VII

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Desde la mañana he notado un raro comportamiento de parte de JungKook, no sé qué sucede pero, desde que recibió aquella llamada está más... Ansioso y torpe. No puede no quedarse quieto y siempre está tropezando con las cosas, decidí no interferir pero, ahora me preocupa. El chico casi estampa su rostro contra un árbol de abedul sino hubiese Sido por mí que le tomé del brazo impidiendo aquello. Él me miró con una sonrisa apenada y se disculpó, en ese momento, supe que algo no andaba bien y qué tal vez, podría hablar con el chico.

Lo arrastre hasta la cabaña e hice que se sentará en su cama conmigo frente a él, me miró confundido y un poco preocupado por mi mirada desafiante pero, yo sólo suspiré y relaje mi expresión.

—¿Qué pasa contigo?— pregunté y él ladeó la cabeza confundido, el gesto fue tierno pero, no era la respuesta que quería—. JungKook, desde que recibiste aquella llamada no has dejado de tropezar con las cosas, pareces ansioso... ¿Qué te preocupa?— pregunté y noté como su expresión se endureció, bueno, tal vez fue algo en lo que no debí meterme...

—Cerebrito, creo que eso no es de tu incumbencia— murmuró acostándose en la cama de modo que me daba la espalda, suspiré y me senté—. Métete en tus asuntos— pidió aunque, sonó más a una orden.

—Jungkook, yo sólo quiero ayudarte... No te lo tomes a mal— susurré en un tono tan bajito que creí que no me escucharía pero, lo hizo y me miró con una ceja enarcadá—. Puedes confiar en mí, no diré nada a nadie aunque... No tengo a nadie a quien decirlo— Agregué lo último con un poco de burla para alivianar el ambiente.

Él volteó y me miró con una sonrisa abrazándome de la cintura, no le di mucha importancia a aquella acción y espere a que hablara pero, parecía dudoso, como si no estuviera preparado para decir algo. Lo miré, sus ojos ahora brillaban, parecía apunto de llorar y eso me hizo sentir mal, suspiré y peine sus cabellos de forma lenta para darle tranquilidad. Sus manos se aferraban a mi cuerpo y en algún momento empezó a llorar, aquello me devastó y me obligó a acostarme y abrazarlo para darle mimos y confort.

Sus brazos temblaban al igual que sus piernas, podía sentir el frío sudor de su frente al impactar con la mía, aquellas lágrimas parecían infinitas, no les encontraba fin y había tanto sufrimiento escondido que me abrumé. Lo único que supe hacer fue abrazar al chico y permitirle desahogarse en mis brazos.

El hecho de que el chico bromista e idiota desapareciera de aquella manera revelando a uno roto, lleno de problemas que sentía como su vida se derrumbaba cada día me dejó sorprendido. La forma tan increíble en la que los humanos pueden ocultar sus sentimientos es abrumadora e impactante, yo también era conocedor de aquel lado y lo ponía en práctica, todos los días pero, no esperé algo así de parte de JungKook y aquello me demostró que; las apariencias engañan. Mis manos se dedicaron mimar al chico que parecía no querer dejar de llorar, aquello era algo nuevo para él pero, estaría para JungKook en aquel momento tan doloroso sólo porque... Si.

Todos somos débiles y en un punto de nuestras vidas perdemos nuestro camino, nos sentimos en un laberinto sin camino tropezando con paredes sin salida y más caminos que recorrer que te llevan hacia un futuro incierto, nadie sabe lo que le espera y el único conocedor de la vida es el destino, meramente él. Nadie puede asegurar que vendrá el día de mañana y todo se echará a perder con los mínimos errores, yo sabía que aunque lo negaran, la humanidad es una raza débil que es capaz de luchar y vencer su debilidad aunque, ella reapareciera. Logré comprender que JungKook está en ese punto, un punto en el que no sabe qué hacer con su vida y desea rendirse, mandarlo todo por la borda y darle fin al sufrimiento pero ¿Qué esperar? La vida no es fácil y la felicidad no es duradera, la vida buscará mil formas de joderte y quitarte las esperanzas, tú sólo sueña y cree en aquel mundo en que la felicidad es palpable y duradera, de eso se trata; de soñar.

Después de unos minutos JungKook dejó de llorar y escondió su rostro en mi pecho hipando un poco por el reciente llanto, podía notarlo incómodo por el nudo que poseía en la garganta probablemente era enorme y sus ojos parecían arder por haber soltado tantas lágrimas. Pude notar que se encontraba altamente cansado.





-POV JK.

Después de tanto llanto solo podía pensar en lo que ridículo que posiblemente me veía a los ojos de Taehyung y aquello me avergonzaba, a tal punto que era incapaz de verlo a los ojos.

Por lo que, deseé poder tomar mis píldoras pero, no; me prometí dejarlas.

Sé que aquellas píldoras lo único que creaban era una ilusión, una en la que no era realmente feliz, aquellas píldoras me guiaban hasta una felicidad falsa, aquella de la que cada vez me sentia más preso y empezaba a atormentarme, quería dejar las pastillas pero, me había viciado a ellas y ahora no podía dejarlas. En ocasiones tenía pesadillas, sonrisas grotescas que dejaban salir grandes cantidades de sangre ante el sufrimiento interno del poseedor de aquella sonrisa; Yo. Me sentía preso del mundo y de sus mentiras, de la ilusión que yo había creado en mi entorno y desconocía como manejar aquella situación, la depresión me cansaba y ya no me apetecía tener una vida digna. Aquella enfermedad no se iría entonces ¿Por qué seguir? Ni yo he podido averiguarlo.

Conocía el miedo y aquel siempre era palpable cuando me miraba al espejo, mis ojos enrojecidos a causa de las constantes píldoras que consumía, me estaba matando, de foma lenta y tortuosa, lo sabía, sabía que aquellas píldoras no hacían nada por mi. Mis pensamientos se salían de control en ocasiones y sentía que mi cuerpo ya no me pertenecía, que mi alma había perdido total control de aquel cuerpo que se le había otorgado, aveces me asustaba de mí mismo y la mayoría de las veces no sabía que hacer por lo que siempre me iba a por los placeres de la vida. Yo no estaba muy interesado en los demás y siempre estaba pensando solo en mi y en lo que me convenía pero, la empatía seguía existiendo y me impedía dañar a otros.

En ocasiones cuando estaba solo miraba a mi alrededor y me encontraba con los mismos ojos acusatorios de siempre, no sabía a quien le pertenecían ni porqué me otormentaban tanto, no sabía cuales habían sido mis pecados de la vida pasada y tampoco sabía que estaba pagando. El destino estaba cobrando deudas pero, me sentía como el inocente, no sabía que había hecho y sin embargo las cosas iban así, no entendía, no le encontraba lógica a la vida hasta que un día comprendí.

La vida es un enigma, una incógnita. Nadie sabe lo que esta le tiene preparado y nadie podrá asegurar que su destino sea próspero, todo se basa en esfuerzos pero, aún así la vida te arrebata cosas sin más. La vida carece de sentido y por ello mismo nadie es capaz de comprenderla y saber cuál es el propósito de esta, nadie lo sabe.

Pensar mucho me había generado un dolor de cabeza más fuerte que me hizo soltar un quejido. Taehyung se levantó y fue a por una de las píldoras y tomó una de las botellas de agua que habían guardadas en los cajones de la mesa de luz entregándomelas. Le sonreí agradecido y me tomé aquello acomodándome mejor en el lugar que le pertencia a Taehyung. 

No quise pensar más en mi posición y abracé al castaño dispuesto a dormir. El calor que este emanaba era agradable y me hacía querer pegarme a él y nunca alejarme, como un chicle.

Campamento de verano |𝐊𝐕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora