Miraba por la ventanilla del metro viéndo como mi vida pasaba y yo era tan solo una mala protagonista secundaria.
Y entonces pasó, el metro se paró y él entró. Le ví, ahí parado, con sus ojos penetrantes y esa triste sonrisa la cual me provocaba un extraño cosquilleo cada vez que la veía.
El metro siempre me había resultado un lugar frío, donde extraños cruzan miradas y se pierden para siempre.
Y sin embargo, alli estabamos ambos, mirandonos y viéndonos profundamente, mientras nos sentabamos al lado.
Estuvimos hablando, como si nada importase, como si el mundo no existiera a nuestro alrededor, como sino fueramos tan sólo dos extraños llenos de daños.
Cuando quisimos darnos cuenta, nos habíamos pasado de estación. Asi que nos bajamos y nos sentamos en un banco.
No importaba que dia era, ni la hora, ni la lluvia que caía. Esta vez no llovía dentro mía y yo sabía, que era gracias al chico de la triste sonrisa.
Nos agarramos de la mano, nos fuimos acercando y finalmente nos besamos.
Me apoyé en su pecho, él me rodeó con sus fuertes brazos, me sentí segura y él consiguió algo que nadie había conseguido en varios años.
Me hizo sonreír, y me contó que estába enamorado, de todos los daños de esta chica, de mís cortes, heridas, cicatrices y de según él, mi preciosa sonrisa.
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Atrapada en el espejo
PoesieHay alguien reflejada en el espejo, alguien que se parece a mi.