De vuelta a casa | Reddie.

Capítulo 11.

Beverly tose al despertar, como si un grito se hubiera quedado atrapado en su garganta cuando Pennywise la golpeó en la cabeza, dejándola inconsciente.

Esto de ser secuestrada está comenzando a irritarla de sobremanera.

Siente que la cabeza le palpita un poco, resentida por el golpe, pero aparte de eso parece estar bien. Se endereza hasta quedar sentada, tratando de adaptar sus ojos al lugar donde sea que se encuentra. Parece algo así como sótano o una bodega.

Intenta viajar a su último recuerdo. Mike Wheeler fue arrastrado hacia la oscuridad y ella sintió un golpe fuerte que la hizo caer inconsciente cuando intentó alcanzarlo... Un momento, ¿y Mike?

Con cierta alarma, comienza a buscarlo por la habitación. Lo divisa tirado a unos metros a los pies de un librero. Apenas si logra ponerse de pie, tambaleante, para llegar a él.

—Mike Wheeler— le habla, moviendolo suavemente—. Mike... ¡Mike!— parece no haber resultados.

Mierda, ¿y si está...?

El alivio la envuelve por completo cuando escucha a Mike proferir un quejido y comenzar a moverse.

—Eso es, eso es.

Mike se levanta como puede (y con ayuda de Beverly) hasta quedar sentado.

—¿Qué pasó? ¿Dónde estamos?

—Quisiera saber lo mismo— resopla Beverly—. ¿Tú estás bien? ¿No estás herido?

—Creo que estoy bien— Mike parpadea repetidas veces, como si sus ojos intentaran adaptarse a la tenue luz de éste... sótano—. ¿Qué era...eso?

—Eso, así nada más. Te dije que sería como tu peor pesadilla— responde Beverly, poniéndose de pie y ayudando a Mike a hacer lo mismo—. Tú y tus amigos no debieron venir, Derry no es un lugar para visitar.

—Tengo que encontrar a Will— afirma Mike con seguridad.

—Will está bien, está con mis amigos— dice Beverly. Mira hacia el fondo del cuarto, pero no se ven puertas—. Yo que tú me preocuparía más por nosotros.

—Eleven puede encontrarnos— dice Mike.

—¿Por qué ella más que los otros?

—Ella es...

Una melodía de caja musical invade la habitación justo en ese momento, interrumpiendo a Mike, cuyas palabras se vuelven vapor de agua que sale de su boca. La temperatura está bajando abruptamente.

—Mal momento para llevar ropa de verano, ¿no crees?— resopla Beverly.

—Tenemos que encontrar la salida— dice Mike, y comienza a caminar por uno de los pasillos atestados de cajas. Beverly lo sigue.

La pelirroja piensa en Iker, ¿puede ser que él esté preocupado por ella? Espera que Iker (junto a los demás) pueda encontrarlos antes de que sea tarde, y cuando lo vea de nuevo tal vez, solo tal vez, no esté tan enojada como al principio.

....

Mike Hanlon llevaba tiempo sin sentir ese miedo, la clase de miedo que te revuelve las entrañas y te sube por la garganta.

Creyó que el verano podría ser al fin un tiempo para estar solo con Ben. Es el verano antes de su último año así que... No sé, pensó que podría ser especial, sin preocupaciones.

Definitivamente cualquier cosa habría pasado por su mente excepto que el maldito payaso maligno que habían enfrentado hace unos años volviera.

—¿Estás bien?— le pregunta Ben poniéndole una mano en el hombro, luego hace una mueca y agrega suspirando:—Lo siento, pregunta estúpida.