Campamento de verano |𝐊𝐕

II

Al llegar todos se dividieron en grupos o simplemente fueron directamente a buscar sus amigos de allí, yo no conozco a nadie por lo que preferí quedarme junto al profesor. Ciertamente soy bastante antisocial y tímido por lo que; socializar y hacer amigos no es lo mío. Usualmente espero a que la persona se acerque y si me agrada le otorgo una pequeña pizca de confianza para hablarle y conocerle.

El profesor es bastante agradable conmigo y me cuida como a un hijo más, después de todo, mi padre es el mejor amigo del maestro y este siempre le mantenía informado a mi padre que hacía y que no, era un poco molesto pero, logré adaptarme y ahora no le doy importancia. Me agrada, el profesor me agrada así que; cuando algo me molesta siempre habló con él y le pido consejos, en varias ocasiones tacharon al profesor de "marica" al igual que a mí pero a él no le importó y siguió a mi lado, acompañándome. Era lindo estar con él y me hacía sentir agusto por lo que; la escuela no era un completo infierno.

El profesor me informó de que tendría una breve reunión con el gerente del campamento y que; debía ir con una de las instructoras para que esta me guíe hasta mi habitación. Rápidamente lo hice y me dediqué a recorrer el lugar hasta que la encontré, era muy bonita y su cabello lacio y castaño llegaba hasta más abajo de sus glúteos, sus piernas eran gruesas y se notaba que era extranjera. Me acerqué y noté que detrás de ella había un chico de cabello azabache que la miraba como un depredador a su presa, aquellos profundos ojos se comían a la castaña que no sabía cómo lidiar con la situación. Por lo que sintiendo la incomodidad de ella, me acerqué.

—Hola...— saludé con una pequeña sonrisa, no quería ponerla más incómoda de lo que ya estaba— ¿Podrías guiarme hasta la que será mi cabaña?—. Pregunté y ella asintió con una enorme sonrisa en su rostro, rápidamente me tomó del brazo y empezó a caminar conmigo hasta las cabañas.

Preguntó mi nombre y sacando un gran listado de su bolsa me llevo hasta la cabaña n°23. Me entregó las llaves y se marchó. Sonreí y entre allí dejando mi maleta en la cama que mas cercana a la ventana estaba, cerré la puerta y le di un recorrido con la mirada al lugar, no era muy grande, era lo necesario y además, tenía un baño y aquello lo hacía sentir aliviado. No quería exponerme a la naturaleza y tener que hacer mis necesidades al aire libre como un salvaje, no, eso jamás.

Abrí la maleta buscando algo mojado pero, no, nada se había mojado, todo se mantenía intacto por lo que; acomodé mis libros en el escritorio y saqué una toalla de la maleta doblandola para dejarla en la mesa de luz que había al lado de la que ahora sería mi cama. Mi maquillaje y demás productos los dejé en la mochila junto a mi ropa y me dispuse a desvestirme para ir directamente al baño pero, al haber quedado solo en boxers alguien tocó de forma estruendosa la puerta haciéndome bufar.

Me cubrí un poco con la toalla y abrí la puerta encontrándome con el chico depredador detrás de esta, su mirada recorrió mi cuerpo haciéndome sentir un escalofrío, realmente asqueroso. Bufé nuevamente y me dirigí al baño ignorando que él sería mi compañero, no debía atormentarme con eso, simplemente tomaría mis libros y me fundiría en ellos hasta el punto de olvidarme de su existencia. Era sencillo, no había nada de que preocuparme y aquello me hizo sentir más calmado y relajado por lo que; suspiré y me metí a la ducha disfrutando del agua caliente recorrer mi cuerpo, esto era la gloria.

Cuando salí de la ducha noté que el chico estaba en su lugar conectando unos parlantes para escuchar música a un volúmen no muy bajo, pero no le daré importancia, me quedaré callado, me vistiré y tomaré mis libros para empezar a estudiar. Asentí y con la toalla aún puesta me dediqué a ponerme la camisa que era bastante holgada y después mis boxers, ya después de eso retire la toalla y me puse los pantalones cortos. Empezaba a hacer calor y por eso mismo, sonreí y tome uno de los libros sentandome en mi cama para empezar a estudiar. 

No me estaba concentrando lo necesario, el chico y su escandalosa música me lo impedía por lo que; tomé mis audífonos empezando a escuchar mi propia música para así, poder estudiar sin tener que preocuparme de un imbécil que tiene poco respeto hacia los demás. El libro era de la cultura griega y es que me encanta todo de ella y simplemente no puedo dejar leer todo sobre ella, los mitos, los dioses... Todo, me fascina. Simplemente, ¿Puede existir alguien que no adore la cultura griega? ¿Existe alguien tan hueco en el mundo? No lo creo... Si esta persona existe simplemente tiene que leer y terminará igual que los demás: amando la cultura griega.

Después de varias horas de estar leyendo sentí el frío recorrer mi cuerpo, se estaba haciendo de noche y la ventana me lo dejaba saber, la luz de la luna se filtraba por ella y traspasaba las delgadas cortinas dejando ver lindos rayos de luz en el suelo. Sonreí, esta tal vez sea una oportunidad para sacar una buena fotografía de la luna y por eso mismo rápidamente tomé mi cámara y le dí varios ajustes hasta que por fin, se adaptó a la luz de la luna permitiendome sacar una hermosa fotografía, en el centro está ella, rodeada de árboles... La fotografía simplemente es maravillosa, una de las mejores que he tomado hasta el momento pero, me encargaré de tomar más fotografías en lo que dura este campamento.

Mi celular empezó a vibrar anunciando una llamada de mi madre, sonreí y salí de la cabaña dispuesto a contestarla pero, allí empecé a sentir un olor que en pocas ocasiones había sentido, era horrible, me desagradaba. Sabía que era marihuana, alguien estaba fumando por estos lados y ninguno de los profesores sabía del asunto, yo no podía ir a acusar al chico porque desconocía el paradero de este y además, quería abstenerme de problemas y por eso mismo; me alejé y esta vez contesté.

Mi mamá me empezó a hablar de forma animada y aquello me hizo sonreír feliz, aparentemente, había salido en una cita con mi padre y ahora estaban en un lujoso restaurante en el centro de Daegu. Me encantaba que siempre estén saliendo de aquella manera para mantener la chispa del amor viva porque vamos; el matrimonio no puede hacerse rutinario, el matrimonio es el segundo paso de la conquista al corazón. Me refiero a que; ambas partes deben hacer que aquel amor que ya existe se haga más grande y fuerte, no a un punto en el que se hagan independiente del otro, no, eso ya no sería sano pero, creo que hice comprender mi punto ¿No?

La llamada fue un poco larga si soy honesto, mi mamá no dejaba de hablar de lo emocionada que estaba ya que decidieron salir a Nueva York la semana que viene y me traerían varios regalos, ambos querían disfrutar de las vacaciones recreando un amor juvenil, era tierno. Mis papás son lo más tierno que he podido ver en mi no muy larga existencia, ellos se aman con fulgor y siempre están dispuestos a darlo todo para mantener a la familia unida, me agrada pero, si llega un día en el que alguno de los dos deje sentir amor yo lo apoyaré, me dolerá, claro que sí pero, merece ser feliz al lado de otra persona.
Por ahora, estoy muy feliz, ellos cada día demuestran amarse mucho y parece que aquel inocente amor que ha perdurado por más de 20 años nunca morirá.

Mi infancia fue muy alegre gracias ellos y tengo un hermoso hermano mayor al que amo mucho, Joonie, él es mi hermano mayor y tiene mucho talento, su más grande pasión es la música y todo lo relacionado con el arte, sus letras son hermosas y ha compuesto las mejores canciones...  bueno, para mí son las mejores. Él ha viajado a Nueva York para hacer una vida y poder debutar en una buena disquera. Yo sé que él triunfará y cuando llegue ese día le diré “te lo dije”, él es negativo y se niega a creer que será famoso pero, yo siempre se lo estoy recordando y así fue como decidió ir al extranjero, básicamente yo lo impulsé.

Cuando regresé a la cabaña noté que el chico azabache no estaba allí por lo que; me encogí de hombros y me metí en la cama dispuesto a dormir. Mañana sería un nuevo día y me encargaré de salir de aquí y tomar buenas fotografías.