21. Un universo donde perderme.

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Desperté y ahí me lo encontré, a mi lado acariciandome la mano.

Una pequeña sonrisa se dibujó en mi rostro, me perdí en sus ojos.

Sus dedos resbalaban suavemente por mi espalda, sus labios se posaron en mi cuello mientras se me escapaba una risa al mísmo tiempo.

Descubrí, que su espalda medía 16 besos, y que su cuerpo temblaba cada vez que le acariciaba el costado.

Todo era perfecto. Todo estába bien incluso después de lo de ayer.

Era Navidad, y fuimos a pasear, por el centro del Madrid. Sus ojos brillaban y su sonrisa se ilumina con cada paso que daba.

Íbamos agarrados de la mano, nos sentamos en un banco, de repente los dos nos quedamos callados, viéndo a cientos de personas pasar.

Y fue en ese preciso instante, cuando ambos descubrimos, que después de mucho tiempo, no estábamos solos rodeados de un montón de gente.

Que me tenía y le tenía. Que existía un nosotros. Que me quería y le quería.

Y nos besamos. En mitad del centro. ¿Qué importaba lo que pensara el resto? Éramos felices.

Nuestras manos estában completamente agarradas, su sonrisa estába a un centímetro de la mía y había exactamente tres entre nuestras miradas.

Existía un universo entero a nuestro alrededor, o al menos eso creímos, porque en ese mísmo momento los dos sentimos que el mundo, éramos sólo nosotros.

Y el resto, el resto tan sólo eran personajes secundarios de una obra sin importancia.

Me paré a mirarle.

Que bonito era el centro reflejado en sus ojos, y que bonitos sus ojos que hacían del centro un lugar todavía más maravilloso.

Que perfecta su boca, sus manos y su sonrisa, de las cuales no me despegaría nunca.

Y entonces me cogió. Me levantó del banco y comenzó a dar vueltas conmigo interrumpiendo mís pensamientos.

Tenía dibujada una sonrisa en la cara, una que no podia borrar.

Porque siéndo sinceros, no quería estar en otro sitio que no fuese en sus brazos o a su lado.

Todas las ciudades y todos los lugares se quedaban pequeños comparados con él.

Él era mi universo y el único con el que me perdería por el mundo.

Él era el único mundo en el que me quería perder.

Atrapada en el espejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora