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Pasaban los días y MinHo sentía que cada vez se enamoraba más de JiSung.

Amaba pasar tiempo con él, amaba cuando se escabullía en su habitación para dormir juntos y abrazados en las noches frías, amaba como siempre le despertaba con besos y caricias, amaba como se concentraba cuando se maquillaba o se pintaba las uñas, amaba cuando le abrazaba por la espalda y repartía tiernos besos en esta, amaba como sus ojos se achinaban cuando sonreía, amaba su sonrisa, amaba su rostro, amaba lo delicado y perfecto que siempre se veía.

Amaba todo de él.

Lo amaba tanto que hasta le daba miedo, pues nunca se imaginó que podría amar a un hombre de tal manera, y no a una mujer. Toda su vida fue criado con un sólo objectivo: estudiar, trabajar, buscar una mujer, casarse y tener hijos. Y él estaba dispuesto a hacer eso, pues era lo común. Hasta hubo momentos en los que se había imaginado con una mujer y con hijos de parte de ella, en pocas palabras ya tenía su vida planeada, sólo faltaba que los hechos ocurrieran.

Sin embargo ocurrieron distintos.

Pues no se enamoró de una mujer, si no de hombre.

Ya no se veía en un futuro con una mujer, si no con un hombre. Ni mucho menos teniendo hijos, si no adoptándolos. Su imagen de su vida futurista cambió drásticamente, ya no se imaginaba acompañado de una chica vestida de novia sino de un chico vestido en un mismo traje igual a él.

¿Cómo es que todo cambió tan rápido?

¿Cómo es que su vida había cambiado tan drásticamente?

¿Cómo es que se había enamorado de un hombre?

Eran preguntas que no le dejaban dormir por la noche por lo interesantes y perturbadoras que eran. Tantas cosas habían pasado que ni él mismo las podía asimilar. Ahora amaba a JiSung por sobre todas las cosas. Quería cuidarlo de toda enfermedad, quería protegerlo de todo mal, quería abrazarlo y nunca soltarlo, quería besarlo y nunca parar.

Pero especialmente, quería que estuviera a su lado toda la vida.

Ese sentimiento fue el que le provocó un nuevo deseo de ser algo oficial con él, un deseo de que sea algo suyo, un deseo de que fuera su pareja, su novio. Quería unirse más a él, así tendría menos probabilidades de perderlo, se sentiría más aliviado.

Y quería primero comentárselo a JiSung para saber su opinión de no ser porque no habían parado de besarse desde hace cinco minutos.

Estaban en la habitación del Peliazul, sentados en la cama, mientras supuestamente veían una película, supuestamente porque literal se estaban comiendo la boca ahora mismo. Han acercaba más a MinHo desde la nuca a su boca, profundizando más su contacto, mientras que este tomaba su rostro y mordía lentamente su labio inferior, lamiéndolo después para continuar poseyendo su boca. Sus respiraciones estaban aceleradas, sentían un calor mutuo, aquellos besos sólo lograron excitarlos, sin embargo ninguno había dado un paso más allá de eso.

Hasta ese momento, cuando JiSung se subió a las piernas de MinHo sin soltar sus labios. El nombrado se sorprendió cuando sintió el trasero del Peliazul moverse sobre su erección, excitándolo de sobremanera pero a la vez asustándolo al comprender su intención.

Se asustó pues todo aquello era nuevo para él, era desconocido. MinHo nunca había estado con un hombre hasta ahora, nunca había tenido sexo con uno, no sabía exactamente qué hacer en ese tipo de situaciones, ni mucho menos cómo hacerlo. Tenía un pequeño conocimiento sobre eso pero no estaba seguro. No se sentía listo, y además le avergonzada preguntarle a JiSung sobre eso, así que decidió luego averiguar por su propia cuenta.

❝Pride Club❞  ❥『•MinSung•』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora