El paso de las horas, el transcurso de los días podía ser el más dulce de los premios o el más ácido de los castigos, y sin lugar a dudas, para Jeon, aquellos tres días no habían sido más que una tortura medieval. Su paciencia parecía ponerse a prueba y su humor se esfumaba con cada insistencia del chico de sonrisa acorazonada.
Suspirando con pesadez, frotó sus dos manos contra su rostro dispuesto a tomar aquel pan que estaba sobre la mesa para acallar las palabras provenientes de la boca ajena.
– ¡Vamos, no seas así! Somos amigos. – Siguió Hoseok, con un puchero.
– Hyung, ya basta. – Respondió frustrado. –Si es tu mate podrás dar con él, no me necesitas a mí para llegar a él. –
Lo cierto es que la ansiedad comenzaba a afectarle negativamente a Jungkook, quién lo único que deseaba era obtener una nueva pista sobre cómo dar con Jimin, sus constantes pensamientos negativos y el incesante nombre de otro sujeto en la mente ajena, lo tenía sumido en una ligera desesperación.
– ¡Pero eres tú quien conoce a Seokjin! – Con el entrecejo fruncido, Jung infló sus mejillas. – Acompáñame una última vez, después no te volveré a molestar, ¡incluso te ayudaré a buscar a Jimin! –
– No tengo pistas de Jimin, y lo sabes, hyung. – Ahora realmente el menor estaba molestándose, no iba a permitir que tratase de manipularlo si al final no iba a resultar nada bueno.
– Mh. – Sintiéndose regañado, el mayor asintió. – Lo sé, pero estoy dispuesto a preguntarle a cualquier chico en la calle si se llama Jimin con tal de verte feliz y junto a tu mate. –
Aun cuando el menor sabía que había buenas intenciones en sus palabras, era inevitable no creer que trataba de utilizarlo, el castaño podía ser muchas cosas, pero no era estúpido. Exhalando con suavidad bajó sus hombros, quizás no era un idiota, mas era un buen amigo.
– Bien, te acompañaré a ese instituto para que hables con Seokjin. – Dijo rindiéndose. – Si él también te vio entonces de seguro te ha estado escuchando, o eso creo. – En realidad no estaba seguro, es decir, las personas que encuentran a su compañero del alma pocas veces han podido explicar cómo les resultó, era una especie de secreto a voces, tal vez porque era algo demasiado íntimo para compartirlo con los demás.
– ¡Gracias, gracias! – El mayor se arrojó a los brazos del otro, intentando expresar su gratitud. – Estoy seguro que cuando nuestros ojos se encuentren será mágico, ¡prometo contarte absolutamente todo! –
Un poco incómodo, Jungkook terminó por reír, negando con suavidad, no es que él deseara aquello, es decir, también suponía que cada una de las reacciones sería diferente para cada pareja, y en el fondo él no quería estar preparado para cuando viera a Jimin, anhelaba que fuera natural, tanto como que tuviesen que estar juntos por el resto de sus días.
– Entonces, iremos más tarde, ¿no? – La enorme sonrisa de Hoseok era imposible de ocultar.
– Sí, a la misma hora de siempre. – Dijo con resignación. – Y me deberás unas brochetas de cordero para mañana. –
– ¡Trato hecho! Nos veremos en un rato. –
Era más que obvio. En cuanto obtuvo una positiva, Jung se fue corriendo con una enorme mueca de felicidad, dejando al menor con un amargo sabor en la garganta. ¿No estaría siendo demasiado celoso? De seguro.
Con razón.
Esto duele.
Soy un estúpido, debí hacerle caso a Taetae.
Era obvio.
¿Por qué creíste que se iba a fijar en alguien como tú?
Gordo, aburrido, desagradable.
El corazón de Jeon se comprimió al escuchar aquellas palabras resonando en su cabeza. No, definitivamente su compañero no podía estar diciendo esas cosas de sí mismo.
El castaño comenzó a temblar con la imperante necesidad de correr sin saber muy bien hacia dónde, debía llegar hasta Jimin a como dé lugar. Sus piernas se movieron de manera inconsciente, tomando sus cosas e ignorando su última clase del día es que comenzó a trotar con desesperación. Saliendo del campus, contemplando a cada persona que se cruzaba en su camino. Él no entendía nada, actuaba por impulso a pesar de que muy en el fondo sabía que lo que estaba haciendo no lo llevaría a ningún lugar, la vida era complicada, incluso molesta, y no porque se anhelara algo significaba que lo tendría a cambio, ni siquiera al poner todos sus esfuerzos en ello.
Si hasta entonces el paso del tiempo le pareció tortuosamente lento, en aquel instante realmente creyó que se trataba sólo de un parpadeo, y es que, ignorando la pesadez y el ardor de sus piernas, fue incapaz de detenerse, corriendo varios kilómetros sin siquiera notarlo.
Su respiración agitada y las gotas de sudor bajando por su frente y cuello no fueron un impedimento para continuar con su búsqueda, él podía soportar un poco de dolor físico, mas le era impensable continuar tolerando el daño de Jimin.
El timbre de su móvil indicaba una llamada, un vistazo rápido y pudo notar que se trataba de Hoseok, le reclamaría por desaparecer cuando ya era cerca de la hora acordada. Iba a tener que disculparse, tal vez podría ayudarlo, después de todo su lista de prioridades estaba más que clara.
– T-Te digo que estoy bien, Taetae... –
Aquella voz definitivamente la reconocería en cualquier lugar a pesar de haber sonado tan baja, independiente de parecer algo más ronca, sus pies se anclaron a la tierra y su corazón dio un vuelco. Jungkook no iba a dejar que se le escapara cuando había pasado junto a él, gracias a alguna fuerza divina había encontrado a su compañero del alma, por lo que no dejaría que éste se escapara. Incluso aunque fuese rechazado, a pesar de que terminase completamente lastimado, él haría lo posible para rescatar a Jimin de aquel profundo pozo de dolor.
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Louder [KookMin]
Romance- ❝ Más fuerte, por favor, déjame escucharte. Necesito escucharte, necesito llegar a ti.❞ - ⊰ Fanfic KookMin ⊰ Capítulos cortos ⊰ Jungkook mayor que Jimin ⊰ Mención del HopeV y NamJin