DÍA CUATRO DEL CONTAGIO.
—Josh, despierta, Josh.
Tom esta al pie de los sillones sacudiéndome.
—¿Qué pasa? —digo dormido.
—Juan, no está.
—¿Cómo? ¿A dónde se fue? —digo levantándome.
—No lo sabemos.
—¿Y Pedro?.
—Está en la armería preparándose para salir a buscarlo al igual que los demás ¿Te nos unes o te quedas?.
—Claro que voy con ustedes —sacudo a Mica que aún duerme a mi lado tapada con una cortina que encontré ayer en donde están las cajas con ropa—. Amor, despierta.
—¿Qué... qué pasa? —dice despertándose.
—Los esperamos en la armería —dice Tom retirándose.
—Juan, desapareció, tenemos que ir a buscarlo.
—¿Cómo que desapareció? ¿Cuándo?.
—No lo sé, vamos vístete, tenemos que prepararnos.
***
—¿Dónde puede estar? —pregunta Miguel.
—En cualquier lado —dice Pedro cargando la ametralladora.
Reina el silencio a excepción de los ruidos de los cargadores entrando en las armas.
—Toma, está te servirá también —me extiende Tom el mismo modelo de ametralladora que porta Pedro—. Es una MP5, carga treinta balas —señala un pequeño estante—, allá hay silenciadores y más abajo están las municiones.
—Se que no sabes disparar pero quiero que lleves la mía —le doy mi Bersa—. No sé con que nos vamos a encontrar allá afuera pero hay que estar listos, no hay que tenerles miedo porque ellos tampoco nos tienen miedo —le digo a Mica.
—Josh, hay algo que no sabes.
—¿Qué cosa?.
—Se disparar.
—¿Cómo? ¿Y por qué no le diste a ninguno?.
—Cuando era adolescente me encantaban las armas, un amigo de mi padre era policía, le pedí que me enseñará a disparar y con permiso de él me llevó a un campo de tiro y me enseñó. No mate a ningún infectado porque creo que son personas aún, y no quiero ser una asesina.
—A bueno eso es genial, menos mal que nunca te hice enojar mucho —digo sonriendo—, entiendo que no los quieras matar, para mi también es difícil disparar cuando los tengo adelante, pero pienso en vos y en que te tengo que proteger, no quiero que te pase nada y si tengo que matar al mundo entero lo voy a hacer, tenemos que protegernos entre todos, ellos nos salvaron a nosotros y ahora nos toca a nosotros ayudarlos y la única forma es matando a esas cosas que ya no son personas y si no los matamos ellos nos van a matar.
—Tienes razón, bueno listo para salir —dice colocándose la Bersa en la cintura y agarrando dos cargadores más.
—Más vale que si, llévate otro cargador por las dudas —le digo mientras agarró dos HK UPS cargadas con trece balas cada una. Agarro cuatro cargadores más y coloco dos cargadores en el bolsillo izquierdo y dos en el derecho. Me pongo la MP5 con el silenciador en la espalda como un morral y agarro otro cargador poniéndolo en el bolsillo trasero.

ESTÁS LEYENDO
Virus Hilax
Science FictionJosh se encuentra con la única obligación de mantener con vida a su esposa Mica y a él mismo, acechados constantemente por la muerte que se encuentra en manos de cientos de criaturas que no pensarian dos veces en atacar sin piedad a quienes tuviecen...