CULPABLE

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Las preguntas no tardaron en hacerse presentes. Aparentemente, y digo aparentemente, porque no lo pienso así, y es que se supone que tengo una obligación civil de responder nuevamente a las mismas preguntas que me hicieron al salir del tiroteo. Angus dijo que si necesitaban verme de nuevo, quizás era porque descartaron la sospecha de que fuese cómplice o que lo haya incitado a Elijah. Él dice que no debo preocuparme y responder hasta donde quiera y pueda, que en este tipo de casos las preguntas pueden ser muy hostiles y puedo respaldarme en que aún estoy en shock o que estoy tratada con medicinas y que puedo dar respuestas equívocas.

Suspiro antes de entrar a la estación policial. Fui acompañada con mis padres y Angus. Pero aunque todos digan que todo estará bien, no lo sé con exactitud. Había sido muy clara en que no quería hablar más respecto al tema.

Ése siempre fue quizás el más grande de mis problemas. No querer recordar lo que me hace mal. Pienso que si no hablo de ellos, los problemas desaparecen. Pienso que si no hablo de alguien, entonces dejará de importarme. Pienso que si no le demuestro al mundo y no grito a los cuatro vientos mis sentimientos, será más fácil guardarlos en una caja y en secreto. Lejos de ser manoseado por lo ajeno, o de ser tergiversado.

Pero los investigadores y el cuerpo policial están para esto. Para molestarme. Para sacarme de mis casillas y que les diga lo que ellos necesitan, porque el único culpable que tienen está muerto, y lo vi hecho un colador en el suelo cuando tuve que toparme con él en la puerta, intentando casi no verlo ni tocarlo. Sí, eso hicieron de Elijah, un colador humano. Y quizás sea cruel, pero él no merecía eso, así como entiendo que nadie merecía nada de lo que pasó.

—Toma asiento, Loraine —dijo gentil la mujer que aparentemente iba a hacer las preguntas. Junto a ella se encontraba un fiscal, con gesto menos alegre.

Tomé asiento junto con Angus, que fue el único al que dejaron entrar. Pero está bien. Angus sabe lo que hace, y le pagamos muy bien para eso. Mis padres en cambio, son una bomba de tiempo. De solo imaginarse que fui apuntada con el arma, se van en llanto.

—Bien, Loraine, repasaremos —inició diciendo —.En tu primera declaración, dijiste que Elijah era tu amigo y que por eso probablemente no te había disparado.

Asentí con la cabeza tratando de ser lo más concisa posible. Veo la grabadora y como se está tomando nota de cada cosa que diré. Angus me lo había advertido, que mis mismas palabras tratarán de usarlas en mi contra.

—Sí —respondí a secas.

—También dijiste que tu grupo de amigos eran Jhay Reed, Ezekiel Davis, y Mattew Coleman...

—Sí, también eran amigos de Elijah.

—Entonces, si todos eran amigos, ¿Por qué dos de ellos están muertos y tú no?

—Supongo que por la misma razón que no están muertos los demás sobrevivientes. Porque sobreviví —intenté disuadir.

—Loraine, todos los sobrevivientes resultaron heridos de alguna manera. A la única persona que apuntó y no disparó, y a quien no dañó de ninguna forma era a ti —dijo con gesto turgente.

— ¿Cómo podría saber porque no me disparó? Pensé que lo haría, pudo hacerlo...

—Pero no lo hizo —repitió incesante.

— ¿Sugiere que mi cliente debe sentirse culpable o cómplice porque no la disparó? —arremetió Angus.

—No estamos dando por sentado nada, ni acusando a su cliente. Solo buscamos esclarecer las dudas —respondió ella para luego volverse a mí —.Loraine, si nos explicases más como fue tu relación con él, quizás entenderíamos porque no te disparó. Podrías ayudarnos incluso a descubrir porqué hizo lo que hizo.

¿Por qué no me mataste?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora