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Cap (3/3)
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Se sentía sumamente extraño caminando hacia la cocina mientras Dimitri Colby lo seguía. Por lo general cuando salía con alguien, no solía llevarlos a su casa. Frunció el ceño dándose cuenta de que podía contar con los dedos de una mano (y aun así le sobraban dedos) a aquellos chicos que les había permitido estar a menudo en su casa.

Pero decidió que no era momento de pensar en ello, no tenía sentido porque después de todo Dimitri era solo un invitado forzado en su casa. Lo llevó hasta la cocina y le dijo que podía sentarse en uno de los taburetes frente a la mesada. Encendió la cafetera y luego le dedicó una mirada pensativa a su acompañante. El lo observaba desde el otro lado de la mesada con un amago de sonrisa en sus sexis labios.

—¿Te molesta si te dejo solo un momento? — preguntó. —Necesito tomar un baño con urgencia.

—Esta bien, no tengo ningun problema.

—Okey no tardaré y si quieres puedes ir a la sala y ver la televisión.

—Gracias, lo tendré en cuenta, pero ve a tomar tu baño tranquilo.

Le dio un asentimiento de cabeza y se dirigió a su habitación en el segundo piso. Se encargó de conectar su teléfono al cargador y luego se metió a la ducha. Suspiró de alivio al sentir el agua caliente acariciando si cuerpo. Eso ayudó a despejar un poco más su cabeza y a disolver la tensión en sus hombros. Sin embargo no demoró demasiado, se enfundo en una bata mullida de color amarillo pastel y se acercó a su enorme walking closet para elegir algo que ponerse.

Bueno, antes se había dicho que necesitaba arreglarse para el inevitable encuentro que tendría con Dinah...y Peter, pero la verdad es que no tenía ganas de maquillarse y enfundarse en algún traje llamativo, después de todo no tenía nada que demostrarles. Quería sentirse comodo por lo que escogió unos pantaloncillos cortos de algodón en color celeste y una camisa del mismo tono pero con nuvecitas sonrientes como estampado. Ese había sido un regalo de Morgan le había hecho en su último cumpleaños por lo que le gustaba mucho.

Antes de bajar se encargó de llamar a Ashley y pedirle que se encargara de abrir el salón porque el definitivamente llegaría tarde. Por supuesto que ella aceptó encantada. Luego pensó en llamar a su abuelo para contarle que Dinah estaba yendo a verlo, pero decidió que era mejor no preocuparlo. Además era un chico grande y podía manejar el asunto por su cuenta.

Bajó llevando el teléfono y el cargador consigo para conectarlo en la cocina. Se detuvó en la puerta cuando un olor delicioso a comida lleno sus fosas nasales e hizo gruñir a su estómago. Solo entonces fue consciente de que estaba hambriento ya que la noche anterior ni siquiera se molesto en cenar; no era una sorpresa que el alcohol lo hubiera golpeado tan fuerte.

Pero el olor quedó en segundo plano cuando vio a Dimitri moviéndose tranquilamente en su cocina, llenando un plato con lo que parecía un omelet con champiñones y chile pimiento. Además de un par de tostadas. Cuando el sexi oficial se dio cuenta de su presencia le dio una sonrisa apenada.

—Lamento haber irrumpido en tu cocina, solo creí que te vendría bien algo de comer.

—Uh...gracias— dijo esta vez sin el borde hosco en su voz. Y en cambio se apresuró a servir dos tazas de café. Pero pronto se dio cuenta de que Dimitri había preparado desayuno solo para él— ¿y tu plato?

—Descuida, yo ya había desayunado en la estación — lo evaluó por un momento trarando de averiguar si decía la verdad, pero el mayor parecía muy sincero así que agradeció de nuevo y se sentó a comer. Dimitri lo acompaño en silencio bebiendo una taza de café.

Un Beso Real (Suerte # 5.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora