De vuelta a casa | Reddie.

Capítulo 3.

—¿Derry? ¿Qué clase de pueblo se llama Derry?— pregunta Dustin, ladeando la expresión.

En estos años, Dustin no ha cambiado mucho, nada más está más delgado y se ha dejado el pelo algo más largo. A los diecisiete, siguen teniendo su misma actitud.

—Perdona pero, ¿esperas que te creamos toda esa mierda de planos astrales y demonios?— agrega Lucas con franqueza (los únicos cambios de Lucas son la altura y el cabello en risos afro que se dejó crecer).

Iker mira al cielo y suspira, como pidiendo paciencia suficiente para no masacrar a estos adolescentes hormonales e incrédulos. Por toda respuesta, enciende sus ojos de rojo y, con un chasquido de dejos, rompe las cuerdas que lo atan y también la estúpida ampolleta de luz.

Todo se queda en silencio un instante, hasta que todos (excepto Eleven) gritan. Lucas se esconde detrás de Maxine y Dustin detrás de Lucas. Eleven, por su parte, hace retroceder a Mike y se posiciona delante de todos, alerta.

Iker se pasa una mano por el cabello rubio y sonríe con superioridad.

—¿Y?

—Te creemos, te creemos— dice Lucas, asustado.

Literal es lo único que les faltaba, demonios.

—¿Qué hiciste con Will?— se atreve a preguntar Mike.

—Me gusta divertirme, pero lo de su amigo fue un accidente— dice Iker—. Yo debería estar en Derry, pero su amigo ese tiene una conexión con lo sobrenatural que atrajo a las sombras que me transportaban.

—Como un cambio de roles— dice Dustin, comprendiendo.

—Punto para el de risos.

—Entonces, Will...

Iker asiente.

—Su amigo está en Derry— y luego agrega:—Y, si me permiten, les recomiendo rezar por él, porque en Derry está apunto de desatarse algo terrible.

....

Eddie volvió a ser "él mismo", pero al final, se quedó con su familia adoptiva. No confía en ellos, pero tampoco es como si tuviera muchas opciones. De todas formas no es gran problema, porque ellos nunca están en casa.

Eddie abre la puerta e invita a Will a pasar, quien lo hace con un gesto tímido.

En el camino, le contó a Will todo lo que pudo sobre Derry, omitiendo ciertos detalles (como su pérdida de memoria y los demonios) pero si le habló de Eso. Sorprendentemente, Will no dudaba de la veracidad de ninguno de los hechos que le relató.

—No sé nada de tu historia...— murmuró Eddie al final, cuando ambos entraron a su habitación y se sentaron en el suelo entre cojines.

Will ladeó la expresión.

—Creo que yo tampoco...— dijo con angustia—. No recuerdo... No se quienes son mis padres, ni donde vivo... No sé...

Eddie le puso una mano en el hombro.

—Entiendo lo que sientes.

Will lo miró.

—Pero si recuerdo una cosa, además de mi nombre— afirmó con seguridad—, un chico.

—¿Un chico?

Will asiente con la cabeza.

—Se llama Mike Wheeler, estoy seguro de que él va a encontrarme. No sé como lo sé, solo... lo sé.