CRÓNICAS DE LA ARENA
CAPITULO 13: El KAZEKAGE Y RECUERDOS DE UN MONSTRUO OLVIDADO.
Con pasos firmes y diligentes, caminaba por uno de los pasillos del cuartel general, apretando entre una de sus manos, el papel que Shun le había dado apenas llegó a su oficina en el hospital.
¿Es que acaso la estaba desafiando?
De todas las personas que habían podido ir en su lugar, para tal petición, justo la habían elegido a ella.
Eso solo podía haber sido por órdenes directas de aquel rojizo insoportable.
Aquella deducción hacia que una vena se formase en su frente, de la rabia contenida y el apretar de forma oculta sus dientes, para evitar gritar de la frustración.
Solo faltaba un par de pisos, para que llegase, cuando un grupo de personas se cruzó en su camino, al salir de una de las salas de reunión que había en aquel lugar.
― ¿Eh? Ann-sama.
Con su tono mezcla de ternura casi infantil, reconocible a sus oídos, la Taiyō se detuvo al escuchar pronunciando su nombre.
― Draco... ―dijo en un principio, para luego observar que este se encontraba acompañado de un grupo de adultos, posiblemente líderes de otros clanes comerciantes que solían llegar a la aldea―. Sama... ―terminó de usar el sufijo, por el ambiente formal.
― No sabía que hoy la encontraría por acá, es una grata coincidencia.
― Ah, lo mismo digo...
Una tercera voz se incluyó en la charla solo, casi al instante.
― Creo que cualquier hombre diría lo mismo, al encontrarse con una dama tan hermosa, Ertaf-sama y Zoun-sama ¿no lo creen?
― Hum, concuerdo.
― No podemos coincidir con nuestros negocios, pero cuando se trata de elogiar la belleza de una señorita, jaja ¿somos tan débiles en nuestros corazones?
Los tres desconocidos se quedaron en un silencio incomodo, al notar que los Taiyō no se mostraban halagados por sus palabras.
El que había hablado primero de ellos, volvió a hacerlo, tratando de romper aquella desagradable escena.
― Lo lamento, creo que aún no estoy acostumbrado a los modales de esta aldea. Mil disculpas, Draco-sama y su hermosa conocida, que seguramente debe ser su futura esposa, con semejante belleza...
― Ann-sama es mi hermana mayor ―le interrumpió el Taiyō, dedicándole una mirada notoriamente molesta―. Y nuestro clan no aprueba el incesto, como los Hyuga de Konohagakure.
― Ah, comprendo.
― Lo sentimos.
― Como sea, como los nómadas que son, supongo que tendré que ser flexible con vuestros comentarios ―argumentó el rubio volviendo a su calma normal―. De todas formas, se las presentaré como es debido... ―suspiró―. Ann-sama, le presento a Ertaf-sama, Zoun-sama y Kamal-sama, nuestros nuevos socios.
― Ah, saludos ―respondió la Taiyō, para evitar mentir diciendo el clásico "un placer conocerlos".
― Hum, un placer conocerla ―respondieron estos tres casi a coro, inclinándose al notar que no se encontraban frente solo a una kunoichi médico, sino también una noble, un par de niveles superior a todos ellos.
― ¿Por qué Malaqui-sama no lidera este tipo de reunión? Esto no es el trabajo de un rey, sino del sub líder comerciante ―expresó severa la Taiyō, con tono reprochable, olvidando a los acompañantes de su hermano.
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CRÓNICAS DE LA ARENA : LAZOS.
Fanfiction¿Qué son los lazos? Nunca antes se había hecho esa pregunta con tanta seriedad. En su joven vida solo había deseado saber que había sido amado por su madre; y ahora lo sabía, y era reconfortante, pero... ese solo era un lazo, de los tantos que tend...