Prologue

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Realmente no sirvo para esto, ¿verdad?


Los ojos de Jungkook se abrieron con exageración y detuvo sus pasos a medio camino. Los murmullos y palabras desagradables no faltaron, lo que era algo esperable considerando que había parado en medio de la escalera de salida de la estación de metro en el horario punta.


Mamá tiene razón, debería dejarlo.


La dulce pero masaculina voz resonaba en lo más profundo de su cabeza y el castaño de pronto sintió que sus rodillas temblaban, eso no podía ser verdad. Su pecho se oprimió al instante en que sus pulmones parecieron negarse a responder, su mirada se tornó borrosa sin poder evitarlo, definitivamente eso tenía que ser una mala broma. Sus piernas actuaron de manera automática, apresurándose en salir del lugar en búsqueda de aire fresco, propinando empujones a cuanta persona se cruzase.


Soy patético.


Los abucheos siguieron, sin embargo, lo único que Jeon podía escuchar era el eco melodioso en su mente. Avanzó hasta dar con un poste de luz, estabilizándose para respirar con un deje de desesperación, tenía que calmarse, lo sabía, se lo habían dicho desde que era un crío, mas nunca creyó que la experiencia podría ser así de aterradora, de hecho, con completa honestidad él nunca se había imaginado a sí mismo en ese escenario.


Si ni siquiera puedo coordinar mis pies, ¿cómo voy a impresionar a Yoongi?


El universitario mordió su labio inferior buscando la manera de aminorar el dolor, su corazón se estrujaba al escuchar esas palabras. Negó con suavidad en cuanto notó que un par de mujeres se le acercaban. – E-Es..mi m-mate. – Logró susurrar con mucha dificultad y entonces las féminas comprendieron, dándole su espacio al muchacho.


Es obvio que jamás se fijaría en alguien tan decepcionante como yo.

 Un gordo con dos pies izquierdos.


Las lágrimas corrían por los oscuros orbes del chico en medio de la calle. No. Él quería decirle al chico que resonaba en su cerebro que eso no era cierto, que, aunque no lo conocía era hermoso y talentoso, podía sentirlo, que no importaba lo que dijera ese tal Yoongi, definitivamente él lo amaría hasta el final de los días.


Mi parag...


Y entonces las palabras dejaron de reproducirse en su cabeza, en cambio, sintió como gruesas gotas caían; impactando en su cabello. Se había puesto a llover.

Todo rastro de incomodidad se desvaneció por completo, dejando en su lugar una extraña excitación, una adictiva ansiedad. Sonrió ignorando el que se estaba empapando por completo, y es que, ¿cómo no estar feliz cuando había sido bendecido de aquella manera? Elevó su mirar hacia el grisáceo cielo y agradeció. Había sido uno de los afortunados en encontrar a su compañero del alma, ahora sólo debía dar con él y refugiarlo entre sus brazos. Manteniendo esa misma emoción, contempló la hora en su teléfono celular, procurando no olvidarla y caminó alegre de regreso hacia su departamento.

Veinticuatro horas antes Jungkook había observado el rubio cabello de su pareja destinada, su mate,  en medio del gentío de la estación de metro creando la ansiada conexión, no lo supo entonces, pero las estrellas se encargarían de hacérselo notar. A contar de aquel incidente, todos los días exactamente a las seis con veinte cuatro de la tarde podría escuchar los pensamientos de su otra mitad. ¿La duración de ello? Eso sólo dependería de qué tan cerca de su encuentro definitivo estuviesen. 

Louder [KookMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora