|°Capítulo 2°|

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—Déjate de bromas Park. —se quejó Yoongi al escuchar las pasadas palabras de su hermano.

Jimin se encontraba metiendo diversos libros de géneros variados en su mochila y terminando de arreglar su corbata color marrón al igual que su uniforme de trabajo.

—No estoy demente, solo quiero hacer horas extra para poder ganar más de sueldo. No tengo nada que hacer en esta semana que queda y así gastaré mi tiempo de una manera productiva, además que hago lo que me gusta. —se defendió encogiéndose de hombros.

—De verdad que si no fueras mi mejor amigo ya te hubiera golpeado, realmente me llegas a desesperar. —Jimin sonrió de manera burlona—Mira, solo nos queda una maldita semana para entrar a la universidad y ayer estuviste semi ebrio y ahora quieres ir a la biblioteca a trabajar horas extra. Jimin, podemos usar la semana para ir con los chicos a jugar videojuegos o podríamos ir a ganar dinero en las carreras de motocicleta, no necesariamente puedes ganar dinero yendo a ese lugar para abuelas.

—Sí como digas, regresaré temprano para acompañarles a donde sea que vayan. —Yoongi negó y tomó las llaves de su auto—¿A dónde vas?

—Voy contigo a la biblioteca. —Jimin enarcó una ceja—¿Qué? No tengo nada que hacer aquí y los chicos apenas han de estar recuperándose de la resaca, no estoy para cuidarles, además que de paso me puedo quedar dormido mientras me oculto bajo uno de esos libros de mil páginas, o puedo esperar al rarito para molestarlo.

—No vas a dormirte en la biblioteca o vas a molestar a Ji Ho porque él está de vacaciones, si vas será a ayudarme. —Yoongi rodó los ojos.

—Vamos, el rarito es divertido y hace tiempo que no le molesto. —Jimin frunció el ceño y le dio un leve golpe en el hombro.

—Bien, bien, iré a ayudarte. —no tardaron más de un minuto, y el par de jóvenes caminaron hacia la biblioteca de su vecindario la cual no estaba más que a cuatro cuadras de su hogar.

Jimin desde pequeño había sido un chico trabajador le gusta hacer lo que le gustaba y obtener cosas a cambio. El pelinegro amaba por igual salir con sus amigos y divertirse con ellos, o igual ganar dinero en aquellas famosas carreras de motocicletas que hacían a media noche pero a pesar de ello, Jimin había sido criado como un hombre el cual debía hacer las cosas de manera correcta, ganar sus derechos con esfuerzo para que su vida sea sana. Su madre le ensañaba aquello y demás cosas, le decía como portar, como tratar a las personas, el ser respetuoso y ser digno de ser llamado ser humano.

Enseñanzas que Jimin nunca olvidaría porque a pesar de que su madre ya no se encontraba a su lado, aquella mujer, sus diversas enseñanzas y sentimientos hacia él, nunca se iban de su cabeza.

Jimin había empezado a trabajar en la biblioteca dos años atrás cuando luego de meses rogando a la directora del lugar, ésta le había dejado ser parte del personal. Había empezado como conserje del lugar, luego había sido ascendido a encargado del orden en las sientas de estanterías de la gran biblioteca, hasta que luego de dos años, se le había sido ascendido como gerente de la biblioteca.

Al tener tal puesto, Jimin tenía más tiempo libre que antes ya que su deber era llegar únicamente una hora diaria por día, no como antes que como mínimo debía estar seis horas dentro del lugar, sino es que pedía doble turno y se quedaba hasta más de diez horas. Pero Jimin siempre había sido un chico trabajador, uno que amaba ahorrar, amaba ayudar a los demás a pesar de que él no tuviera dinero de más para él, y amaba a las personas de su alrededor.

Por algo las chicas que le conocían caían al instante rendidas a sus pies, amaban a Jimin por su personalidad, por su popularidad y por su caballerismo el cual hacia a
cualquier chica quedar enganchada a él, a pesar de que el moreno al estar en relación con alguna chica, solía cambiar y solía ser odioso ya que únicamente les aceptaba la invitación de salir por necesidades las cuales cualquier adolescente tenía a su edad, mas Park Jimin nunca había sentido el verdadero amor recorrer su cuerpo y alma.

Prohibido (Jikook) [Adap.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora