CAPITULO 7: EL KAZEKAGE Y SU AMIGO CRÉDULO

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CRÓNICAS DE LA ARENA: LAZOS

CAPITULO 7: EL KAZEKAGE Y SU AMIGO CREDULO.

Corría entre los techos, un tanto afligido, al no encontrar a Sakura y la anciana Tsunade.

Había entrado a una tienda, a modo de comprar un regalo para Hinata, con el dinero que consiguió la noche anterior. Pero el vendedor lo reconoció, provocando que una multitud lo rodease, siendo el héroe que salvo al mundo.

― No las encuentro por ningún lado... supongo que deben estar aquí...

Terminó de murmurar para sí, deteniéndose en la puerta del hospital general de Suna, con la clara intención de entrar.

La recepcionista lo atendió con normalidad.

― Y bien, Uzumaki-san ¿Cuál es el motivo de su visita al hospital?

Naruto se sorprendió un poco, al ver que ella no se sobresaltaba al escuchar su nombre.

― Oh, bueno, la verdad es que no vengo a visitar a un interno, estoy buscando a mis compañeras de misión ―enunció mientras se rascaba la cabeza―. No estoy seguro si se encuentran aquí, pero ya las he buscado por todos lados, menos este.

― Comprendo su situación. Si están aquí, se reflejarán en mi registro, por favor dígame sus nombres.

― Ah, si...

El rubio dio sus nombres.

Le parecía raro que hubiese tanto protocolo, ya que un día atrás, había entrado como si nada, aunque acompañado de las otras dos.

Luego de teclear por unos segundos en su ordenador, la asistente le dio una respuesta.

― Tsunade-sama no se ha presentado el día de hoy, pero Sakura-sama ahora mismo se encuentra reunida con Shun-sama, en el salón de reuniones del 6to piso, ala derecha hasta el fondo... en estos momentos, su reunión debe estar por acabar, si prefiere, puede sentarse en los...

Naruto agradeció, sin dejarla terminar, para caminar hacia donde le había mencionado.

No le parecía que fuese una indicación complicada y que podría llegar sin complicaciones, pero...

― Hum... creo que me perdí...

Las escaleras no tenían el mismo patrón que en Konoha, y el ascensor estaba en números romanos, lo cual era malo, ya que justo se había perdido esa clase en la academia.

Estaba a punto de rendirse, y volver al alojamiento, ya que tal vez ahí tendría más éxito, encontrado a la vieja Tsunade, pero el ruido de dos personas hablando en el pasillo lateral al suyo, lo atrajo.

Una de las voces era muy conocida para él.

― ¡Mi paciencia tiene un límite! Usted está por sobrepasarlo...

― ¿Acaso intenta intimidarme? Considérelo un acto fallido, si es así.

El tono de las voces, sonaban alteradas, lo cual hizo que sintiera el ambiente incomodo en el que estaba sumergiéndose.

"Esto no pinta bien, será mejor que me vaya", pensó Naruto, dejando de escucharlos por un instante.

Pero cuando estaba a punto de girar sus pies, para irse en dirección contraria, las personas que discutían en el pasillo aledaño, torcieron hacia su misma dirección, inmovilizándolo.

― ¡No he terminado de hablar!

― Pues yo sí, si desea quedarse hablando a solas en el pasillo, adelante.

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