Semana 13: I Want.

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"Debes estar bromeando, Lou." Murmuró Harry con la voz ronca y adormilada, suplicando en silencio que su suposición fuera acertada. "Son las tres y media de la mañana."

"Lo sé." Louis repuso, haciendo un puchero encantador al que Harry simplemente no podía resistirse. "Pero el bebé y yo en serio, en serio, queremos un trozo de pastel."

"¿Y pueden decirme ustedes dos en dónde voy a conseguirlo?"

"Oh, disculpa, iré a conseguirlo yo." El mayor de ellos, Louis, removió las suaves sábanas de encima, dejando al descubierto su bonito cuerpo embarazado. "Ahora vuelve a dormir, Harry, bebé y yo no quisimos molestarte." Su tono fue firme y exageradamente ofendido, haciendo que Harry riera entretenido. Pensó en lo adorable que Louis se veía, vistiendo ese lindo pijama azul que se pegaba a su figura, destacando el pequeño bulto que estaba formándose en su estómago, el lugar donde su bebé descansaba.

Los antojos de Louis habían incrementado asombrosamente en los últimos días y Harry en serio disfrutaba consentirlo, dándole chocolate caliente sin importar que fueran las cuatro de la tarde, consiguiendo papas fritas con demasiado queso y todo aquello que Louis necesitara.

"Quiero jugo de limón." "Quiero una mandarina." "Harry, el bebé y yo queremos fajitas." "Harry, ¿crees que podría comer un poco de banana con cajeta?"

Y Harry se desvivía por atenderlo, pero salir a las tres y media de la mañana a buscar una rebanada de pastel con durazno, era una locura.

Vio cómo Louis se puso su abrigo y cómo caminó dignamente por la habitación buscando sus zapatos, y a pesar de lo ridículo que era, Harry quiso abrazarlo y besarle en los labios y en la barbilla y en los párpados y en el estómago, besarlo tanto como fuera posible para hacerle entender cuánto lo amaba con todo y sus antojos a la mitad de la madrugada.

"¿Puedes, por favor, volver a la cama y dejarme comprarte tu pastel?" Cuestionó Harry, reprimiendo una sonrisa.

"No te molestes, podemos conseguirla nosotros." El hombre de cabello rizado se levantó finalmente, tomando a Louis por la cintura y colocando sus manos alrededor para acunar el pequeño vientre de su esposo.

"Dejen de ser infantiles y vuelvan a la cama, yo iré a ver qué puedo hacer."

"Tanto el bebé como yo coincidimos en que eres el mejor papá-esposo-novio-amigo-amante del mundo." Louis halagó, girándose un poco para besar la mejilla de Harry. Había algo singularmente hermoso en la forma que Louis utilizaba para hablar de él y del bebé, siempre refiriéndose como nosotros, y eso hacía que Harry muriera de ternura. "Y, si no es demasiada molesta, procura que tenga mucha crema batida."

Ellos compartieron un beso fugaz en los labios y luego de que Harry murmurara un "traeré tu pastel pronto" en dirección a la barriguita de Louis, salió del departamento preguntándose en donde diablos conseguiría el estúpido pastel.

Le tomó alrededor de veinticinco minutos encontrar una tienda departamental abierta las veinticuatro horas en donde, afortunadamente, vendían pastel de durazno.

Manejó de regreso a casa durante otros veinticinco minutos y alrededor de las cuatro y media de la mañana entró al departamento, encontrándose con un Louis acurrucado en el sofá, durmiendo tranquilamente y con las manos ubicadas en su vientre.

Harry pensó en reprenderlo por ser tan necio, pero decidió que lo haría por la mañana, porque Louis se veía demasiado lindo y cómodo y adorable echado sobre el sofá como para decirle algo. Así que Harry dejó el pequeño pastel sobre la mesa y con facilidad tomó a Louis entre sus brazos, guiándolo hasta su habitación y procurando no despertarlo.

"Harry." Louis susurró con su voz suave y perezosa, un poco más dormido que despierto, pero aferrado firmemente a la camisa de Harry, acercándolo un poco más mientras se acomodaban sobre la cama. "Harry, quiero..."

"Iré por el pastel." Interrumpió el de cabello rizado. "Sólo espera aquí."

"No, cariño, yo sólo quiero que te acurruques conmigo. Es decir, nosotros realmente queremos eso." Dijo y una sonrisa infantil iluminó su rostro adormilado.

Fue imposible para Harry decir que no y pronto se encontró acomodado en el colchón junto a Louis, tan cerca que su calor corporal lo abrumó y el aroma a shampoo en el cabello del mayor jugueteó en su nariz.

"Oh, y también quiero comer pizza mañana. Con mucho queso." Balbuceó Louis.

Every Single Beat Of My Heart Is Yours To Keep.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora