—¿Y de tu familia no supiste más nada? —pregunta Mica con tristeza.
—No, siempre llevó conmigo el celular con la esperanza de que la señal vuelva y así poder saber donde están ellas e ir a buscarlas —responde Juan con los ojos llenos de lágrimas.
—No te preocupes, Rosa es fuerte seguramente están bien, en la casa de su hermano —dice Pedro abrazandolo.
—Es verdad, planeó dentro de poco irme para allá e ir a buscarlas ya que es el único lugar en donde puede que estén.
—Y yo iré contigo hermano, ahora yo seré el siguiente en contar lo que me pasó.
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Un día antes del contagio.
—Al fin en la cama —dice Pedro después de ducharse al llegar de su exhaustivo trabajo en la construcción, trabaja operando las grandes máquinas en la empresa constructora llamada Roggio, en la Capital Federal, traslada los pesados materiales, piedras, ladrillos, cemento, arena y demás. Enciende la televisión.
—Estas son las imágenes... —habla la periodista seguida de imágenes de los infectados. Pedro se sienta en la cama al ver a esas terroríficas criaturas de ojos amarillos y rojos por parte de la especie de las mujeres.
—Mierda no hay señal —dice mirando el celular que dice Fuera de linea al marcar el número de Juan para avisarle de las extrañas noticias. Se queda despierto mirando en las noticias los vídeos en los que muestran a los cazadores corriendo a la casa de la gente.
Después de unas horas frente al televisor mirando las noticias se escucha una explosión y la luz de va.
—Otra vez la luz está de porquería, nunca hacer bien las cosas —dice enojado acordándose para dormir ya que no hay otra cosa que pueda hacer—. Por suerte mañana no tengo que ir a trabajar, descansare todo el día sin que nadie me moleste.
Día uno del contagio.
Unos fuertes golpes se producen en la entrada lo que hace que Pedro se despierte de golpe. Otro fuerte golpe se hace escuchar y Pedro se levanta rápido pero silenciosamente hacia el placard a buscar de los cajones algo que no usaba hace tiempo, una 9 mm Semi-Automática que le dejó su padre después de su muerte.
—Vinieron a robar en la casa equivocada —dice por lo bajo fijándose si el cargador del arma tiene sus respectivas balas, las cuales están ahí.
Se escuchan caer platos y cubiertas al suelo junto con una que otra cacerola. Comienza a bajar las escaleras tratando de hacer el menor ruido posible pero el rechinar de las talas de la escalera con cada paso no ayuda mucho en el factor sorpresa.
Pedro aprieta fuertemente con sus manos el arma al llegar al final de las escaleras. Asoma su cuerpo lentamente pero no hay nadie, sólo cubiertos en el suelo junto a platos rotos, se escuchan nuevamente ruidos, está vez provienen del lado del baño a lo que Pedro comienza a caminar hacia allí silenciosamente, al acercarse a la puerta del baño ve pasar una sombra, levanta la 9 mm apuntando a la entrada mientras me acerco aún más.
—Mal lugar elegiste para robar —dice al entrar y ver a un hombre de espalda cerca de la bañadera. Respira muy acelerado y al darse la vuelta muestra su verdadera cara, dientes en punta con sangre al igual que la mayoría del rostro y la ropa. Produce un grito que hace que un escalofrío le recorra todo el cuerpo, lo único que siente en este momento es terror, un terror que le impide reaccionar, todas aquellas imágenes y vídeos que había visto en el noticiero la noche de ayer se volvieron realidad, el infectado le da un fuerte golpe con la gran garra que alcanzó a ver pero no a reaccionar, cae al suelo y el infectado salta hacia él cayéndole encima, sus grandes dientes tratan de llegar a su rostro pero lo evita derribandolo de un golpe con el arma. Logra zafarse y se pone de pie, apunta con su arma y dispara dándole en la espalda, al instante que recibe el impacto de la bala en su cuerpo el infectado se comienza a levantar, dispara nuevamente hacia el pecho y lo único que logra es hacer que se mueva un poco hacia atrás, dispara nuevamente dándole en una de las rodillas haciendo que caiga sobre esta, recuerda las películas de los muertos que vuelven a la vida y que sólo se los puede matar con un disparo en el cerebro. Sin otro lugar donde se le ocurra disparar apunta hacia la cabeza y dispara haciéndolo cae con un gran hueco en su cabeza.
Pedro cae al suelo sin fuerzas y temblando, está asustado e impactado por lo recién sucedido. Después de unos segundos en el suelo logra levantarse y lo primero que se le cruza por la cabeza es su hermano Juan, Rosa y la pequeña Laila, la única sobrina que tiene. Se dirige hacia la puerta de entrada para ir a buscar a su hermano, al cruzar la puerta observa el caos que no había podido escuchar por el estado en que quedo gracias a su pequeña lucha con el infectado, al querer salir de su casa se le pone en frente de él impidiendo su paso un infectado más pequeño que él pero igual de terrorífico y peligroso que con el que tuvo que tratar hace unos instantes, antes de poder levantar su arma el infectado lo golpea cayéndose hacia atrás con la criatura sobre él, el arma se le escapa de las manos quedando a pocos centímetros de ellas, pero no puede alcanzarla ya que utiliza toda su fuerza en tratar de que el infectado no lo lástime de cualquier forma, con la mano izquierda lo sujeta del brazo impidiendo que lo agarre y con la otra mano agarra por uno de los lados la gran garra, la siente áspera, como si fuera una lija gruesa, hace fuerza para sacarselo de encima hasta que lo logra ayudándose con uno de sus pies, se arrastra por el suelo hasta agarrar el revolver y dispara dándole en el hombro, se levanta rápidamente para disparar mejor pero lo único que logra es errar el disparo, dando la bala en una de las paredes, empuja al infectado haciéndolo caer y Pedro corre por las escaleras hasta llegar a su habitación, el infectado lo sigue aunque no logra verlo cuando Pedro se mete adentro del placard fijándose balas que le quedan al arma, el infectado da vueltas por la habitación hasta que queda inmóvil al igual que Pedro al escuchar una voz que vienen de abajo, unos segundos después se vuelve a escuchar la voz pero más cerca.
—¡Pedro! —se escucha el grito de Juan llamándolo.
—Mierda, ya lo escucho —dice Pedro por lo bajo al ver por unos pequeños agujeros del viejo placard como el infectado se va hacia la entrada de la habitación. Rápidamente sale Pedro del placard y apunta hacia la cabeza del infectado que le está dando la espalda, dispara y cae muerto a los pies de su hermano que está inmóvil mirando al infectado inerte que lláce en el suelo frente a él.
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—Bueno ustedes ya escucharon lo que sucede después de que encuentro a Juan.
—Creo que ahí entramos con Alan y Miguel —dice Tom dándole palmadas en uno de los hombros de Alan.
—Es verdad, pero no contaremos lo que sucedió antes porque ya sabemos bien que es lo que sucedió —dice Alan.
—Bueno como verán éramos policías —sonríe—. Con Alan nos conocemos desde que entramos a estudiar para seguridad acá en Quilmes hace unos diez años más o menos, yo ascendí a Suboficial Mayor y él a Sargento, a Miguel lo conocimos hace un año con el puesto de Cabo, estábamos acá, en la comisaría, cuando empezó todo.
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Virus Hilax
Science FictionJosh se encuentra con la única obligación de mantener con vida a su esposa Mica y a él mismo, acechados constantemente por la muerte que se encuentra en manos de cientos de criaturas que no pensarian dos veces en atacar sin piedad a quienes tuviecen...