Sinceramente no sé cómo es que no se notaba que apenas y dormía, un poco más y parecería un mapache. De cualquier manera, ahora que me había comprometido a ayudar con la fiesta de Halloween tendría más cosas que hacer -y si de por sí ya no podía más, ahora sería agotador- lamentablemente ya no podía negarme.
El sábado llego tan rápido, desperté temprano para poder desayunar, me encontraba casi durmiéndome encima de los cereales cuando Adam se sentó conmigo.
- ¿Y ese milagro Lili?
-Tengo que ir a las 9 con la profesora- respondí medio dormida.
- ¡Ah claro! - exclamo y sonrió- Es cierto, había olvidado que te ofreciste a ayudar para la fiesta de Halloween que tanto te gusta.
-Ya sabes siempre estoy ayudando a los demás- respondí sonriéndole sarcásticamente.
- ¿Entonces iras a la fiesta?
-No lo creo Adam, lamentablemente estoy castigada, ya sabes cómo es la profesora Agnes y no creo tener tiempo.
- ¡Que buena excusa! Pero ahora si dime la verdad.
-Es la verdad Adam.
-Si claro como no-dijo sarcásticamente.
Llevé una última cucharada de cereal a mi boca y dije apresuradamente- Me voy, nos vemos luego Adam.
El no contesto solo siguió comiendo como si yo nunca hubiera estado ahí. Desde que éramos pequeños Adam odiaba que no le contara algo, y cada vez que siente que algo le oculto se pone de esa manera, aunque esta vez realmente no le estaba ocultando nada ¿debería intentar arreglar las cosas? o por el contrario sentirme ofendida por no confiar en mí. Demasiado tarde, me encontraba fuera de la biblioteca, no quería entrar odiaba el hecho de haber aceptado, pero al fin y al cabo no me quedaba de otra, tampoco quería quedar mal si me había comprometido no había de otra, como Halley solía decir "Un compromiso roto es un corazón roto" o bueno algo así, a veces esa niña llegaba a ser demasiado cursi.
Al entrar a la biblioteca vi a la profesora y a otros cuantos compañeros al fondo, no sé si la idea de reunirnos en la biblioteca había sido realmente de la profesora, pero era demasiado estúpido, cada dos por tres la encargada nos callaba, y es que normal éramos tantos que causaban un alboroto en menos de un segundo.
Sinceramente la reunión no fue tan mala, a pesar de que nunca me habían gustado esta clase de cosas todos se comportaban de manera amable y al final me divertí. La profesora se enteró de que yo no iría al baile ya que estaba castigada y me prometió hablar con la profesora Agnes "Tienes que ir, se cuánto lo deseas" dijo con ojos llorosos mientras tomaba mis manos, la escena fue demasiado rara y no pude decirle que en realidad no quería ir porque esos ojos llorosos no me dejaron.
Cuando la reunión termino ya eran las 12 así que tenía demasiada hambre, mi estomago rugía y creo que hasta el otro lado del edificio se podía oír. Fui a comer y cuando termine camine directo hacia mi dormitorio, no me di cuenta que había dormido demasiado, ya que cuando desperté ya era domingo y me había perdido el desayuno.
La semana paso muy rápido- No sé quién la iría persiguiendo- y aunque me divertí mucho organizando el baile y comprando cosas que necesitábamos, no podía dejar de sentirme cansada, tal vez me iba a enfermar.
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Limonada, otra historia de amor.
Teen FictionDespués de haber pasado por todos los institutos posibles, Natalie llegó finalmente al Internado Corbriz donde su vida se convirtió en una limonada sin sabor. Pero con todas las nuevas personas llegando a su vida, la limonada ¿se volverá más dulce o...