ÚLTIMA CARTA

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Me despiertan mis padres gritándome desde el otro lado de la puerta, al parecer me he quedado dormida por los tranquilizantes. Veo a mi lado la carta de Elijah que está a mi lado intacta, bueno, casi. Tiene unas manchas de lágrima que han deteriorado un poco el papel. Me levanto a abrirles la puerta a mis padres y dejo el sobre para después. 

—Estábamos preocupados Loraine, ¿porque te encierras así? —inquirió mi madre preocupada. 

Yo solo salgo de la habitación para evitar confrontaciones y puedo saber que ellos están detrás de mí. 

—¿Que es esa caja? —pregunta mi padre siguiéndole la corriente al interrogatorio a mi madre. 

—Nada relevante —digo sin poder imaginar una mentira en el momento y tomo asiento en el living. 

—Desde que pasó aquello, no has hablado casi con nosotros —reclama mi madre. 

Yo llevo la cabeza hacía atrás en gesto de cansancio. 

—Mamá, no vayas a hacer un desplante. Sí que lo hago —respondo. 

Mi padre se incorpora al living junto a mi madre y yo. 

—Ayer no fuiste con Killie, ¿verdad? —pregunta él con la mirada. 

Y con ''la mirada'' me refiero a la mirada que ponen los padres cuando están decepcionados pero aún así quieren seguir depositando sus esperanzas en ti. 

Niego con la cabeza. 

—Fui con Charles, el chico de mi salón —espeté. 

Ellos se miran al unísono. 

—¿Y porque nos has mentido? —pregunta mamá. 

—Porque pienso que si les digo la verdad, solo pensarán que estoy obsesionada con el tema. Y lo cierto es que probablemente sí lo esté. No puedo dejar de pensar en ello. 

—Tienes que volver a tu vida Loraine, no puedes convertirte en un fantasma cuando no lo eres. Debes entender que sobreviviste, debes aprender a aceptarlo —insistía mi padre. 

—¿Y si no puedo? ¿Y si no puedo aceptar que estoy viva? 

Mi madre toma lugar junto a mi. 

—Lorai, has creado un ataúd para ti misma porque quizás crees que también debiste morir, porque te hicieron sentir culpable de vivir. Pero eso no es culpa tuya, cariño. 

Mi padre decide seguirla y tomar también asiento junto a mi pero del lado izquierdo del sofá. 

—Pensamos que te habías despedido cuando fuimos a pedir que te transfieran —dijo él intentando entender. 

Yo me encojo de hombros y llevo mi cabeza al hombro de mi madre. 

—Eso también creía yo. Pero me siento muy sola, y sé que no volveré a verlos nunca más —digo por último y me hago bolita mientras dejo caer el llanto. 

—Creo que te culpas por algo más que por haber sobrevivido —espetó mi padre. 

Levanto mi llorosa mirada para verlo fijamente, entendiendo que sus palabras han dado en el clavo. 

Sí, efectivamente no solo no me he perdonado haber sobrevivido. Sino que también no me perdono el hecho de haber dejado ir a Elijah...

—Él me quería...mamá, él me quería —le digo nuevamente llorando a mi madre. Ella me abraza y me dirige también unas palabras mientras mi padre trae un antidepresivo y agua. 

—Todos ellos te querían, Loraine. ¿Quien podría no quererte? 

Vuelvo a cerrar los ojos pero cuando los abro, mis padres ya no están junto a mí. Estoy en el sillón y supongo que ellos han salido un momento. Desde que sucedió todo, me la he pasado dormida y drogada. 

Camino por el pasillo del departamento y voy directo a ver si la caja sigue intacta, lo que confirmo al verla como la había dejado. Entonces agradezco nuevamente tener a los padres que tengo. 

Tomo en cuenta la conversación que había tenido con mis padres, y siento que debo cerrar un ciclo mientras me distraigo viendo las fotografías de mi misma desparramadas en mi cama. Me he vuelto un fantasma dentro de mi propia casa. No puedo dejar que ésto pare en seco toda mi vida, porque sí, he sobrevivido, y tampoco soy culpable de lo que ha sucedido. Sí. Probablemente alguna vez pudimos ser con Elijah, pero debía comenzar a darme cuenta que el pasado no puede volver. Así que tomo el sobre y me encuentro con una carta más. Como si todo lo pensado, Elijah apareciera en vida para borrarmelo de la cabeza. 

''Prometo que es la última de las cosas que sabrás de mi Lorai, y no te molestaré mas, lo verás. Solo quiero contarte algo que nunca supiste; tenía el sueño frustrado de  perder la virginidad contigo. Suena algo cursi mientras lo escribo. Pero es tan real como lo puedes leer. Como de seguramente ya sabes, los chicos hablaban sobre que era malo que siguiera siendo virgen. Se burlaban tanto del tema que incluso hasta creí que realmente era malo. Y sin embargo, siempre que imaginaba el momento, lo imaginaba contigo. No quiero perturbarte la mente, solo lo imaginaba en partes, como si fuera una película romántica que nunca pasaría. Y sí, efectivamente era consciente de que nunca pasaría. Y entonces Jhay me dijo un día —¿Por que no tienes sexo con una chica cualquiera? Mientras más rápido te deshagas de ello, mejor será— y pensé que la idea era tonta, pero después de verte con Mattew comencé a pensar que mientras más juntos estaban, yo estaba más alejado de ti. Lo cierto es que el nosotros solo existió en mi mente, así que mientras que tú comenzabas a acercarte más a Mattew, yo me sentía más solo. Y estaba tan pero tan solo, que una vez salimos con Charles a un bar del vecindario, donde le invitamos unos tragos a unas chicas que estaban cerca, una era pelirroja, y la otra era rubia, y me dije entonces que eso sería lo más cerca que estaría de alguien como tú. Entonces marchamos del bar con esas chicas a la casa de Charles, pero no lo habíamos pensado bien. Charles solo tenía un condón, y yo pensé que no lo usaría así que le dije que lo usara él. Con la chica comenzamos a besarnos hasta que ella quiso llevar las cosas a otro plano. Tuve mucho miedo entonces, porque no es así como lo imaginaba, ni tampoco es lo que quería. Pero entonces estúpidamente recordé las palabras de Jhay, y no paraba de pensar que tenía que hacer las cosas que el resto hacía normalmente, entonces lo hice. El problema no fue que fuese virgen, el problema fue después, cuando renové mis estudios de sangre para un chequeo general que pidió Angela porque no los había presentado en todo el año. Y allí fue cuando las cosas fueron de mal en peor. Me había convertido en portador de VIH. 

PD: No se lo dije a papá. Quizás nunca tuve los huevos suficientes para hacerlo, pero si no estoy ahí no podrá enojarse más conmigo. En el sobre también encontrarás los análisis''

¿Por qué no me mataste?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora