió sino que también podía invitarlo a almorzar. —¿vienes conmigo?